
Opinión
¡Fracking ya o apagón total!
La situación energética del país no da tregua.
Colombia lleva más de 12 años preparándose para implementar el fracking, una herramienta tecnológica que permite explorar y extraer petróleo y gas de manera no convencional. Esta técnica podría aumentar nuestras reservas probadas hasta por 25 años, representadas en más de 25 TPC (terapies cúbicos) de gas natural. Pero esto tan elemental no lo entienden los pseudoambientalistas en el poder.
Hoy enfrentamos una crisis energética profunda, provocada directamente por el Gobierno de Gustavo Petro. La negativa a firmar nuevos contratos de exploración de hidrocarburos, sumada a las trabas intencionadas a proyectos clave como el offshore Sirius, ha puesto en riesgo el suministro energético nacional. A este último le aparecieron por arte de magia seis consultas previas, promovidas desde Cali por la cabecilla del cartel de las consultas, quien convirtió este mecanismo en una fuente de enriquecimiento personal.
La situación energética del país no da tregua. Hay que garantizar el suministro para 37 millones de colombianos, para la industria, el comercio y para el sector transporte que hoy depende de 200 mil vehículos a gas. Pero frente a la escasez de gas natural, la única respuesta del Gobierno ha sido aumentar la importación, encareciendo las facturas de los hogares más vulnerables y profundizando la pobreza energética.
El fracking no es una opción, es una necesidad. El próximo presidente deberá tomar la decisión con valentía: explorar y explotar hidrocarburos con esta técnica, que ya es la salvación de países como Argentina y Estados Unidos, donde han garantizado reservas por más de 50 años y se han convertido en exportadores netos de petróleo y gas.
Afortunadamente, la crisis ha despertado la sensatez incluso en quienes antes eran enemigos de esta tecnología. Hoy, en época electoral, quizás por mero cálculo político, muchos ya le dicen sí al fracking.
Colombia no necesita más diagnósticos. Ya existe un marco legal, contratos firmados y dos comisiones de expertos que trazaron la hoja de ruta con parámetros técnicos y jurídicos claros. Ecopetrol, de hecho, realiza fracking con éxito en Texas, Estados Unidos, produciendo 100 mil barriles diarios, equivalentes al 13 % de su producción total.
Pero hoy esa operación podría estar en riesgo. La nueva presidenta de la junta directiva de Ecopetrol, la psicóloga Ángela María Robledo, ficha de Gustavo Petro, podría dinamitar este negocio por simple dogmatismo ideológico. Sería un golpe brutal para la empresa más querida por los colombianos. Pobre iguana… la están convirtiendo en lagartija a punta de radicalismo ambiental.
Los candidatos a la Presidencia deben liderar una estrategia clara, técnica y audaz para evitar un apagón y contener el debilitamiento acelerado de nuestras reservas. Hoy Colombia, además de su inseguridad física, enfrenta un riesgo real de colapso energético, y todo por decisiones irresponsables de un Gobierno ideologizado.
Sin seguridad energética no hay transición energética, y mucho menos hay agenda de cambio climático que valga.
El fracking puede ser la salvación que tanto necesitamos y que tanto odian los activistas radicales. Como dirían en mi tierra: son felices con la leche, pero no soportan ver la vaca.