
Opinión
La gran encuesta
Aprovechemos el espíritu navideño para pedirle al niño Dios el milagrito.
En su entrevista en SEMANA, Abelardo de la Espriella lanzó una propuesta buena, bonita y barata para superar el impase derivado de la hoguera de vanidades que puebla el escenario de las precandidaturas presidenciales.
Propone el Tigre la realización de una encuesta amplia y representativa que se realice en los primeros cinco días de diciembre y cuyos resultados se divulguen de inmediato, de manera que muchos de los aspirantes que no queden en primer lugar puedan optar por lanzarse al senado antes del cierre de listas el 8 de diciembre. Pueden participar los precandidatos que deseen, costeando a prorrata el valor de la encuesta.
Los participantes se deben comprometer a adherir a quien resulte el ganador de la encuesta, ofreciendo Abelardo, claramente, adoptar dicho compromiso.
La primera ventaja de la propuesta es que todos los que quieran se pueden hacer medir en un esquema que reduce el costo para cada candidato.
La segunda ventaja es que este esquema le da una salida digna a quienes no han logrado capturar la atención y la intención de voto de los colombianos al mostrar su compromiso con la unión contra el petrismo.
La tercera ventaja es que quienes han venido sufriendo o pagando la recolección de firmas, se evitan el riesgo y el desgaste de presentar sus firmas y le ahorran de paso a la registraduría el costo importante de la validación de las mismas.
La cuarta ventaja es que quienes vienen haciendo el esfuerzo de posicionarse en la carrera presidencial para mejorar su nivel de conocimiento en la opinión, no pierden su esfuerzo y lo pueden capitalizar en aspiraciones al Congreso o posteriormente en las territoriales de 2027.
La quinta ventaja, tal vez la más importante, es que no se le deja el campo libre al candidato del petrismo Iván Cepeda y se concreta el rival de la oposición que deberá barrer en primera vuelta con el perpetrador del desastre y el destructor de la democracia.
Finalmente, se evita el costo multimillonario de la consulta interpartidista en marzo y nos ahorramos el desgaste de recursos y de rencillas entre los candidatos antipetristas para concentrar a la oposición en derrotar el mal gobierno y el peligroso socialismo que quiere perpetuarse de por vida en el poder.
Ha pasado suficiente tiempo de precampaña para que la quincena de candidatos que se oponen al petrismo acepten que sus esfuerzos proselitistas han llegado a su punto de maduración y que lo que logren como intención de voto es auténticamente lo que siente la ciudadanía sobre ellos.
Todos los candidatos han realizado el recorrido de medios, foros gremiales, foros partidistas. Han desplegado sus esfuerzos digitales en extenso. Han cogido calle y han gastado en pauta a lo que da el tejo.
Digamos que obra la suficiente ilustración para el pueblo colombiano que, por su parte, desea fervientemente un esfuerzo material de unión.
Muchos dirán que no participan en la encuesta porque no van a ganar o porque creen que ellos por fin van a subir disparados en febrero de 2026.
La verdad es que solo una figura nueva podría aspirar a generar un fenómeno espectacular. Los que llevan meses en precampaña tienen hoy más o menos lo mismo que obtendrían en las urnas en marzo. Y en las urnas también habría un ganador.
En días pasados, Mauricio Vargas alegaba en su columna que en elecciones pretéritas muchos ganadores crecieron en enero, febrero o marzo del año de elecciones. Este análisis pareciera que llenó de fervor a los más rezagados. Pero el análisis de Vargas tiene un error crucial en cuanto a que no tiene en cuenta la profundidad y relevancia creciente de las redes sociales en el escenario político. Su ejemplo más reciente, en soporte de la tesis de la incertidumbre, fue el caso de Iván Duque, que materializó el dedazo de Uribe que lo llevó al poder hacia finales de noviembre y primera semana de diciembre de 2017. Hoy es cada vez más probable que no haya dedazo, a la manera de lo sucedido en 2022, y posiblemente los potenciales aspirantes al mismo no se pondrán de acuerdo en el esquema de medición para esas fechas.
Tesis como la de Vargas solo buscan darle oxígeno a las vanidades y preferencias de amistad, grupos o afinidades, desconociendo las realidades políticas del momento.
La izquierda en Chile obtuvo un tanque de oxígeno gratuito por cuenta de la dispersión del voto de la derecha. El pésimo gobierno de Boric evitó el castigo de una derrota severa en primera vuelta por la insistencia de muchos candidatos de mantenerse y hacerse contar.
El Gobierno de Petro está rezando por la misma coyuntura y poder poner con ello su candidato en la segunda vuelta para aprovechar al máximo el arbitraje de la mafia del narco que lo respalda, de la guerrilla que avanza sin cesar, de la clase política que ha aprendido qué tan corrupto puede ser Petro y, obviamente, el nefasto arbitraje de Maduro y su corte.
La ciudadanía sabe que la unión de la oposición al petrosantismo debe hacerse ya. Lo más pronto posible. Los egos, intereses, recelos y oportunismos deben quedar de lado en el marco de la gran encuesta. ¡Oración fuerte, Colombia, para que se nos dé el milagrito!
