Maternidad
Maternidad en pausa: ¿por qué millones de mujeres en Colombia ya no quieren tener hijos? Esto dice revelador informe
Informe de la Fundación WWB Colombia revela cómo la pobreza, la sobrecarga de cuidados y la falta de oportunidades explican por qué cada vez más mujeres deciden no ser madres.

En Colombia, hay cada vez menos nacimientos, pero más mujeres que sostienen solas a sus familias en condiciones de precariedad. Así lo demuestra un nuevo informe de la Fundación WWB Colombia que, a partir de un análisis con enfoque de género de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE (2024), expone la dura realidad que viven millones de mujeres cabeza de hogar en el país: menos ingresos, más responsabilidades y un entorno cada vez más adverso para criar y desarrollarse.
Según el informe ‘Ser mujer, madre y sostén del hogar en Colombia: una ecuación desigual’, los hogares liderados por mujeres han crecido de manera sostenida durante la última década. En 2015 representaban el 36,4 % del total nacional y para 2024, ya alcanzan el 46,5 %. Solo entre 2023 y 2024 pasaron de 8,2 a 8,5 millones. Esto significa que cerca de 24,6 millones de personas —casi la mitad de la población— viven en hogares cuyo sostenimiento recae principalmente sobre una mujer.
El aumento en la jefatura femenina no ha venido acompañado de mejoras en sus condiciones de vida. Por el contrario, el estudio advierte un deterioro sostenido del bienestar entre estas mujeres, muchas de las cuales enfrentan solas las responsabilidades económicas, domésticas y de cuidado. De hecho, el 65,2 % de las mujeres cabeza de hogar están solas, sin pareja, mientras que la mayoría de los hombres jefes de hogar vive en contextos biparentales y comparte cargas.
“Hoy, existen más hogares dependiendo de mujeres que tienen más responsabilidades y menos ingresos, lo que las conduce al empobrecimiento y limita el desarrollo de sus hijos. Y en esa ecuación desigual, pierde el país”, afirmó Esneyder Cortés, director de Planeación y Estrategia de la Fundación WWB Colombia.
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Más pobres, más sobrecargadas
El informe documenta que el 37,7 % de las mujeres cabeza de hogar vive en situación de pobreza monetaria, frente al 29,5 % de los hombres en esa misma condición. Además, sufre un Índice de Pobreza Multidimensional más alto, lo que refleja carencias acumuladas en salud, educación, empleo y vivienda.
En términos prácticos, esto significa que cuatro de cada diez mujeres jefas de hogar no logran cubrir sus necesidades básicas. Mientras el ingreso promedio mensual de los hogares colombianos es de COP $1,3 millones, en los liderados por hombres alcanza los $1,4 millones y en los encabezados por mujeres apenas llega a $1,2 millones.
El problema se agrava con la inseguridad alimentaria: más de 2,4 millones de hogares con jefatura femenina pasaron hambre en 2024 y en 1,1 millones de ellos se quedaron sin alimentos. El 44,1 % expresó haber sentido preocupación por la falta de comida, una cifra 7 puntos por encima de los hogares liderados por hombres. Omitir comidas, comer menos de lo necesario o consumir alimentos poco nutritivos son realidades diarias para millones de mujeres.
“La precariedad no solo es material. También se traduce en agotamiento, insatisfacción y frustración frente a un entorno que exige más de lo que ofrece”, advierte el informe.
La carga invisible del cuidado
Uno de los factores que más incide en esta desigualdad es el reparto inequitativo del tiempo. Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, las mujeres dedican en promedio 4 horas y 38 minutos más que los hombres al trabajo no remunerado —como el cuidado de niños, enfermos y tareas domésticas—, y 1 hora y 20 minutos menos al trabajo remunerado.
Mientras que el 79,2 % de los hombres jefes de hogar se dedica principalmente a trabajar por ingresos, entre las mujeres esa proporción cae al 47,3 %. En cambio, el 45,2 % de ellas está absorbida por los oficios del hogar, lo que reduce su autonomía económica y perpetúa la pobreza.
Maternidad temprana y pobreza estructural
El informe también ofrece datos reveladores sobre la relación entre maternidad temprana y empobrecimiento. En Colombia, las mujeres jefas de hogar tuvieron su primer hijo, en promedio, a los 21 años. Nueve de cada diez fueron madres entre los 14 y 28 años, y más de 34 mil lo fueron antes de los 14.
Este dato no es menor. El 59,6 % de quienes fueron madres entre los 10 y 13 años no cubren sus gastos básicos. La maternidad en condiciones de vulnerabilidad, sin autonomía ni redes de apoyo, se convierte en un factor de perpetuación de la pobreza.
Caída histórica en los nacimientos
En 2024, Colombia registró apenas 445.011 nacimientos, la cifra más baja en más de dos décadas. Es la primera vez desde 1998 que la tasa cae por debajo del medio millón. Según el DANE, esto representa una disminución del 13,7 % frente a 2023 y del 32,7 % frente a 2015. La edad media al primer hijo es ahora de 24,4 años y la edad media de fecundidad es de 27,1.
La tendencia es clara: tres de cada cuatro mujeres en Colombia no desean tener hijos, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2025. Y la razón no es simplemente una preferencia individual, sino una consecuencia lógica de las condiciones estructurales: baja remuneración, sobrecarga de trabajo, falta de corresponsabilidad y un entorno sin garantías para el desarrollo económico.
“Reducir el debate a elecciones personales invisibiliza el peso que tienen las brechas de género y la falta de oportunidades. No es un capricho que muchas mujeres prioricen su autonomía económica; es una respuesta legítima ante un entorno hostil”, concluye el informe.
Las más afectadas: indígenas y afrodescendientes
El informe también visibiliza que las desigualdades se agravan cuando se cruzan con factores étnicos o de discapacidad. El 65 % de las jefas de hogar indígenas y el 59 % de las afrodescendientes aseguran que sus ingresos no cubren sus necesidades. Además, el 74 % de las indígenas y el 68 % de las afrodescendientes se consideran en condición de pobreza.
La inseguridad alimentaria golpea aún más fuerte: el 69 % de los hogares indígenas liderados por mujeres, el 61 % de los afro y el 53 % de aquellos con personas con discapacidad manifestaron preocupación por quedarse sin comida.
Una alerta para las políticas públicas
La Fundación WWB Colombia concluye que el aumento en la jefatura femenina es un fenómeno estructural que debe ser abordado con políticas que reconozcan la sobrecarga de cuidado, la desigualdad económica y la falta de acceso a empleo digno. La caída de la natalidad no puede entenderse sin mirar las condiciones en las que se está criando a la infancia y sosteniendo los hogares.
Más que cifras, este informe pone el foco en una realidad que ya está moldeando el futuro del país: una generación de mujeres que no quiere —o no puede— ser madre porque simplemente no le da la vida. Y si la sociedad no toma medidas, la desigualdad solo seguirá creciendo.