Norte de Santander
Al subgerente de reconocido banco en Ábrego, Norte de Santander, lo habrían amarrado con cordón explosivo en medio de intento de robo
El hombre fue interceptado por sujetos armados antes de llegar a su lugar de trabajo.

Un grave hecho se habría presentado en la mañana de este miércoles en Ábrego, Norte de Santander. De acuerdo con los primeros reportes de medios de comunicación locales, el subgerente del banco Bancolombia, presuntamente, fue amarrado con un cordón explosivo en medio de un aparente intento de hurto a la sede bancaria.
Según el diario La Opinión, el subgerente fue interceptado por hombres armados antes de llegar al banco. Estos sujetos le habrían instalado los supuestos explosivos y obligado a entrar a su lugar de trabajo.
Al parecer, el subgerente se movilizaba en su vehículo personal, cuando fue abordado por los presuntos asaltantes, quienes le habrían instalado una especie de cinturón con lo que serían artefactos explosivos.
No obstante, y según información preliminar, el empleado logró liberarse a tiempo y alertó a sus compañeros del banco. De inmediato se inició un proceso de evacuación. Al percatarse de que el plan inicial había fracasado, los asaltantes huyeron en el carro del subgerente.
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De otro lado, en ese mismo municipio, fue dejado un cilindro, aparentemente cargado con explosivos, en una de las salidas por tierra, lo que llevó a las autoridades a desplegar un operativo robusto en la zona.
Este hecho se presenta solo un día después de la escalada violenta que vivió el suroccidente colombiano, tras la ejecución de 24 acciones terroristas en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, que dejaron un saldo trágico de 7 personas muertas —entre ellas 5 civiles y 2 patrulleros de la Policía Nacional— y 28 heridos, incluidos civiles, policías y militares.
Según el informe oficial emitido por la Policía Nacional, los atentados se concentraron en municipios como Caloto, Villa Rica, Suárez, Toribío, Timbiquí y Buenos Aires en el Cauca, y en Jamundí, Palmira, Buenaventura y Cali, en el Valle. La ciudad de Cali, en particular, vivió momentos de caos con explosiones en zonas residenciales y comerciales.
Entre las víctimas mortales se encuentran el patrullero Jair Gonzalo Gurrete Bolaños, asesinado en Caloto, y su compañero Duván Andrés Ramírez Cárdenas, en Villa Rica. A ellos se suma el capitán Juan Carlos Amaya Méndez, abatido en medio de operaciones contra el Clan del Golfo en Sonsón, Antioquia.
Los atacantes emplearon una variedad de métodos violentos, incluyendo el uso devehículos cargados con explosivos, motocicletas bomba, ataques armados y cilindros bomba dejados en la vía pública. En total, se contabilizan 4 carros bomba, 3 motos bomba, 10 lanzamientos de artefactos explosivos, 4 tiroteos y 2 hallazgos de explosivos sin detonar.