Nación
Exclusivo: la carta en poder de SEMANA que revela los otros capos detrás del secuestro de Lyan y la amenaza de una nueva guerra de carteles
El escalofriante relato habla del nacimiento de un nuevo grupo criminal integrado por varios narcos de la vieja guardia. Lo que ocurrió sería apenas el comienzo de la barbarie.

El secuestro del niño Lyan José Hortúa Bonilla en Jamundí el pasado 3 de mayo parece solo ser la punta del iceberg de una realidad criminal a gran escala que se viene moviendo con fuerza en el centro y sur del Valle del Cauca. Una carta enviada a la redacción de SEMANA —y que fue corroborada con fuentes de la zona— revela un oscuro panorama que pone en evidencia una nueva poderosa alianza de viejos capos del narcotráfico.
Como lo reveló SEMANA, el secuestro del niño habría obedecido a una supuesta deuda del narcotráfico que Angie Bonilla, madre del menor, tiene con Diego Rastrojo y varios miembros de esa facción criminal. De acuerdo con los testimonios obtenidos, la mujer —apodada como la Barbie Vanessa— se habría quedado con bienes y dinero de los extraditados capos que rondarían los 37 mil millones de pesos.
La nueva información en poder de este medio señala que el secuestro —que en principio estaba dirigido hacia Jorsuar Suárez, pareja sentimental de la Barbie y padrastro de Lyan— se planeó hace aproximadamente dos meses, luego de varias reuniones de grandes capos del Valle en Zarzal, Cali y Jamundí. Este nuevo junte de narcotraficantes se llama La Gran Alianza y estaría presuntamente comandado por Juan Carlos Rivera, alias 06 o Gitano. “Fueron ellos los que llevaron a cabo el trabajo (secuestro) para posteriormente entregárselo a las disidencias”, dice el revelador documento en poder de SEMANA.

La fuente asegura que un secuestro de esa magnitud —y contra las personas que se cometió— solo se puede realizar con la autorización de las disidencias y ese aval lo tiene La Gran Alianza. “Hace unos años ocurrió un secuestro y homicidio en la misma zona. Allí mataron al señor Mauricio Guerrero, alias Muelas. Eso fue un ajuste de cuentas y quien lo mató fue Juan David Rengifo, alias La R, policía retirado, exjefe de sicarios de La Gran Alianza y mano derecha del narcotraficante Jair Sánchez Hernández, alias Mueble Fino”.
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Dicho caso ocurrió en noviembre de 2019 en Jamundí y, según la investigación judicial, tuvo participación de dos policías activos. En juicio, la Fiscalía señaló que alias Mueble Fino buscó a Rengifo Mendoza para darle órdenes de buscar contactos en Cali y Jamundí para el cobro de un dinero por el secuestro de una persona.
De acuerdo con el dosier investigativo, los dos uniformados de la Policía montaron un falso operativo, interceptaron a alias Muelas, lo retuvieron y llevaron al corregimiento Potrerito —mismo lugar del secuestro de Lyan—, allí lo entregaron a Mueble Fino, quien les habría pagado una suma cercana a los 30 millones de pesos. Luego, alias Muelas apareció asesinado.
¿Qué relación tenían Muelas y Barbie Vanessa?
Según la carta en poder de SEMANA, el asesinato de Muelas no fue por rencillas personales, sino por un ajuste de cuentas. Mueble Fino, quien fue capturado por segunda vez, es también conocido como el más peligroso cobrador de cuentas del cartel del Norte del Valle.
“Una verdad que nunca se ha revelado es que Muelas tenía unos buses de servicio público y era el testaferro de la mamá de Lyan, quien es conocida en el mundo criminal como Chiqui. A Muelas lo sentaron en una reunión con alias La R, Mueble Fino y 06 para que entregara una flota de buses que pertenecían a Diego Rastrojo, pero él se negó. Muelas y Chiqui no quisieron entregar esos bienes”, señala la carta.
En 2023, policías y fiscales, presuntamente pertenecientes a la red de Mueble Fino, fueron enviados a la cárcel.
La fuente denunciante cuestiona el papel de la fuerza pública y judicial en estos casos. “Las autoridades no efectuaron labores a fondo (en el caso del secuestro de Lyan), ya que hay pesos pesados de La Gran Alianza y las disidencias. Y esto no es un problema de ahora, viene desde el homicidio de Muelas (2019). Si investigan a fondo, al primo del padrastro de Lyan (Antonio Cuadros, asesinado el pasado jueves) lo capturaron con Muelas y detrás de eso estaba La Gran Alianza. Inclusive La R le habría hecho un atentado, del cual salió ileso”, dice el escalofriante relato.
La Gran Alianza y la disidencia Jaime Martínez
El relato en poder de SEMANA señala que no fueron hombres de las disidencias quienes ingresaron a la lujosa vivienda de la Barbie Vanessa, sino emisarios de La Gran Alianza, que ahora trabajan en coordinación con el sanguinario frente Jaime Martínez.

