Nariño

Así es el ‘Trampolín de la muerte’, una de las carreteras más peligrosas de Colombia

Una carretera que serpentea entre abismos y selvas en el sur de Colombia se ha convertido en un símbolo de desafío para conductores. Conecta dos departamentos clave.

17 de marzo de 2025, 4:19 p. m.
Vía Pasto - Mocoa, imagen de referencia.
Vía Pasto - Mocoa, imagen de referencia. | Foto: Tomada de redes sociales

En el sur de Colombia, una carretera que conecta las ciudades de Mocoa y Pasto se ha ganado el apelativo de ‘Trampolín de la Muerte’. Su estrechez, las curvas cerradas y los abismos que la flanquean la han convertido en una de las rutas más peligrosas del país. Sin embargo, más allá de su fama temeraria, esta vía es también un escenario de biodiversidad y paisajes impresionantes que cautivan a quienes se atreven a transitarla.

Para Edwin Dávila, creador de contenido colombiano conocido como ‘El Pateperro’, esta carretera debería ser llamada el “Trampolín de la Biodiversidad”. En un video publicado en su canal de YouTube, Dávila destacó la riqueza natural que rodea la vía: “No vamos a hablar del trampolín de la muerte, sino del trampolín de la biodiversidad, ya que los habitantes de este sector le han nombrado así por la cantidad de fauna que hay”.

Así se ve la vía Pasto - Mocoa en Putumayo.
Así se ve la vía Pasto - Mocoa en Putumayo. | Foto: Fragmento de video

Un camino marcado por la historia y el peligro

El origen de esta carretera se remonta a la década de 1930, cuando fue construida por misioneros con el objetivo de llegar a comunidades indígenas. Desde entonces, ha evolucionado de ser un sendero para caballos a una ruta transitada por vehículos de todo tipo. Sin embargo, su infraestructura sigue siendo precaria, con largos tramos sin pavimentar y zonas propensas a derrumbes.

Pablito Imhoff, creador de contenido argentino, recorrió esta ruta en abril de 2023 como parte de su proyecto de viajar desde Argentina hasta Alaska en una pequeña motocicleta Honda C90, conocida como la ‘Icono’. Durante su travesía, Pablito enfrentó curvas cerradas, niebla densa y tramos llenos de barro. “El paisaje, como en toda la ruta, es increíble. Te encontrás con ríos, cascadas. Es una ruta escénica en todo el recorrido”, relató.

Sin embargo, el peligro es constante. A lo largo de la carretera, numerosas cruces y capillas improvisadas rinden homenaje a las víctimas de accidentes. “Acá miren la cantidad de cruces, imágenes de la virgen, del Niño Jesús. Casi todas las placas tienen la fecha julio 19 del 1991″, señaló Pablito, quien comparó la experiencia con la famosa Ruta de la Muerte en Bolivia.

Biodiversidad en cada curva

A pesar de su reputación, el ‘Trampolín de la Muerte’ es un corredor natural que alberga una gran diversidad de especies. Según Dávila, en esta zona es posible avistar animales como el puma concolor, el oso de anteojos, el tucán andino y el gallo de las rocas. Además, la carretera está rodeada de árboles frutales, como aguacates, que refuerzan la conexión entre la vía y su entorno natural.

“Esta carretera es un corredor natural para la fauna silvestre. Aunque ver estos animales requiere mucha suerte, su presencia resalta la importancia ecológica de esta región”, explicó Dávila. Por esta razón, algunos habitantes locales han comenzado a referirse a la ruta como el “Trampolín de la Biodiversidad”, buscando cambiar la percepción negativa asociada a su nombre original.

Una experiencia que combina adrenalina y asombro

Para quienes se aventuran a transitar esta carretera, la experiencia es una mezcla de adrenalina y asombro. Pablito relató cómo, a bordo de su pequeña motocicleta, pudo apreciar cada detalle del paisaje, desde las cascadas que caen junto a la vía hasta los ríos que deben cruzarse con precaución. Sin embargo, también advirtió sobre los riesgos, como la posibilidad de encontrarse con vehículos de gran tamaño en tramos estrechos o de perder visibilidad debido a la niebla.

A pesar de las dificultades, el recorrido culmina con una sensación de logro. “Ya hicimos el trampolín, gente. Fue un desafío. Fue igual o más difícil que la Ruta de la Muerte. Pero lo pasamos”, celebró Pablito al llegar a Mocoa. Para él, esta ruta es una de las más escénicas que ha transitado en su viaje por América Latina.

Más que una carretera, un símbolo de resiliencia

El ‘Trampolín de la Muerte’ es más que un camino peligroso: es parte integral de la cultura del Putumayo. De acuerdo con Dávila, esta carretera conecta a los habitantes de la región y es un símbolo de su resiliencia frente a las adversidades. Su riqueza natural la convierte en un lugar único, donde la interacción entre la actividad humana y la biodiversidad crea un contraste fascinante.

En última instancia, tanto Dávila como Pablito coinciden en que esta carretera es mucho más que un simple camino. Es un testimonio de la relación entre los seres humanos y la naturaleza, un desafío para los conductores y un recordatorio de la belleza y la fragilidad del entorno que nos rodea. El ‘Trampolín de la Muerte’, o “Trampolín de la Biodiversidad”, sigue siendo un lugar donde el peligro y la majestuosidad se encuentran en cada curva.

“No sé si esta ruta no es más peligrosa que la Ruta de la Muerte en Bolivia. Yo creo que lo que la hace más peligrosa es justamente el hecho de que haya vehículos, de que sea muy transitada”, concluyó Pablito, dejando en claro que, más allá de los riesgos, esta carretera es una experiencia que vale la pena vivir.