Nación
Se habría tatuado una cruz por cada persona que mataba: asesinaba a mototaxistas en Caquetá y quedó libre un tiempo
La Fiscalía había solicitado la nulidad del proceso por receptación y un juez concedió una boleta de libertad solo respecto a ese proceso.
Siga las noticias de SEMANA en Google Discover y manténgase informado

Danna Valeria Figueroa Rueda
Comunicadora social y periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana, seccional Bucaramanga. Con experiencia en temas de país, particularmente política, judicial, orden público y justicia.

A mediados de mayo de este año, tres mototaxistas del municipio de Florencia, en el departamento del Caquetá, desaparecieron y, días después, sus cuerpos fueron localizados en una vivienda del barrio Bellavista. Las víctimas habían sido identificadas como Jaime Fierro Clavijo, de 58 años; Juan Antonio Arenas Vallejo, de 72; y John Fredy Morales, de 43.
La muerte de los tres hombres encendió una investigación que terminó apuntando a un mismo presunto responsable.
La Policía y el CTI detuvieron a un joven identificado como Joiner Alquiber Cabrera Mota, de 24 años, tras hallar evidencias y por encontrar un teléfono que, según los investigadores, Cabrera tenía en su poder.
En su versión ante la Fiscalía, el capturado relató cómo abordaba a los mototaxistas fingiendo ser pasajero, los intimidaba con un arma traumática y los llevaba hasta un inmueble donde los sometía y, en al menos dos casos, los degolló.
El caso, hasta ese punto, parecía cerrado: Cabrera fue presentado a audiencias y sobre él pesaban medidas de aseguramiento. No obstante, en agosto de este año, la historia dio un vuelco macabro.

La Fiscalía solicitó la nulidad del proceso por receptación (relacionado con el teléfono de una de las víctimas) y un juez concedió una boleta de libertad solo respecto a ese proceso; esa boleta fue materializada por el sistema y el Inpec correspondiente la ejecutó, con la que Cabrera quedó momentáneamente en libertad pese a que, en teoría, existían otras órdenes o procesos en curso por homicidio y secuestro que debían impedir su salida.
La consecuencia fue grave: el 14 de agosto, apenas días después de la boleta parcial, un mototaxista identificado como Alfredo Felantana apareció gravemente herido con múltiples heridas cortopunzantes.
Felantana sobrevivió tras una larga hospitalización; sus familiares afirman que, de no haber mediado la falla institucional que permitió la libertad, ese ataque podría haberse evitado. Pocos días después, el 20 de agosto, la Policía reportó la recaptura de Cabrera en Villavicencio mientras conducía la motocicleta de la última víctima.
Además de admitir los hechos que se le imputan por los tres mototaxistas, el joven reconoció a Séptimo día tener 23 cruces tatuadas en su cuerpo. Al ser preguntado por su significado, respondió con frialdad: “Tengo 23 tatuajes”. Cuando el periodista le preguntó si cada cruz representaba a una persona asesinada, Joiner asintió con su cabeza y se limitó a decir: “No, así no más, no señor”. Sin embargo, las autoridades han considerado que esas marcas podrían estar vinculadas a una cadena de homicidios ocurridos en distintas regiones.
Hoy Cabrera enfrenta cargos formales por homicidio agravado, secuestro agravado y hurto calificado y agravado; además, la Fiscalía prepara el anexo por tentativa de homicidio tras el ataque a Felantana.