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Opinión

Bienvenidos al régimen

El jefe de gobierno definitivamente ha optado por no respetar el ordenamiento institucional, la autonomía del poder judicial y desconoce abiertamente decisiones legales de la Procuraduría, basadas en pronunciamientos de la Corte.

David René Moreno Moreno
1 de agosto de 2023

En caso de que haya personas que aún no se han enterado de nuestra situación, ‘Bienvenidos al Régimen Progresista’. Crece aceleradamente el descontento en el país con las actuaciones del gobierno que claramente muestran el sesgo ideológico revanchista de la izquierda, pues quiere dominar a la nación con los caprichos del autócrata de turno, desconociendo la separación de poderes, favoreciendo a los delincuentes, acabando con los recursos del estado, polarizando a la sociedad y afectando a la democracia.

El jefe de gobierno definitivamente ha optado por no respetar el ordenamiento institucional, la autonomía del poder judicial y desconoce abiertamente decisiones legales de la Procuraduría, basadas en pronunciamientos de la Corte, incrementando de esta forma la inestabilidad y la incertidumbre que lamentablemente corroen las bases de las libertades, de la justicia y de la república. Además, como no está de acuerdo con lo que ha establecido la Constitución, ahora se propone cambiar la Ley de Leyes para acomodarla a sus intereses políticos.

Llama poderosamente la atención que la cabeza del poder ejecutivo, humillando nuestra soberanía, se dirija a instituciones internacionales buscando respuestas que únicamente le competen a la justicia colombiana, tratando de encontrar sentencias que solo han favorecido a los colectivos de izquierda que con sus artimañas han desangrado nuestro presupuesto. ¿Qué hay detrás de esas intenciones? ¿Es parte de la estrategia del Progresismo Globalista (llámese Castro Comunismo), para justificar su permanencia en el poder? ¿Qué busca con desacreditar al país? Nunca ensucies el agua que has de beber, decían las abuelitas.

Son innumerables las personas que están convencidas de que se está acuñando en Colombia una aberración jurídica con la política de ‘ser pillo paga’. Nadie entiende cómo es posible que nefastos personajes de nuestra historia como alias Gafas, siniestro miembro de las FARC conocido por mantener secuestrados a colombianos y extranjeros por muchos años, o alias Salvatore Mancuso, cabecilla de las fatídicas autodefensas, individuos con las manos manchadas de sangre de personas inocentes, puedan ser propuestos por el gobierno como Gestores de Paz. Esto es un agravio para Colombia y en particular para quienes han sufrido por culpa de estos delincuentes y sus secuaces.

Es realmente una vergüenza internacional lo que está haciendo el ejecutivo con varios delincuentes, que se suma a los escándalos donde personas muy cercanas al jefe de gobierno se han visto involucradas. Es posible que algunos libretistas estén pensando llevar a las pantallas estas grotescas situaciones, para que con las desafortunadas novelas del promotor de la Primera Línea como ‘Sin tetas no hay paraíso’, se siga generando esa imagen distorsionada del país, donde cada día se estigmatiza aún más a los colombianos en el exterior y se atrae más turismo sexual para abusar de la incauta y desprotegida niñez.

Con las propuestas incomprensibles del gobierno como la de comprar las hojas de coca para producir fertilizantes, mientras que de otra parte el jefe de la cartera de justicia propone un subsidio temporal para los que dejen de cultivar la coca, así como la propuesta del gobierno para industrializar los cultivos de coca y permitir que los actuales cultivadores sigan con su actividad hasta que reemplacen sus cultivos, muestran la falta de coherencia de este gobierno de izquierda, que resumiendo, parece que desea llevarnos a ser un narco estado; qué tristeza el negro futuro que nos ofrece el Progresismo honorables compatriotas.

Con la representación de ‘diplomáticos a la carrera’ que ha sido nombrada por el actual gobierno, pisoteando y pasando por encima de los diplomáticos de carrera, no será posible recuperar el buen nombre del país. El trabajo que se había adelantado para desnarcotizar a nuestras relaciones internacionales se ha perdido y tendremos que enfrentarnos a ser un país paria dentro del concierto de naciones.

Estamos en un período preelectoral que mostrará un sin número de artimañas para desinformar y manipular la mente de los colombianos, tratando de aferrar al comunismo, a los cargos de elección popular; los amantes de la democracia y de las libertades tenemos la oportunidad de derrotar a quienes desean acabar con nuestro bello país. Tenemos la obligación de asistir a las urnas para que prevalezca la “Libertad y Orden” que orgullosamente exhibe nuestro escudo nacional.