GONZALO RESTREPO

Opinión

Paulina y Valentina

En Colombia ‘el bajo peso’, hace parte de una serie de condiciones adversas que sufre la niñez. ‘La desnutrición crónica’, es otra de ellas y tiene en nuestro país cifras alarmantes con más de 500.000 niños en esta condición.

Gonzalo Restrepo
22 de septiembre de 2023

En Colombia nacer, en sí, es todo un reto. O mejor, una lotería. En el 2022 nacieron cerca de 569.311 niños en el país, de los cuales más de 59.000 llegaron al mundo con bajo peso. Este último dato equivale al 10,4 % según información preliminar del 2022 del DANE.

Nacer con bajo peso es una realidad que va en aumento. Hoy tenemos esa alarma en Colombia porque no estamos haciendo bien tarea. Con esa falta de foco de donde ponemos los recursos y los esfuerzos estamos arriesgando el presente y futuro de la niñez del país.

Triste panorama, sí, pero no podemos desfallecer.

En Argelia, Antioquia, municipio al oriente de este departamento, donde su población no supera los 9.000 habitantes, vive la familia Arango Hernández: Erica, Edilberto y sus 4 hijas Isabella, Camila, Paulina y Valentina. Tuve el placer de conocerlos hace poco en la edición 20 del Premio por la Nutrición Infantil que realiza la Fundación Éxito, y su historia, como la de miles de familias en el país, me dejó sorprendido.

Paulina y Valentina, las dos menores, son gemelas, tienen dos años y medio, nacieron en Rionegro (por temas de salud y atención) e hicieron parte de ese 10,4 % de la población colombiana que nació con bajo peso. Ese es el inicio.

Erica, su madre, tuvo unos días difíciles. Si bien su parto fue normal, el nacimiento de sus gemelas no fue lo esperado. Ser madre de 2 bebés al mismo tiempo, de entrada, implica retos. Pero saber que ellas nacieron con bajo peso, aumenta la preocupación y angustia.

Paulina estuvo 4 días en la clínica y Valentina 24. Al mismo tiempo debían cuidar a sus otras 2 hijas, Isabella y Camila. Como su nacimiento fue en pandemia, la tragedia se hizo mayor: no podían ver a Valentina en la clínica. Erica, consciente de su gran importancia, debía retirarse su leche materna y llevarla a la clínica para que el personal la alimentara.

La pandemia imposibilitó la unión afectiva de madre e hija, pero tuvo recompensas. A los 24 días Erica pudo ir por primera vez a ver a Valentina y darle, sea de paso, alimentación directa de su seno. Esto, no solo permitió la continuidad de la niña, sino que unió algo que hacía falta: un vínculo de mamá e hija que se crea para toda la vida.

Valentina, con bajo peso, comenzó su proceso de nutrición y lactancia. La meta era clara. Sacarla de ese indicador perturbador de bajo peso para que pudiera tener las mismas oportunidades que un niño o niña en condiciones normales.

En Colombia el bajo peso hace parte de una serie de condiciones adversas que sufre la niñez. La desnutrición crónica es otra de ellas y tiene en nuestro país cifras alarmantes con más de 500.000 niños en esta condición. Esto sin el agravante de que el último estudio del ENSIN que mide el indicador fue llevado a cabo en 2015. Hace más de 7 años.

Por eso y a favor de nuestra niñez temprana hagamos un llamado respetuoso, pero claro al Gobierno nacional y a los entes territoriales:

¿Cuándo actualizaremos este estudio?

Solo con datos y políticas sumados a una dedicación constante podremos mejorar los indicadores de bajo peso, desnutrición y hambre a la vez que garantizar la alimentación humana como derecho consagrado en el PND 2023-2027.

No solo de voluntad y palabra podemos vivir. Se trata de accionar, medir y reaccionar a los resultados.

Valentina, con los días y meses, mejoró su condición, salió del bajo peso y dejó de ser parte de un indicador tan triste. Ella, con su hermana gemela Paulina, y con su familia, hoy pueden contarle al mundo, como lo hicieron en la gala del Premio por la Nutrición Infantil de la Fundación Éxito, que son un caso de éxito y que, con amor, cuidado, buena alimentación y una atención integral si se puede lograr alejarse del precipicio de la desnutrición crónica

Hoy puedo contarlo por ellos, porque su historia me conmovió, que la lucha por la lactancia materna y una buena nutrición sí valen la pena y si salvan vidas. Como Valentina, Paulina y su familia, muchas más familias en Colombia padecen lo mismo.

Por eso continuaremos llevando la bandera de la nutrición infantil como el más importante derecho para garantizar la construcción de una sociedad más justa en el futuro.

Gonzalo Restrepo López, presidente de la Junta Fundación Éxito