DENUNCIA
¿Atentado con basura? SEMANA habló con la familia que botó las carcasas de dos lanzagranadas y que el presidente atribuyó a un atentado en su contra
SEMANA habló con la familia que, en Bogotá, botó a la basura las carcasas de dos lanzagranadas hechizos y que el presidente Petro afirmó que eran poderosas armas para atentar contra su vida.

Que rectifique, está en un delirio de persecución”, dijo Carolina Francia, la mujer que el pasado 20 de febrero, en una jornada de aseo en su casa, botó a la basura lo que pensaba eran unos tubos de color verde militar, pero que terminaron siendo las carcasas de dos lanzagranadas hechizos.
Las piezas fueron recicladas por un habitante de calle que trató de venderlas, pero terminó entregándolas a la Policía. El problema para la familia de Carolina es que el lugar donde arrojó los supuestos tubos está ubicado en una esquina de la calle sexta con carrera 23, un recorrido usual de la caravana presidencial.
“Que deje el delirio de persecución”: familia vinculada a supuesto atentado contra Gustavo Petro le pide al presidente que se rectifique. https://t.co/if1kX8qDUN pic.twitter.com/DGv6LpkxdJ
— Revista Semana (@RevistaSemana) June 14, 2025
Por eso, llegaron la Policía, la Sijín, el grupo antiterrorista, los antiexplosivos, la zona se acordonó, y todos reconstruían la escena para indagar cómo llegaron los restos de dos lanzagranadas a ese punto de la ciudad. Sin saberlo, los responsables estaban al lado.

“Yo dije, es una locura. Es mugre, yo hace mucho tiempo vivo acá, en la sexta con 23, si voy a atentar contra el presidente, ¿voy a botar eso a dos casas? Para mí eso siempre fue mugre”, dijo Carolina. Cuatro meses después, y cuando el país se preguntaba dónde estaba el presidente Petro tras varios días de ausencia y de dejar plantados a mandatarios del Caribe, reunidos en una cumbre en Montería, publicó un mensaje en X en el que compartió una foto de los lanzagranadas con un mensaje contundente.
“Que miembros de la Policía hayan ocultado el encuentro de estas armas antitanque, capaces de romper el blindaje de cualquier carro, es quizás más grave que el hecho”, dijo el presidente Petro, para advertir de un atentado en su contra.

El mensaje del presidente, cuatro meses después del hallazgo de los lanzagranadas y luego de un comunicado de la misma Policía, que advirtió que se trataba de carcasas obsoletas e inservibles, terminó convirtiéndose en una pesadilla en la que los organismos de inteligencia y la Fiscalía se lanzaron contra la familia para investigarla, pedirles que buscaran abogados y advertirles que no salieran de la ciudad.
“Es un delirio de persecución, diciendo ‘me van a hacer un atentado’. El tipo se inventó una película. Él vive en su mundo, yo no estoy de acuerdo con que venga, nos involucre y nos diga que somos terroristas y que lo vamos a atacar”, dijo Carolina. El pasado 29 de mayo, la Policía confirmó, con letras mayúsculas, que los lanzagranadas “no son funcionales”.

A pesar de esto, dos días después, el presidente Petro dijo que era la prueba de un plan para atentar en su contra. La Fiscalía abrió una investigación y los grupos antiterroristas, que cuestan millones de pesos, se dedicaron a buscar entre la basura las evidencias del supuesto atentado.
Ahora la familia de Carolina debe buscar abogado y hasta otro sitio para vivir. Sus miembros se convirtieron en el centro de conversaciones sobre terrorismo y sus vecinos se acostumbraron a ver investigadores merodeando en el barrio.
“Él (presidente Petro) va a sacar excusas de que le vamos a hacer un atentado; a quién se le ocurre, un atentado con unos tubos que para mí son basura. Llevamos siete años viviendo aquí.

¿Cómo saca esa noticia hasta ahorita? Es una persona tan amarillista”, advirtió Carolina. La familia explicó que las carcasas de los lanzagranadas llegaron a la casa por medio de un tío, soldado profesional retirado, que, infortunadamente, cayó en el consumo de estupefacientes. Por eso los botaron a la basura; lo demás, según Carolina, es invento del presidente.