Polémica en Medellín por murales que borró la Alcaldía, ¿qué hay detrás?

La Alcaldía de Medellín tomó la decisión de ‘eliminar’ dos gigantescos murales que hicieron alusión al paro nacional y a la búsqueda de desaparecidos en La Escombrera. Esta determinación generó un gran debate en el país al que se sumó el presidente Gustavo Petro, quien aseguró que el “fascismo” borró de nuevo el arte.

Todo empezó cuando la administración distrital ordenó pintar de gris un grafiti ubicado en la avenida Paralela, diseñado en 2020 por grupos artísticos, donde se leía: “Nos están matando”. Frente a esta intervención, algunos miembros de la sociedad civil volvieron al sector y repitieron la expresión en la pared.

La polémica se volvió a encender cuando el concejal del Centro Democrático, Andrés Rodríguez, reunió a varias personas para pintar nuevamente la estructura de gris: “Queremos mensajes positivos en nuestras calles, mensajes que sí nos representen a todos los medellinenses”, aseguró el político en sus redes sociales.

Los artistas regresaron y plasmaron un nuevo texto: “El arte no se calla”. Esta acción estuvo antecedida por una opinión de Petro: “El censurador y la libre expresión en Medellín”, haciendo alusión a una fotografía de Rodríguez donde sostenía el rodillo con el que estaba borrando el mural.

La situación no paró allí. Varios ciudadanos se dieron cita en cercanías a la Terminal del Norte para plasmar un mural que hacía referencia a los recientes hallazgos de estructuras óseas en La Escombrera, una de las fosas comunes urbanas más grandes de Colombia que es intervenida por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Esta pintura contenía la frase “las cuchas tienen razón”, citando la resiliencia de las mujeres de la comuna 13 que insistieron en la búsqueda de cadáveres en ese sector de la ciudad y que fueron calificadas por algunos sectores como “locas”. También agregaron una imagen del expresidente Álvaro Uribe con el mensaje de “yo di la orden”.

La Alcaldía de Medellín lo borró con pintura gris. Federico Gutiérrez justificó la medida: “Una cosa es el grafiti como expresión artística, otra cosa es que hay algunos que consideran arte la ofensa a otros, algunos que consideran arte querer ensuciar la ciudad. Mi apoyo completo al arte, pero también, como alcalde, poner orden”.

Petro también se sumó a esta polémica: “El fascismo en Medellín borra (de) nuevo el arte y la libre expresión (en) los muros. Los grupos fascistas quieren negar su fascismo: el ser simplemente delincuentes cuyo sectarismo los lleva a eliminar físicamente la diferencia. Esto es fascismo”.

El actuar de la Alcaldía de Medellín está justificado en el acuerdo 010 de 2020, donde se estableció un protocolo de asignación de permisos para intervenciones gráficas en el espacio público con estos criterios: “Basados en la seguridad del artista y de los transeúntes. Se respetará la libertad creativa del artista, siempre y cuando no promueva mensajes de odio, propaganda político – electoral o publicidad exterior visual a alguna marca comercial”, entre otros.