OPINIÓN
¿A cuenta de qué?
La pregunta es: ¿por qué no se mostraron amigos de la legalización cuando eran presidentes? La respuesta es que es muy fácil hablar y muy difícil ejecutar cuando se está en el poder.
¿La legalización es el camino? Hace pocos días, durante la presentación del libro ‘El Mapa Criminal en Colombia’, escrito por el senador Ariel Ávila, se discutió sobre varios temas, incluyendo la legalización de las drogas, tema en el que el expresidente Juan Manuel Santos parece haber ido cambiando poco a poco de opinión y hoy en día considera que la legalización es el camino. Durante su período como ministro de Defensa les hizo la guerra a las drogas. Durante su segundo ciclo presidencial derogó la erradicación de cultivos ilícitos con glifosato mediante la aspersión aérea, pero mantuvo la lucha contra las drogas dándole otro enfoque, y hoy por hoy considera que: “… no es imposible legalizar la coca. ¿Que Estados Unidos no nos va a dejar? Pero ¿a cuenta de qué le vamos a tener que pedir permiso a Estados Unidos?”.
Santos hizo énfasis en que “…toda la violencia que hemos vivido, toda la tragedia que hemos vivido se relaciona en una u otra forma con el narcotráfico”. A raíz de estas declaraciones recibió varias arremetidas en su contra, incluyendo la del expresidente Andrés Pastrana, quien escribió a través de su cuenta de Twitter: “…Usted legalizó la coca al volverla legalmente intocable y ahora legalizará con Petro a los narcotraficantes”. Lo cierto es que los cultivos de coca que sirven para elaboración de cocaína crecieron de 48.000 hectáreas en el 2013 a 171.000 hectáreas en el 2017, período en el que Santos era presidente. Santos no es el único mandatario que ha cambiado de enfoque a través de los años. César Gaviria luchó contra el narcotráfico y contra Pablo Escobar y años más tarde, cuando ya no estaba en el poder, optó porque la legalización es el camino.
La pregunta es: ¿por qué no se mostraron amigos de la legalización cuando eran presidentes? La respuesta es que es muy fácil hablar y muy difícil ejecutar cuando se está en el poder. Lo indiscutible del argumento es que el narcotráfico es la principal causa de años infinitos de violencia en Colombia y hay que buscar una solución para darle fin. Lo grave es que ni la persecución, captura y retención fallida de Pablo Escobar en la cárcel La Catedral durante el gobierno de César Gaviria, época en la que los carteles le declararon la guerra al Estado, ni con Ernesto Samper; ni con Andrés Pastrana y el despeje del Caguán, ni con Álvaro Uribe y su guerra declarada al narcotráfico y a los grupos al margen de la ley, ni con el proceso de paz quebrantado de Juan Manuel Santos, ni con la lucha de Iván Duque a las disidencias de las Farc y al ELN se ha podido poner freno a la violencia y al narcotráfico en Colombia.
Han sido años de diferentes modelos y ninguno ha llevado a una solución definitiva. Ahora, durante el gobierno de Gustavo Petro se propone la legalización de las drogas, incluida la cocaína. ¿Es esto viable? ¿Es lo que más le conviene al país?
Primordialmente, hay que recalcar que Colombia es un aliado importante de Estados Unidos y nuestro país se beneficia de innumerables ayudas norteamericanas; por ende, sería muy difícil legitimar las drogas si Estados Unidos no está de acuerdo, y está lejos de estarlo. La Ley de Apropiaciones de los Estados Unidos le aprobó a Colombia 471.3 millones de dólares para el año fiscal del 2022. Es obvio que es una ayuda que el país no puede perder y tanto las relaciones como la ayuda económica podrían verse afectadas con el argumento de la legalización de las drogas. A esto hay que sumarle problemáticas de diferente índole, teniendo en cuenta que varios de los países en los que se han flexibilizado las políticas de drogas son de primer mundo y tienen una capacidad enorme de regular las mismas, problema que enfrentaría Colombia al ser un país subdesarrollado y con organismos inestables.
Según un estudio de mortalidad asociada al consumo de sustancias psicoactivas en Colombia, del año 2013 al 2020 murieron 24.723 por causa del alcohol, lo que hace preguntarse ¿si legalizan las drogas, en especial la cocaína, cómo lograran que no pase lo mismo que con el alcohol que es una sustancia legal? ¿Cómo se haría para que los niños no estén expuestos a comprar una sustancia que es legal? Son temas demasiado complicados y difíciles de resolver. Es cierto que el estado podría ahorrarse mucha plata al legalizar las drogas, pero ¿realmente se quiere implementar esto poniendo en riesgo la vida de miles de personas y poniendo en jaque las relaciones con Estados Unidos?
Vale la pena estudiar diferentes puntos antes de tomar decisiones y recalcar que debemos mantener las relaciones con Estados Unidos a cuenta de sus grandes e incontables ayudas para Colombia. Ojalá que este nuevo gobierno logre desarrollar un plan para darle fin al narcotráfico y a la violencia.
“Diplomacia: el camino más largo entre dos puntos.” Pierre Decourcelle.