Valle del Cauca
Siete muertos y más de 28 heridos dejó la escalada terrorista de este martes: hubo 24 ataques con explosivos
Los departamentos del Cauca y Valle del Cauca fueron blanco de una ofensiva criminal con explosivos, motos bomba, artefactos lanzados y ataques armados.

Una ola de violencia estremeció este martes el suroccidente colombiano tras la ejecución de 24 acciones terroristas en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, que dejaron un saldo trágico de 7 personas muertas —entre ellas 5 civiles y 2 patrulleros de la Policía Nacional— y 28 heridos, incluidos civiles, policías y militares.
Según el informe oficial emitido por la Policía Nacional, los atentados se concentraron en municipios como Caloto, Villa Rica, Suárez, Toribío, Timbiquí y Buenos Aires en el Cauca, y en Jamundí, Palmira, Buenaventura y Cali, en el Valle. La ciudad de Cali, en particular, vivió momentos de caos con explosiones en zonas residenciales y comerciales.
Entre las víctimas mortales se encuentran el patrullero Jair Gonzalo Gurrete Bolaños, asesinado en Caloto, y su compañero Duván Andrés Ramírez Cárdenas, en Villa Rica. A ellos se suma el capitán Juan Carlos Amaya Méndez, abatido en medio de operaciones contra el Clan del Golfo en Sonsón, Antioquia.
Los atacantes emplearon una variedad de métodos violentos, incluyendo el uso de vehículos cargados con explosivos, motocicletas bomba, ataques armados y cilindros bomba dejados en la vía pública. En total, se contabilizan 4 carros bomba, 3 motos bomba, 10 lanzamientos de artefactos explosivos, 4 tiroteos y 2 hallazgos de explosivos sin detonar.
En respuesta, la Policía Nacional y el Ejército desplegaron operaciones conjuntas para contrarrestar el accionar de las estructuras armadas ilegales, especialmente la denominada estructura Jaime Martínez, que opera con fuerza en la región.
El Ministerio de Defensa ofreció una recompensa de hasta 300 millones de pesos por información que permita prevenir nuevos ataques y capturar a los responsables. “Estos cobardes hechos no quedarán impunes”, indicó la institución en su comunicado.
Esta jornada violenta coincide con un llamado urgente de las autoridades del Valle del Cauca al presidente Gustavo Petro para que el Gobierno Nacional asuma un papel más activo en la protección de la región. “La seguridad es responsabilidad del Estado colombiano”, advirtió el alcalde de Cali, Alejandro Eder.
La tensión en el suroccidente colombiano crece, y las comunidades afectadas claman por una respuesta contundente del Estado ante la ofensiva de los grupos armados ilegales.
Así fue la escalada violenta
La escalada violenta inició con un carro bomba en el parque principal de Corinto, norte del Cauca, en inmediaciones de la Alcaldía y la Policía. Este hecho afectó establecimientos públicos alrededor del parque.
Mientras tanto, en Caloto se presentó un ataque, presuntamente con francotirador, que dejó a un policía asesinado. En ese mismo municipio, el frente criminal de las disidencias de las Farc, Dagoberto Ramos, realizó un retén ilegal en la vía Panamericana sobre el sector Huellas.
En el vecino municipio de Toribío hubo hostigamientos a la estación de Policía, mientras que en Buenos Aires, al otro costado de la vía Panamericana, fue lanzada una granada, además de ataques con disparos a la estación de Policía.
Muy temprano, casi en la madrugada, en la vía Cali-Palmira, que conduce al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, se dejaron seis cilindros con marcas de las Farc.
En el Patía-Bordo ocurrió un atentado terrorista con un vehículo adecuado con explosivos en zona urbana. Y en Timbiquí, pacífico caucano, se presentó el lanzamiento de un artefacto explosivo (tatuco) contra la base de la Armada, dejando como resultado ocho infantes de marina lesionados.
Uno de los hechos más fuertes también se registró en el peaje de Villa Rica. Este es el peaje más importante de la vía Panamericana, conecta a Cali con Santander de Quilichao (Cauca). Según imágenes dan cuenta de una explosión de un bus bomba que destruyó la estructura. Las autoridades informaron, preliminarmente, de una persona muerta por este hecho particular.