Bogotá
Exesposa de Roberto Franco, asesinado cerca del Parque de la 93, habló por primera vez: “Siempre lo voy a querer, aunque haya sido mi mayor verdugo”
Tras un año del asesinato de Roberto Franco Charry, habló Alejandra Isaza, una de sus exesposas.
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A un día de que se cumpla un año desde que sicarios acabaron con la vida de Roberto Franco Charry, en inmediaciones del Parque de la 93, se pronunció por primera vez, a través de sus redes sociales, la madre de uno de sus hijos, Alejandra Isaza, quien aseguró que, a pesar de que Franco Charry fue “mi mayor verdugo, siempre lo voy a querer”.

La mujer, con quien Franco tenía una pequeña hija, recordó el fatídico día en el que lo asesinaron y señaló que todo este tiempo, desde el 21 de febrero de 2024, ha estado en un proceso en el que ha podido entender que “el amor y el dolor pueden coexistir y que, incluso, en las experiencias más difíciles se pueden encontrar lecciones valiosas que nos ayudan a crecer y sanar”.
En su publicación, Isaza también recordó que hace cuatro años fue la primera vez que perdió la custodia de su pequeña hija Julieta luego de que, según ella, Franco instaurara una “falsa denuncia” en su contra.
“Yo no endurecí mi corazón porque sintiera odio, al contrario, yo lo endurecí para guardar el amor que sentía por él cuando me separé, porque no me podía permitir amor por una persona que me estaba lastimando”, aseguró Isaza.
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La historia de Franco Charry con Alejandra Isaza es solo una de las aristas de todos los hechos que rodearon su muerte y que todavía siguen sin ser esclarecidos por las autoridades. La mujer, quien en épocas de la muerte de Franco dijo que fue víctima de violencia intrafamiliar y maltrato psicológico cuando vivió con el empresario en Bogotá, en su nueva publicación expresó que cuando el hombre falleció se permitió recordar tanto lo bueno como lo malo y que su corazón “se comenzó a romper en mil pedazos”.
“Siempre lo quise y siempre lo voy a querer aunque haya sido mi mayor verdugo. Sé que cuando termine de sanar, mi corazón va a ser mi mayor maestro y entenderé con gratitud que las situaciones difíciles que enfrenté quizá fueron una prueba para la fortaleza que debo tener ahora”, publicó Isaza.
Finalmente, la mujer aseguró que se está encargando de que su hija crezca libre y feliz, y que está buscando todas las herramientas posibles para poder acompañar a Julieta durante su etapa de crecimiento “validando sus emociones y cortando cualquier cadena”. No obstante, reconoció que Franco había dejado muchos asuntos sin resolver y que eso las dejó a ella y a su hija “desprotegidas y expuestas”.