Investigación
La Picota suite: SEMANA revela las fotografías de las comodidades que tenía el temible Pipe Tuluá en prisión
Un escándalo sacude al Inpec por los privilegios que tenía alias Pipe Tuluá en su celda. SEMANA obtuvo fotos de las comodidades del cabecilla de la Inmaculada, ahora en planilla para ser extraditado.

Ducha eléctrica, calefacción, un televisor de pantalla gigante dominando el entorno, un colchón de plumas que hunde el cuerpo como si fuera una nube, un inodoro europeo de esos que solo se ven en hoteles cinco estrellas, minibar, nevera personal, vasos, pocillos, cuchillos alineados con esmero, aromáticas surtidas, agua mineral embotellada, aceite de oliva y hasta vitaminas D3 para reforzar el sistema inmune son solo algunos de los lujos con los que contaba Andrés Felipe Marín, alias Pipe Tuluá.
Ese inventario, que bien podría encontrarse en la suite de un hotel de lujo, estaba tras los barrotes de la cárcel La Picota, en el pabellón de máxima seguridad, que, por las imágenes obtenidas por SEMANA, estaba al servicio del peligroso Pipe Tuluá, jefe de la Inmaculada y confeso asesino de guardias del Inpec.
Hace unos días fue trasladado, supuestamente, para ser extraditado. En las imágenes se observa su baño privado con ducha eléctrica para el agua caliente, un sanitario de corte europeo y un estante donde podía poner sus lociones para después del afeitado e hidratar la piel.

Pipe Tuluá vivía en La Picota como un pachá. Su ‘suite’ contaba con una mesa para recibir invitados, un depósito donde se encontraban snacks, bebidas refrigeradas y loza para atender a la visita. La habitación había sido decorada con láminas de PVC que hacen ver el lugar con un toque moderno ajeno a una cárcel común. Contaba con repisas flotantes para acomodar los lujos prohibidos.
El televisor de pantalla gigante cuelga de un soporte plegable para moverlo de acuerdo con la ocasión. También, un depósito donde guardaba gaseosas, galletas, agua mineral y una pequeña nevera.
Lo más insólito: logró entrar a esa celda un costoso colchón que se moldeaba a su cuerpo cada noche. El cabecilla de la Inmaculada llevaba una vida de privilegios envidiada por los otros reclusos del penal, que viven en estado de hacinamiento de manera permanente.
El asunto cuenta con plena complicidad del sistema penitenciario, pues lo mismo ocurrió en la cárcel de Picaleña y, cuando SEMANA lo dio a conocer, fue trasladado a La Picota con la promesa incumplida de imponerle el régimen penitenciario de un delincuente común.

Extradición
Pipe Tuluá sufrió un duro revés el pasado 4 de junio cuando fue blanco de un operativo sorpresa. Personal especializado del Inpec y de la Policía llegó hasta su lujosa suite para notificarle el traslado.
El máximo cabecilla de la Inmaculada fue movido a los calabozos de la Dijín, ubicados en el centro de Bogotá. Los integrantes de la Policía le notificaron que los motivos de su traslado obedecían a que a partir de ese momento entraba en el proceso para ser extraditado formalmente a Estados Unidos.
De acuerdo con fuentes de la Policía y la Fiscalía, el movimiento de Pipe Tuluá, además de la extradición, obedeció a un posible plan de fuga que habían detectado las autoridades. Lo estaría organizando su banda, La Inmaculada, que ya habría recaudado más de 800 millones de pesos para pagar sobornos y la logística para la huida.
Su traslado produjo una ola de violencia en el municipio de Tuluá, lo que obligó a las autoridades a tomar medidas especiales, como el toque de queda, para contener a los criminales.
Por el momento, Pipe Tuluá deberá esperar su extradición desde los fríos y poco cómodos calabozos de la Dijín mientras incendia el Valle del Cauca aun estando detenido.