La defensa moral por Álvaro Uribe

Colombia vive una de sus épocas más oscuras, nuestra sociedad está transitando por un periodo de temor y mucha incertidumbre. El desgobierno y populismo exorbitante por parte quien lleva las riendas de nuestra nación nos tiene al borde del abismo. Uno de los líderes de la oposición lucha por su vida tras un vil atentado, la inseguridad reina en todos los rincones del país, se reportan niveles inimaginables de cultivos de coca, el sistema de salud está quebrado, los desplazamientos y emigración de connacionales superan todos los récords, existe corrupción por todo lado, aumenta los discursos de odio, nos amenazan con asambleas constituyentes y reelecciones, y así un sinnúmero de temas que muestran la gran problemática que atravesamos.

Pero uno de los hechos más angustiosos que vive actualmente el país, es el del futuro personal, jurídico y político del líder más importante de Colombia en los últimos 100 años, Álvaro Uribe Vélez. El presidente Uribe ha liderado cientos de batallas - incluso poniendo su vida en peligro- las cuales ha salido victorioso gracias a su honestidad, coraje, coherencia, apego a la ley y buen juicio político. Sin embargo, el proceso judicial que hoy padece es la muestra perfecta de cuando se utiliza la justicia como arma para acabar con el enemigo político.

Uribe Vélez está siendo sometido a un juicio que a todas luces se ve que ha sido un entramado por parte de sus contradictores para eliminarlo de su ejercicio legítimo y democrático como líder político. Con insinuaciones directas por parte del presidente actual, sus aliados las Farc que hoy cogobiernan, los involucrados que se presentan como víctimas y quienes presuntamente hacen parte de la nunca investigada “farc-política”, la clara vinculación de la izquierda radical infiltrada en la justicia y los enemigos externos que hoy lideran dictaduras como la de Venezuela y Cuba; con todo esto, han logrado construir un plan perfecto para destruir a Álvaro Uribe.

Pero la responsabilidad moral de los colombianos es defender al estadista Uribe Vélez, no solo creer en él por su obra, que transformó positivamente al país, sino por lo que en juicio su excelso equipo de defensa ha demostrado su inocencia. Y aunque Uribe esté en un campo desbalanceado, donde se ha visto una orquestada actuación de diferentes actores buscando condenarlo a como dé lugar, utilizando propaganda periodística, comunicados de victimización y claros conflictos legales, la gran mayoría de los colombianos en su sensatez creemos el buen actuar de Álvaro Uribe.

También, debo manifestar que, durante mi época en el Congreso de la República, donde fui compañero de bancada del presidente Uribe, pude trabajar patrióticamente siguiendo su buen ejemplo. Siempre recibí de su parte consejos de buen actuar, exigencia para mayor rigurosidad en mi ejercicio profesional y serenidad para afrontar los retos. De parte de Uribe nunca hubo una expresión grosera, una idea de ilegalidad o una aseveración inmoral. Su obsesión por servirle honradamente al país sigue siendo un ejemplo para mí y para todo el país.

Tengo la certeza que la verdad ya triunfó en esta batalla que enfrenta el presidente Uribe. Aun con un absurdo e injusto fallo condenatorio, la verdad la tienen los colombianos al saber que él es inocente. Pero lo que sí debe quedar claro es que todos tenemos la responsabilidad moral de defender al Gran Colombiano, pues su condena significaría el triunfo del mal sobre el bien, pero también la llegada de Colombia a un punto de no retorno.

Dios salve a Colombia y que la majestad de la justicia declare a Álvaro Uribe Vélez inocente.