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Opinión

En medio de los enredos, Colombia en el Consejo de Seguridad

La elección al Consejo de Seguridad no es una panacea, pero es efecto de un esfuerzo.

Julio Londoño Paredes
6 de junio de 2025

Se decía que López Michelsen “ponía a pensar al país”. Petro ha logrado “poner a hablar al país”, pero no solo un día, sino durante 24 horas. No hay un día que pase sin que diga algo insólito o pugnaz, que no genere inmediatamente una polémica a nivel nacional. Se llegó al extremo de que si se ausenta, de alguna forma, durante dos días, algunos afirman que debía estar en algún trance complicado.

Al mismo tiempo, cotidianamente aparecen casos de corrupción en los que están implicados funcionarios del gobierno o congresistas. Entre tanto, acciones de grupos armados de diferente denominación y origen bloquean, asesinan, secuestran o extorsionan en los cuatro puntos cardinales.

La sucesión de hechos es tan rápida que no hay tiempo para asimilarlos, ya que son minimizados por otros inmediatamente.

Sin embargo, se presentan hechos importantes. En política exterior, en un breve tiempo se logró la elección de la embajadora Laura Gil como secretaria adjunta de la OEA (Organización de Estados Americanos). Se dio un paso no comprometedor en las relaciones con China, que se deben manejar con manos de cirujano.

Igualmente, Colombia fue elegida por novena vez como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para el período 2026-2027, por una votación de 180 a favor y 6 abstenciones. Colombia sustituye a Guyana.

No hubo votos en contra y se ignora qué países se abstuvieron. Aunque la votación fue secreta, no será muy difícil deducir quienes se abstuvieron. Funcionarios norteamericanos en la ONU dicen que votaron a favor (¿?)

Baréin obtuvo 186 votos; la República Democrática del Congo, 183; Liberia, 181; y Letonia, 178. Serán nuestros compañeros en el Consejo, conjuntamente con Pakistán, Somalia, Grecia, Dinamarca y Panamá, que el año pasado fueron elegidos para el período 2025-2026. No obstante, serán siempre los cinco miembros permanentes los que toman las decisiones. Veamos los compañeros.

Baréin es un millonario microestado del Golfo Pérsico que tiene menos de un millón trescientos mil habitantes, buena parte de ellos extranjeros, y que está regido por una monarquía constitucional.

La República Democrática del Congo afronta uno de los peores desastres humanitarios y de inseguridad del mundo, en donde el aumento alarmante del hambre y de las enfermedades es efecto de la violencia rampante de los grupos armados, que se intensificó en forma aterradora desde 2022.

Liberia, país del África Occidental, es uno de los más pobres del mundo y enfrenta problemas crónicos, entre ellos la corrupción de los empleados públicos.

Letonia, un pequeño país del Báltico con un poco más de un millón de habitantes, está amenazado por Rusia. Una gran cantidad de sus habitantes emigró a otros países.

La canciller Laura Sarabia, a pesar de sus problemas domésticos, utilizando a competentes funcionarios de la carrera diplomática, logró éxitos importantes, a pesar de la política exterior de micrófono, de los mensajes por X y de los cabildos con almuerzos y transportes pagados.

Sin embargo, debe señalarse que la diferencia es que antes, en las manifestaciones públicas de los partidos políticos, solo se daba un tamal y una “pola”, en el mejor de los casos, mientras que los buses eran aportados por importantes empresarios del transporte, que adquirían enorme poder político.

Ahora, los únicos que tienen ingentes recursos para transportarse y para otras cosas son los indígenas.

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