“La disidencia sí le dio el respaldo a las personas que ingresaron a la casa, pero esas personas no son disidentes, esas personas son sicarios de La Gran Alianza”, manifiesta la fuente. En otro revelador apartado, agrega que, luego de analizar los videos de cámaras de seguridad conocidos tras el secuestro de Lyan, el hombre que porta el fusil es alias Toño. “Es la misma persona que participó en el homicidio de alias Muelas, en el mismo sector con el jefe de sicarios, alias La R”.
Otra de las fuentes consultadas por SEMANA confirmó la asociación de la Jaime Martínez con el supuesto naciente grupo La Gran Alianza. De acuerdo con lo expresado, las disidencias son “un perro rabioso que se calma con un pedazo de carne”. Esa cruda comparación parte del hecho de que los hombres de Iván Mordisco son sicarios y explosivistas sin mayor experiencia, que no son capaces de negociar los grandes cargamentos de cocaína en los mercados importantes como Estados Unidos y Europa. “Ellos (la disidencia) mandan en la zona, extorsionan y custodian la droga, pero los verdaderos dueños del negocio no están aquí. A las disidencias se les recibe la mercancía y se les paga con dinero en efectivo y armas. Ellos no piden nada más”.
¿Qué papel desempeña el temido capo Diego Rastrojo?
De acuerdo con la reveladora carta, el cobro de la deuda con Diego Rastrojo, y que habría motivado el secuestro de Lyan, se realizó a través de alias 06, jefe de La Gran Alianza. “Se los puedo asegurar desde ya: esa investigación no avanzará, porque La Gran Alianza maneja fiscales y generales a su antojo, por eso siempre le dijeron a Angie Bonilla que ella sabía lo que pasaba, que pagara”.

“Una persona, que maneja las finanzas de La Gran Alianza, se reunió con Angie para manifestarle que debía entregar lo que no le corresponde, por orden de alias 06, y ella se negó, por eso pasó todo esto”.
Alias 06 sería el hombre de mayor confianza de Diego Rastrojo en el sur del Valle. Este hombre estaría detrás de la reorganización criminal para la retoma del poder criminal en esta región del país. Y como toda guerra necesita dinero, ese supuesto grupo se ha dedicado en los últimos meses a liquidar todas las deudas de los testaferros con los grandes capos.
La guerra que se avecina
SEMANA indagó con dos fuentes cercanas a los extintos carteles del norte y centro del Valle para confirmar la veracidad del documento recibido. Ambos testimonios dieron credibilidad a la información y agregaron que todo lo que está ocurriendo es la antesala de una futura sangrienta guerra en la región.
En La Gran Alianza estarían vinculados grandes capos del Valle como alias Alacrán Jr. y Pipe Tuluá —líder de la banda La Inmaculada en Tuluá—; Guacamayo y Jesús Antonio Calle, alias Comba, lugarteniente de Los Rastrojos, y Diego Rastrojo. Todos conocieron del secuestro del niño Lyan, hijo de Leonardo Hortúa, alias Mascota o Mochacabezas —segundo al mando de Los Rastrojos y asesinado en 2013—, pero no intercedieron, más allá de un pedido a la familia para que entregaran los bienes reclamados.
Esta supuesta naciente estructura criminal estaría interesada en recuperar el control en el norte del Valle, pero para lograrlo deberán destronar a los herederos de capos como Iván Urdinola y Wilber Varela, alias Jabón, de quien Diego Rastrojo fue discípulo y uno de sus lugartenientes.
Diego Rastrojo, según las versiones en poder de SEMANA, estaría interesado en recuperar lo que alguna vez le perteneció y con ese objetivo, presuntamente, reunió a los grandes capos afines a su causa para dar el gran golpe.
Así las cosas, el secuestro del pequeño niño Lyan, que es una víctima de la violencia en este país, terminó desvelando lo que sería un presente y futuro aterrador para todo el suroccidente colombiano.