Lucas Galán Lian

OPINIÓN

Miguel: tu vida está uniendo al país

En una sociedad enferma, la violencia se convierte en un arma letal que destruye la democracia.

Lucas Galán Lian
12 de junio de 2025

El reciente intento de asesinato contra Miguel Uribe Turbay nos confronta con una reflexión crítica sobre la naturaleza de la violencia en Colombia. Este acto no solo expone la polarización política que permea nuestra sociedad, sino que también revela un fracaso en la construcción de empatía y diálogo, manifestando un grito de incomprensión que resuena en todo el país.

La polarización del discurso político ha generado un entorno en el que la diversidad de pensamientos es desestimada, lo que dificulta la creación de un espacio seguro para el debate. En una sociedad enferma, la violencia se convierte en un arma letal que destruye la democracia.

La exigencia de seguridad para los precandidatos presidenciales y sus familias debe ser un llamado a la acción para el Gobierno nacional. Colombia no puede permitirse repetir el ciclo de violencia que ha marcado su historia. Sumado a lo de Miguel, en las últimas 72 horas se registraron dos carros bomba en Corinto y El Bordo, Cauca, así como el estallido de un artefacto explosivo en Buenaventura. Estos incidentes evocan recuerdos de un pasado que Colombia se niega a volver a vivir, donde la violencia era un fenómeno cotidiano.

Es crucial recordar que la historia de Colombia está marcada por episodios de violencia sistemática. El atentado a la sede del periódico El Espectador en 1989, así como los asesinatos de figuras emblemáticas como Rodrigo Lara Bonilla, Luis Carlos Galán y Guillermo Cano, son ejemplos de una represión mediática y política que no podemos permitir que se repita.

La mayor preocupación de los colombianos debería ser garantizar el bienestar de sus familias y el acceso a derechos básicos. Sin embargo, cuando el derecho a la vida es cuestionado, nos enfrentamos a un futuro incierto. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Estamos dispuestos a permitir que la historia se repita?

Es fundamental que, como sociedad, promovamos un diálogo constructivo y busquemos alternativas pacíficas para resolver nuestras diferencias. La violencia nunca debe ser una opción. La construcción de un país más justo y equitativo depende de nuestra capacidad para escuchar, comprender y respetar la diversidad de opiniones. ¡Gloria al pueblo bravo!

Mis oraciones y profundo respeto para Miguel Uribe Turbay y su familia.

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