Bucaramanga
Bucaramanga: la ciudad con la menor tasa de desempleo en Colombia; lleva 15 meses haciendo historia
El último reporte del DANE confirmó uno de los grandes logros de la alcaldía de Juan Carlos Cárdenas: ser la única ciudad del país con una tasa de desempleo de un dígito.
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (Dane) publicó la cifra de desempleo para el mes de junio, que trajo consigo una variación importante para ese periodo, en comparación con la publicada en el mes de mayo, que fue de 10,5 %.
La cifra publicada para el mes de junio fue de 9,3 %, según lo reportado por la directora de la entidad, Piedad Urdinola. Esa reducción fue de 1,9 puntos porcentuales. La tasa global de participación se ubicó en 64,3 %, mostrando un aumento con respecto a la registrada en junio de 2022, que fue de 63,7 %.
Estos resultados evidencian que la recuperación del empleo y la reducción de la tasa de desempleo están perdiendo impulso, lo cual se atribuye a los impactos de la desaceleración económica en el mercado laboral. No obstante, hay una ciudad en el que se viene marcando unas tasas de desempleo mucho más bajas respecto al resto del país.
Según el último reporte del Dane, Bucaramanga se posiciona con la tasa de desempleo más baja, donde pasó del 8.5 al 7 por ciento, y ahora para junio quedó de 6.8 %, la cual es una tendencia constante.
Tendencias
“Por primera vez en la historia Bucaramanga tiene tasa de desempleo de 6,8 %. Tras pandemia, crisis económica y estallido social, nos consolidamos por 15 meses consecutivos con el menor desempleo del país gracias a toda la ciudadanía verraca pa’ trabajar”, indicó el mandatario de los bumangueses, Juan Carlos Cárdenas.
¿Cuál ha sido la clave?
Juan Carlos Cárdenas: Somos la única ciudad de Colombia con una tasa de desempleo de un dígito. Esto se ha logrado gracias a un esfuerzo colectivo, en el que han participado ciudadanos, empresarios, gremios y administraciones locales que han empezado a tomar decisiones con base en datos, lo cual es fundamental porque si uno tiene en cuenta la información de entidades, como por ejemplo el Dane, los impactos se vuelven positivos y reales. Eso nos ha ayudado a entender dónde debemos invertir los recursos públicos a través de microcréditos, ferias o subsidios a sectores estratégicos.
¿A qué deberían apostarle las siguientes administraciones?
J.C.C.: Aún hay muchas oportunidades. Nosotros hemos bajado 12 puntos la informalidad de la ciudad, pero hay que seguir trabajando en eso, especialmente en los sectores de transporte, construcción, gastronomía, gastrobares y servicios domésticos. Allí hay que establecer líneas de fomento y trabajo gremial para mejorar la formalidad, porque esto es el inicio de un círculo virtuoso: la formalidad permite más ingresos municipales, es decir, hay más inversión, más empleo y más crecimiento económico y eso ayuda a mantener una dinámica positiva. La clave es la confianza ciudadana.
¿Cómo se avanzó en el tema de la confianza?
J.C.C.: Logramos duplicar el número de oferentes habilitados en la contratación pública. Aquí todos tienen posibilidad de participar. Tenemos además una política pública de transparencia que se encarga de verificar todos los procesos. Pero a mí me gusta mostrar hechos: en enero de este año Bucaramanga logró recaudar el 80 por ciento del impuesto predial y que eso se logre en el primer mes no es algo común en el país.
La educación también ha sido fundamental, ¿a qué le han apuntado?
J. C. C.: Hemos aumentado la cobertura del Programa de Alimentación Escolar en Bucaramanga y también reducido la brecha tecnológica porque pasamos de 11 estudiantes por computador a dos y medio, comprando más de 20 mil computadores para los alumnos de los colegios rurales. Además, se aumentaron las salas de robótica. De hecho, hicimos una inversión histórica en los colegios públicos que fue de aproximadamente 150 mil millones de pesos porque queremos hacer puentes para el futuro de los jóvenes.
¿Cuál fue el principal reto que encontró al ejecutar el Plan de Desarrollo?
J. C. C.: Creo que el mayor reto fue cohesionar a un equipo de gobierno frente a un único propósito porque para mí lo más importante era ejecutarlo y no caer en promesas falsas, como pasa con la mayoría de los políticos. Hoy puedo decir que estamos en un 98 por ciento de cumplimiento del Plan de Desarrollo, algo que nunca se había logrado en esta ciudad.
¿Y qué pasó con la población rural?
J. C. C.: Triplicamos la inversión para beneficiar a las poblaciones y seguiremos trabajando para poder subsanar sus necesidades. Hace poco, por ejemplo, entregamos tres puentes vehiculares, cuatro acueductos para zonas que no contaban con el servicio de agua, diseñamos otros siete e, incluso, dejamos una hoja de ruta para el próximo gobierno. Además, compramos maquinaria amarilla y perfilamos las vías, les llevamos computadores a los niños y jóvenes de estas zonas, les hicimos el primer parque veredal y también los ayudamos con microcréditos y subsidios para que se queden en el territorio.