Nación
Esto dicen los expertos sobre protocolos utilizados en el Bioparque Ukumarí de Pereira, tras trágico final de chimpancés ‘Chita’ y ‘Pancho’
Desde la Carder le hicieron un requerimiento al Bioparque para que informe las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las cuales ocurrieron los hechos.
Una semana después del trágico desenlace que se produjo tras la fuga de los chimpancés ‘Chita’ y ‘Pancho’, que permanecían en el Bioparque Ukumarí de la ciudad de Pereira, continúan los pronunciamientos de las autoridades ambientales acerca de lo sucedido durante la noche y la madrugada de los días 23 y 24 de julio de este año.
El director general de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), Julio César Gómez Salazar, indicó que se han hecho por lo menos tres visitas a las instalaciones de Ukumarí durante esta semana, en las cuales se realizó una revisión minuciosa para confrontar los hábitats y protocolos de la fauna silvestre nativa y exótica que se encuentra en el lugar.
Explicó que gran parte de los animales que están allí provienen del antiguo Zoológico Matecaña, los cuales fueron cedidos al actual bioparque, pero lamentablemente para ellos no existió ninguna posibilidad de reintroducirlos a sus hábitats naturales o ecosistemas nativos, por lo que esta fue la única manera de que contaran con una segunda oportunidad de vida.
“Esto es producto de las prácticas de manejo que por muchos años generaron un impacto bastante negativo en la biodiversidad de todo el mundo, como el tráfico y la tenencia ilegal de fauna silvestre”, manifestó.
Tendencias
Dijo también que estas situaciones provocan en los animales una pérdida de identificación, así como la capacidad natural de desenvolverse en su entorno tanto la presa como el depredador, por lo que se ve seriamente afectada la habilidad de supervivencia, la cual al final llega a perderse por completo.
Lamentó el hecho de que los especímenes de la fauna silvestre se estén quedando sin los nichos ecológicos donde puedan desarrollar sus actividades vitales, por lo cual se generan muchas alteraciones de comportamiento, fisiológicas y patológicas que impiden llevar a cabo un proceso óptimo de rehabilitación.
Igualmente, el director de la Carder indicó que se le hizo un requerimiento al Bioparque Ukumarí para que informara las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las cuales ocurrieron los hechos, con el objetivo de verificar los protocolos que se tienen establecidos. Además, se está averiguando acerca del bienestar del chimpancé ‘Yoko’, el cual aún continúa en el hábitat de este lugar.
La autoridad ambiental de Risaralda le solicitó formalmente a la Fiscalía General de la Nación que investigue si existieron conductas que constituyan algún presunto delito penal. Igualmente, pide que se analice si hubo hechos de sabotaje en contra de la infraestructura del Bioparque Ukumarí, actos deliberados o dolosos, negligencia o impericia del profesional idóneo, por lo cual no se haya aplicado de forma correcta la guía para el control de escape de animales y los programas de seguridad.
Lo cierto es que el sacrificio de los dos primates ha generado el rechazo por parte de un gran sector de la ciudadanía y las organizaciones animalistas, las cuales han realizado incluso plantones en ciudades como Bogotá y Pereira para protestar contra la decisión de dispararles, especialmente porque un video que se ha conocido a través de las redes sociales muestra el momento en el que abren fuego contra uno de los ejemplares, el cual se encontraba deambulando tranquilamente, pero no en actitud agresiva.
Desde algunas de estas organizaciones se ha anunciado que las convocatorias para adelantar manifestaciones continuarán hasta que se haga justicia, ya que –al parecer– no se agotaron todas las opciones para lograr controlarlos y llevarlos de nuevo al bioparque de manera segura. También el área encargada de Asuntos Ambientales, Minero Energéticos y Agrarios de la Procuraduría General de la Nación ha solicitado información completa acerca de la especie chimpancé, así como toda la documentación que soporte los permisos ambientales que se le otorgaron a este albergue para el aprovechamiento de los animales.