Opinión
La isla de las oportunidades
Su mar de siete colores, el ecosistema marino, sus aguas cristalinas, el encanto de su gente, la cultura raizal, el trópico y su amor por la tierra que los formó, o que les acogió, son algunas de las razones para considerar mágica a la isla.
Uno de los lugares más mágicos que tiene nuestro país es, casualmente, uno de los más retirados de Colombia. La isla de San Andrés, que pertenece al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, es sin duda un espacio de ensueño para turistas de todo el mundo; también, es un lugar olvidado y carente de oportunidades para muchos de sus habitantes.
Su mar de siete colores, el ecosistema marino, sus aguas cristalinas, el encanto de su gente, la cultura raizal, el trópico y su amor por la tierra que los formó, o que les acogió, son algunas de las razones para considerar mágica la isla. Pero no podemos olvidar que, antes que eso, San Andrés es Colombia.
El lugar es tan bello que ha sido uno de los íconos turísticos de Colombia por décadas. Aún lo es hoy, a pesar de que la situación general de la isla es preocupante en muchísimos frentes. Los diferentes gobiernos nacionales, incluido el actual, han mantenido deudas enormes con el archipiélago, que van desde temas económicos, sociales, culturales y de gobernanza hasta el más delicado e injusto que consiste en garantizar salud, alimentación y cuidado de la vida de niños, niñas y de sus madres gestantes y maternas.
Hoy el panorama de la isla en temas de atención en salud y nutrición es muy complejo. Para hacernos una idea de cómo está la situación, basta compartir algunas estadísticas:
Tendencias
Según la ENSIN 2015, el departamento tiene un porcentaje de niños con desnutrición crónica del 5,6 %, aunque debido a la antigüedad del dato y al tamaño de la muestra usada en la encuesta se considera que no existe precisión, por lo que la estadística debe usarse con precaución. Y, si adicionalmente le sumáramos los efectos de la pandemia, el porcentaje, sin dudas, daría aún más elevado.
El indicador de pobreza multidimensional para San Andrés es del 8,8 %. Y la mayoría de las privaciones se presenta en las familias del departamento mediante eliminación de excretas, trabajo informal y falta de acceso a fuentes de agua mejorada.
Según datos de la FIES 2022 (Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria), en el departamento de San Andrés, la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada (no se logra una dieta suficiente y adecuada) es del 17,2 % y la prevalencia de inseguridad alimentaria grave (uno o varios días sin comer nada) es del 3,7 %.
A nivel nacional, estas cifras llegan al 28,1 % para inseguridad alimentaria moderada y al 4,9 % para inseguridad alimentaria grave. Es decir, el paraíso está un poco mejor que Colombia, pero aún lejos de poder portar ese nombre.
Por último, pero no menos importante, la prevalencia de bajo peso al nacer a nivel nacional es del 9,8 %, comparada con un 10,7 % en el departamento de San Andrés, con un extremo alarmante del 11,4 % en Providencia y Santa Catalina (Dane, 2021).
En la Fundación Éxito, con la llegada de almacenes Éxito a San Andrés, esperamos poder contribuir a mejorar algunos de estos índices, aportando conjuntamente desarrollo económico al territorio, a la vez que experiencia para una completa nutrición temprana.
Con la llegada del Grupo Éxito y su Fundación, 100 familias serán beneficiadas con una inversión de $ 116 millones por un año. Este es un gesto que busca apoyar al gobierno territorial, mejorando los indicadores de la atención maternoinfantil de los isleños.
Hoy invitamos a todos los que nos leen a sumarse en la búsqueda de soluciones, ya que las necesidades, retos y atención en la isla son urgentes. Los niños, niñas, mamás y familias vulnerables no pueden seguir en esta situación. Se necesitan acciones concretas, voluntad política local y solidaridad nacional.
Con respecto al Archipiélago de San Andrés, nuestros ojos han estado centrados durante mucho tiempo en otros asuntos. Hoy, la invitación a todos los colombianos, y muy específicamente a sus empresarios, es dirigir nuestras miradas al presente y futuro de sus habitantes.
Todo el archipiélago necesita mucha más atención y cuidado. Como sociedad y como Estado estamos en deuda.
Estamos seguros de que la llamada ‘isla de las oportunidades’ tendría un futuro más prometedor con la llegada de las empresas que creen en el país y le apuestan a su mejor activo: nuestra gente.