Cúcuta
Los misteriosos mensajes en redes sociales de María José Estupiñán, universitaria asesinada en Cúcuta: “El sonido de un tiro”
En su cuenta personal de Facebook, María José dejó varias publicaciones de hace un año que hoy muchos interpretan como señales inquietantes por su tono premonitorio.


A medida que avanza la investigación por el asesinato de María José Estupiñán Sánchez, de 22 años, estudiante de séptimo semestre de Comunicación Social, salen a la luz una serie de mensajes que la joven compartió en sus redes sociales y que hoy generan inquietud por su tono premonitorio y misterioso.
Estupiñán, conocida cariñosamente como “La Mona” por sus amigos y familiares debido a su estilo elegante y apariencia llamativa, fue asesinada el 15 de mayo frente a su vivienda en Cúcuta por un hombre que se hizo pasar por domiciliario.
Su crimen ha causado conmoción no solo por las circunstancias violentas, sino también por el contexto emocional y judicial en el que se encontraba: un día antes de su muerte, había sido notificada de un fallo a su favor en un proceso por violencia intrafamiliar contra su expareja, quien debía indemnizarla con 30 millones de pesos.

En su cuenta personal de Facebook, María José dejó varias publicaciones que hoy muchos interpretan como señales inquietantes. Una de las más comentadas es una imagen compartida el 17 de mayo de 2024 —exactamente un año antes del crimen— en la que aparece un cadáver con implantes mamarios y la frase “A la tumba no vamos a llevarnos nada”. Ella escribió al pie: “Y la queso”.
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En otra publicación del 20 de mayo del mismo año, compartió un post con humor negro que decía: “Si me muero, me planchan el cabello”, y escribió: “Ondas, por favor y no me quiten las pestañas”, en referencia a sus extensiones.
Algunas semanas antes del asesinato, el 8 de marzo de 2025, publicó un mensaje que hoy genera debate: “Mi papá es paraco, allá ustedes si me tocan”. Y más reciente, el 4 de abril compartió otra frase llamativa: “Extraño de Colombia hasta el sonido de un tiro”.

Estos mensajes, que en su momento pasaron desapercibidos, ahora cobran una nueva dimensión en el marco de una investigación que apunta a un posible crimen pasional.
La Policía y la Fiscalía avanzan en la recopilación de pruebas, mientras familiares y allegados exigen justicia y piden no descartar ningún detalle del entorno emocional de la joven.
El país sigue atento a este caso, que no solo refleja los riesgos persistentes para las mujeres que denuncian violencia de género, sino también el poder revelador —y a veces perturbador— de las redes sociales en la vida de las víctimas.