OPINIÓN
Incesto también reformado
El incesto en este momento está en un artículo del Código penal y tiene una pena de 16 a 72 meses de prisión. El problema está en que en nuestro país que tiene altos índices de pobreza, hacinamiento y cifras de abuso infantil se dejaría desprotegidos a los menores de edad.
Johanna tiene 14 años. Vive con sus abuelos, sus dos hermanos menores, su tío y su mamá. Es una niña muy linda que quiere estudiar ingeniería mecánica porque le encantan los carros. Comparte su habitación con sus hermanitos pequeños y a veces le cuesta mucho concentrarse para estudiar porque siempre hay mucha gente y su privacidad es nula, pero ella se esfuerza porque quiere hacer cosas grandes y seguir soñando.
Sin embargo, su tío últimamente siempre quiere estar con ella. La observa cuando se está vistiendo y le dice que duerman juntos porque tiene más espacio. Su mamá no opina, Johanna no sabe si no se da cuenta o simplemente no quiere problemas porque el ayuda a pagar los gastos de la casa. Johanna está siendo abusada y no sabe a quién hablarle, se siente sola y esta historia es una más de su colegio.
Leí hace poco que el Ministerio de Justicia está trabajando en una reforma en temas criminales que ha tenido un alto nivel de discusión técnica, pero quizás no la visibilidad ni la atención de la población en general. Se está planteando dejar de denominar el incesto como un delito.
El incesto en este momento está en un artículo del Código penal y tiene una pena de 16 a 72 meses de prisión. El problema está en que en nuestro país que tiene altos índices de pobreza, hacinamiento y cifras de abuso infantil se dejaría desprotegidos a los menores de edad. Niñas que como Johanna estarían absolutamente vulnerables (más de lo que ya están).
Tendencias
Quisiera traer aquí una columna de Enrique del Rio publicada hace poco en El Universal donde afirma “advierto un punto problemático relativo a la zona gris, delgada y peligrosa de los mayores de 14 y menores de 18 años que quedarían desprotegidos, pues en Colombia a partir de los 14 años se puede disponer de la libertad sexual, lo que permite a los parientes cercanos procurar y entablar relaciones erótico-sexuales sin violencia. Me explico, bajo el supuesto de la despenalización del incesto, el papá podrá impunemente seducir y lograr contacto sexual con su hija mayor de 14 años, al igual que el abuelo con los nietos y entre hermanos”.
El tema no debería pasar derecho. En Colombia, una de cada cinco adolescentes entre 15 y 19 años ha estado alguna vez embarazada. De estas, el 16% ya son madres y el 4% está esperando su primer hijo.
El 13% de las mujeres menores de 15 años ya ha iniciado una vida sexual activa. Las mujeres con menor educación inician en promedio a los 15 años, mientras que las de más educación lo hacen a los 18 años.
Los adolescentes no tienen hijos con otros adolescentes, de acuerdo con la información que reporta el Dane, solo el 0.8 % de los adolescentes tienen relaciones con otros adolescentes. El restante, 99.2%, tienen hijos con adultos.
No podemos dejar de ver este tema si queremos pensar en que el futuro de las niñas de Colombia sea igual para todas, no solo para las que pueden tener espacios más seguros o mayor educación porque están en ciudades o tienen más recursos financieros.
Este es el mes de la mujer y no podemos dejar de pensar en que hoy todavía muchas de ellas son vulnerables. Tenemos casi 2 millones de niñas entre 14 y 19 años y teniendo en cuenta que un 36% de la población es considerada pobre, la vulnerabilidad de muchas mujeres es alta y en vez de aligerar los mecanismos de penalización deberían fortalecerse.
Datos como estos son los que invitan a pensar que todavía hay mucho por trabajar para que la protección a las niñas y mujeres sea total y que la conmemoración del día de la mujer no sea algo comercial y liviano, sino más bien se convierta en un espacio de reflexión que nos permita entender si hay algo que estamos haciendo para mejorar el futuro o si peor aún no hay nada que estemos haciendo.