Medellín
Peligroso preso se fugó de un reconocido hospital de Medellín, donde era atendido por una intoxicación
El hombre, por medio de argucias jurídicas, había logrado una condena de 10 años después de que le disparara a una persona que sobrevivió.
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Este martes, las autoridades en Medellín se despertaron con la sorpresa de que un peligroso preso, condenado por homicidio, se había fugado de un centro médico.
Sucedió en el Hospital La María, en la comuna 5- Castilla, en el noroccidente de la ciudad, donde el preso Kevin Andrés Pérez Cano era atendido por una intoxicación.
En un reporte de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, citado por el diario El Tiempo, quedó consignado: “El dragoneante manifestó que momentos en que custodiaba una persona privada de la libertad que había consultado por intoxicación, se le fugó por la parte de atrás del centro asistencial”.
Según una versión entregada a las autoridades, Pérez Cano había sido llevado a ese centro médico luego de que manifestara que estaba indispuesto tras haber recibido comida en mal estado en la cárcel de El Pedregal, donde estaba recluido, aunque también investigan una versión que indica que su malestar fue producto del consumo de sustancias psicoactivas.

El preso, entonces, fue llevado de urgencia el lunes, 27 de octubre, a ese centro médico, donde le realizaron el triage, para determinar la gravedad de su enfermedad, le suministraron medicamentos y, cuando esperaban que fuera dado de alta, se fugó.
Según El Tiempo, un funcionario del Inpec aseguró que había dejado al preso bajo el cuidado del equipo médico, pero cuando regresó para verificar si podía realizar los trámites de la salida del enfermo, este se había marchado.
Las autoridades encontraron a través de las cámaras de seguridad que el preso, aún indispuesto, se voló por la parte trasera del centro médico.
En registros judiciales aparece que Pérez Cano fue imputado por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas de fuego, sin embargo, tras argucias jurídicas, logró un preacuerdo que le permitió que fuera retirada la acusación por el delito más grave.
Finalmente, fue condenado a 10 años de cárcel por porte ilegal de armas de fuego.
Su caso hizo recordar la fuga, recientemente, de Nelson Ocampo Morales, alias el Diablo, quien asesinó a una patrullera de la Policía de Neiva.
El Diablo, con vínculos con las disidencias de las FARC, terminó siendo condenado a 33 años de cárcel por dar muerte a Paula Cristina Ortega y recluido en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, de donde se fugó.
Ocampo fue sentenciado en diciembre de 2024, tras haber sido hallado culpable de los delitos de homicidio agravado, hurto calificado y agravado, ocultamiento de elemento material probatorio y fabricación, tráfico y porte de armas, municiones de uso restringido, de uso privativo de las Fuerzas Armadas.

