Camilo Prieto Columna Semana

Opinión

Energía nuclear y desalinización

Una alternativa frente al estrés hídrico global.

Camilo Prieto Valderrama
30 de enero de 2025

La escasez de agua potable es una realidad que afecta a una proporción significativa de la población mundial, especialmente en regiones áridas y semiáridas de Asia y el norte de África. Según estimaciones, una quinta parte de la humanidad carece de acceso a agua segura, y se prevé que esta situación empeore con el crecimiento demográfico y el cambio climático. Esta crisis creciente ha llevado a considerar la desalinización como una solución esencial, pero su alto consumo energético sigue siendo un desafío. Aquí es donde la energía nuclear emerge como una alternativa clave.

La combinación de desalinización y energía nuclear no solo resuelve el problema del acceso al agua potable, sino que lo hace de manera eficiente. Las plantas desalinizadoras convencionales dependen de combustibles fósiles, lo que incrementa su huella de carbono y costos operativos. En contraste, los reactores nucleares proporcionan una fuente de energía estable y de bajas de emisiones de CO₂, asegurando un suministro constante de agua potable sin afectar negativamente al medio ambiente.

El concepto de desalinización nuclear no es nuevo, pero recientemente ha cobrado impulso con el desarrollo de reactores modulares pequeños (SMR), diseñados para generar energía eléctrica mientras desalinizan agua. Por ejemplo, el SMART es un reactor de 330 MWt que está diseñado para producir 90 MWe y 40.000 m³/día de agua potable, mediante un sistema de destilación. Este diseño minimiza la necesidad de recarga de combustible, operando durante tres años sin interrupción. Rusia, líder en energía nuclear flotante, ha desarrollado el concepto de centrales nucleares flotantes (FNPP) para desalinización. Su diseño APVS-80, basado en dos reactores KLT-40S, puede generar 85 MWe y producir hasta 120,000 m³/día de agua potable. Otro proyecto, el Volnolom, utiliza dos reactores ABV-6 en una barcaza de 97 metros, generando 12 MWe y 40.000 m³/día de agua potable mediante ósmosis inversa.

La energía nuclear ha sido históricamente vista con escepticismo debido a preocupaciones sobre seguridad y residuos radiactivos. Sin embargo, la nueva generación de reactores ofrece garantías mejoradas en estos aspectos, lo que abre la puerta a una aceptación más amplia. Frente a la creciente crisis del agua, la desalinización nuclear no solo es viable, sino que se perfila como una necesidad estratégica. Si queremos garantizar un suministro de agua potable para las futuras generaciones, es hora de reconsiderar el papel de la energía nuclear en este desafío global.