INVESTIGACIÓN

Ni los animales se salvan del horror: las disidencias de las Farc están matando a tigrillos y otras especies para arrancarles la piel y venderla al extranjero

SEMANA revela la nueva fuente de financiación de las disidencias de las Farc: tráfico de fauna silvestre. Los animales son sacrificados para quitarles las pieles y venderlas al extranjero en millonarias transacciones.

Gabriel Salazar López

Gabriel Salazar López

Periodista Semana

2 de agosto de 2025, 7:32 a. m.
ED 2247
"De la comercialización (de animales) les tiene que quedar su porcentaje, que es bastante alto”, comentan. | Foto: SEMANA

Los intensos operativos de las autoridades en Colombia contra el narcotráfico han hecho que los grupos ilegales muten a otras prácticas al margen de la ley con el fin de obtener cuantiosas rentas criminales para financiar las escaladas violentas en varias regiones del país, donde atacan a la fuerza pública y hasta a la población civil.

SEMANA conoció en detalle cómo las disidencias de las Farc tienen el poder de controlar la caza de fauna silvestre en territorios como Vichada y Casanare. Estos animales terminan fuera del país, en Asia y hasta en África. En lo más profundo del oriente colombiano, donde los llanos son inmensos y los ríos se entrelazan entre la maleza, ocurre algo muy grave, una tragedia silenciosa que con el pasar de los años tendrá consecuencias irreversibles.

Fuentes de organismos de inteligencia del Estado colombiano le explicaron a SEMANA cómo opera milimétricamente este negocio que no ocupa la atención de las autoridades. “Las disidencias de las Farc tienen el control de estas actividades porque son muy lucrativas y ellos lo que quieren es poder tener buenas ganancias. En ese orden de ideas, lo que hacen es saber el paso a paso de los cazadores ilegales con el fin de tener un inventario, por decirlo de alguna manera, de cuáles son los animales que roban en estos territorios. De la comercialización les tiene que quedar su porcentaje, que es bastante alto”, revelan.

La Orinoquía es una zona muy atractiva para este tipo de prácticas; 17 millones de hectáreas en las que pueden encontrar felinos sigilosos, aves coloridas y primates juguetones que han sido reducidos a mercancía.

“Las disidencias de las Farc tienen el control de estas actividades porque son muy lucrativas y ellos lo que quieren es poder tener buenas ganancias", le contó una fuente a SEMANA. | Foto: COLPRENSA ©

“Estos animales en vía de extinción son utilizados muchas veces (sus pieles) para la realización de productos como zapatos, correas, bolsos, entre otros elementos, vendidos a precios muy elevados desde la clandestinidad, incluyendo Colombia”, explican.

Los pumas, los jaguares, los tigrillos, entre otras especies, son los que más buscan para este tipo de prácticas, castigadas por la ley en Colombia. “Lo que hacen es matar a la hembra, que es la mamá de las crías de estos animales, llamados exóticos en el mercado negro, para quedarse con sus crías, las más apetecidas por los ilegales”, detallan.

El tráfico de fauna silvestre sigue siendo uno de los negocios ilícitos más lucrativos del mundo. Desafortunadamente, aún no hay conciencia sobre la importancia ecológica y la biodiversidad que representan todos los especímenes”.

SEMANA conoció que los cazadores, con ayuda de los grupos ilegales, montan trampas con sogas, usan caballos y perros bravos para acorralar a esta fauna silvestre. Aprovechan el conocimiento del terreno para movilizarse sin ser detectados. Incluso, hay monos que son cazados y vendidos a familias colombianas.

“Lo que hacen es matar a la hembra, que es la mamá de las crías de estos animales, llamados exóticos en el mercado negro, para quedarse con sus crías", afirmaron sobre la práctica. | Foto: LEÓN DARÍO PELÁEZ-SEMANA

“Muchos monos parecen tiernos cuando son pequeños, pero al crecer retoman su comportamiento natural, lo que los vuelve conflictivos en hogares humanos”, señalan. Por ejemplo, un solo cachorro de tigrillo o jaguar puede costar hasta 20.000 dólares en el mercado negro, unos 100 millones de pesos colombianos.

Los animales cazados ilegalmente son transportados por trochas, de noche, y muchas veces cruzan fronteras fluviales y terrestres sin que nadie se los impida. En departamentos como Casanare, donde puede haber apenas ocho policías ambientales para cientos de kilómetros, la lucha es desigual.

“En ocasiones, lamentablemente, hay funcionarios que por corrupción facilitan estas rutas de salida, ya sea por vía terrestre, aérea o incluso fluvial. Esa información está en poder de las autoridades judiciales y se espera que realicen las respectivas indagaciones para que paguen por estos hechos”, aseguran.

