Valle del Cauca

Balacera en el sur de Cali deja dos muertos: un presunto ladrón y un civil

El hecho ocurrió en el barrio Tequendama; uno de los escoltas de la UNP resultó herido. Alcalde Eder exige acciones urgentes del Gobierno Nacional tras escalada violenta en el suroccidente.

12 de junio de 2025, 2:45 a. m.
Ataque sicarial en Cali.
Ataque sicarial en Cali. | Foto: Bernardo Peña/ El País

Un cruce de disparos en pleno día sacudió este miércoles el sur de Cali. La balacera, registrada hacia las 3:30 de la tarde en un establecimiento comercial del barrio Tequendama, dejó dos personas muertas: un presunto delincuente y un civil que se encontraba al interior del local. Además, un escolta de la Unidad Nacional de Protección (UNP) resultó herido.

De acuerdo con el general Carlos Oviedo Lamprea, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, los hechos se originaron cuando varios sujetos armados ingresaron al negocio, presuntamente con la intención de cometer un hurto.

En el lugar se encontraba personal de la UNP encargado de proteger a una líder social, quien estaba ahí.

“Presuntamente, actores criminales ingresan para realizar un hurto. El personal de escoltas reacciona ante esta acción y se presenta un intercambio de disparos. Uno de los delincuentes fue abatido por los escoltas y, de manera accidental, un ciudadano que se encontraba al interior del lugar perdió la vida”, indicó el general Oviedo.

El escolta herido fue atendido, según las autoridades, se encuentra fuera de peligro. “Presentó una herida leve en una de sus extremidades”, agregó el oficial.

Las autoridades investigan si hubo más participantes en el intento de hurto y analizan las grabaciones de cámaras de seguridad dentro y fuera del establecimiento para esclarecer los hechos.

La víctima civil no ha sido plenamente identificada. La Policía está verificando sus antecedentes y busca determinar si fue un daño colateral o si tenía alguna relación con los hechos.

Cali pide ayuda urgente ante ola de violencia

Este nuevo hecho de sangre se suma a una serie de eventos violentos que encendieron las alarmas en la capital vallecaucana. En respuesta, el alcalde Alejandro Eder exigió la intervención inmediata del Gobierno Nacional durante el Consejo de Seguridad Extraordinario que se realizó este martes en la Base Aérea Marco Fidel Suárez, encabezado por el presidente Gustavo Petro.

“Cali necesita una respuesta decidida del Estado. No podemos permitir que la criminalidad se normalice. La ciudadanía exige acción y resultados”, declaró Eder ante el mandatario nacional y la cúpula militar.

En su intervención, el alcalde presentó cinco solicitudes urgentes:

  • Refuerzo de la Fuerza Pública: pidió el envío de 200 nuevos policías adicionales a los 100 que ya han llegado, para blindar los ingresos de la ciudad y fortalecer el patrullaje conjunto con el Ejército y la Fuerza Aérea.
  • Judicialización de estructuras criminales: reiteró la necesidad de avanzar en procesos judiciales contra organizaciones como la columna Jaime Martínez y desarticular sus redes financieras.
  • Sustitución de economías ilegales: solicitó apoyo del Ministerio de Defensa para avanzar en programas de sustitución de cultivos ilícitos y recuperar el control territorial.
  • Unificación de programas sociales: propuso articular la estrategia local ‘En la buena’ con el programa nacional ‘Jóvenes en paz’, para prevenir el reclutamiento de menores y ofrecer alternativas reales en cultura, deporte y educación.
  • Atención a las víctimas: pidió acompañamiento del Ministerio de Igualdad y de la Unidad de Víctimas para brindar atención integral a los afectados por la violencia, tanto en el ámbito material como psicológico.

“Esto no es ideología, es una lucha por la vida”: Eder

El alcalde cerró su intervención con un llamado a la unidad nacional. “Presidente, estamos listos para demostrar que sí hay una forma de cambiar esta realidad. Esta no es una lucha ideológica, es una lucha por la vida de los ciudadanos”, dijo Eder, al insistir en que Cali y el suroccidente del país no pueden continuar como epicentros de la criminalidad.

Mientras las autoridades avanzan en las investigaciones del doble homicidio en Tequendama, crece la presión social por respuestas efectivas ante la ola de violencia que amenaza la tranquilidad de la ciudad.