Ilegalidad maquillada

De hecho, no solo los cazan para hacer productos, sino también para sacarlos a destinos internacionales, donde los tienen como mascotas y nada pasa porque todo lo realizan en el marco de la supuesta legalidad en el extranjero.

Una hembra tigrillo y su cría fueron víctimas del nuevo negocio disidente.
Una hembra tigrillo y su cría fueron víctimas del nuevo negocio disidente. | Foto: LEÓN DARÍO PELÁEZ-SEMANA

“Trafican guacamayas, Ara ararauna o Ara macao, jaguares, ocelotes y pumas. Cruzan océanos para volverse mascotas en Dubái o Catar, donde el capricho exótico está por encima de la legalidad. Esos animales salen ilegales de Colombia, pero allá, con influencias y entregando hasta dinero, les dan una apariencia de legalidad. Es toda una red ilegal de esta fauna silvestre colombiana”, precisan.

Algunas de estas aves han llegado hasta Estados Unidos mediante el tráfico ilegal, pero los criminales hacen el “proceso legal” para poder comercializarlas en ese país. “En todo este proceso, las disidencias de las Farc tienen sus ganancias, que son millonarias, y es necesario que las divisiones del Ejército y los departamentos de la Policía Nacional puedan atacar a las redes dedicadas a estas prácticas que afectan a la biodiversidad colombiana. Sí hay unas investigaciones judiciales, pero no son fuertes, y eso nunca llega a ninguna operación en sí”, indican.

El hogar de paso

Para Joan Camacho, zootecnista de la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquía (Corporinoquia), que lleva más de diez años al frente de este tipo de situaciones, dice que el drama es más grande de lo que se pueda dimensionar. Asegura que muchos de estos animales llegan a sus instalaciones con unas graves deshidrataciones, heridos y psicológicamente afectados.

“En todo este tiempo he visto llegar pumas heridos, tigrillos huérfanos, loros mutilados y monos con traumas irreversibles por la caza ilegal”, revela. Actualmente, en el hogar de paso de esta entidad para la fauna silvestre, hay siete tigrillos, cuatro pumas, varios zorros y decenas de aves. Un zoológico involuntario, donde cada jaula representa un entramado criminal en el que las disidencias tienen su participación.

Las Farc están matando a tigrillos y la situación preocupa a nivel nacional. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTA-SEMANA

“Nuestro objetivo no es que los animales se queden en cautiverio, sino que puedan retornar a su hábitat natural. Algunos animales, lamentablemente, quedan tan afectados psicológicamente que nunca podrán volver a su hábitat natural”, insiste Camacho.

En Corporinoquia hay un vasto equipo de profesionales, como biólogos, zootecnistas, veterinarios, cuidadores y alimentadores, quienes hacen una tarea titánica para intentar rehabilitar a estos animales. “Todo este proceso no es tan fácil porque hay animales que nunca más se vuelven a adaptar a sus hábitats y quedan afectados de por vida. Su única opción es vivir bajo monitoreo permanente de los profesionales”, explica.

“Nuestro objetivo no es que los animales se queden en cautiverio, sino que puedan retornar a su hábitat natural", dice Camacho. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTA-SEMANA

Camacho insiste en que, aun cuando las autoridades tienen responsabilidades en este tráfico ilegal de fauna silvestre en Colombia, es necesario que la ciudadanía pueda tomar conciencia del daño a la biodiversidad.

“Si seguimos presionando a la fauna silvestre, llegará un momento en que los bosques y ríos empezarán a morir, y con ellos nuestra biodiversidad. Nosotros no somos dueños de la vida, solo formamos parte de ella”, insiste.

En Colombia, las leyes han avanzado, por lo que el maltrato y tráfico de fauna silvestre puede dar hasta nueve años de cárcel y multas que superan los 45 salarios mínimos legales mensuales vigentes. Pero la aplicación de esas normas aún es débil frente a un delito que, como el oro o la droga, se mueve con redes complejas y millones de por medio.

Las Farc trafica con animales, especialmente tigrillos. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTA

La jurisdicción de Corporinoquia cubre cinco departamentos y 45 municipios, incluyendo Casanare, Vichada, Arauca y partes de Boyacá y Cundinamarca. Esta extensión la convierte en la segunda autoridad ambiental más grande del país después de la Amazonía. Pero la magnitud del territorio contrasta con la escasez de recursos.

Las preguntas que quedan en el tintero: ¿intensificarán los controles de tráfico de fauna en Colombia? ¿Seguirán las disidencias de las Farc lucrándose de estas prácticas sin ningún tipo de impedimento?

Mientras se resuelven estos cuestionamientos, los animales de la selva colombiana seguirán sufriendo una persecución sin clemencia por quienes solo conocen el horror y la violencia como único camino. Bajo ese nefasto legado, ya acabaron con bosques enteros, han generado desplazamientos masivos y dejaron una estela de dolor en la mayoría de regiones de Colombia, principalmente en el suroccidente.