Secretaría de Salud de Bogotá desmiente rumor sobre cierre del servicio de Ginecobstetricia del Hospital de Fontibón

“El cierre de la sala de partos del Hospital de Fontibón evidencia el colapso de la salud pública en Bogotá“, esa fue la frase con la que el concejal José Cuesta Novoa, del Pacto Histórico, sentenció que el servicio de Ginecobstetricia de ese hospital había sido cerrado. Situación que luego fue desmentida por la Subred Sur Occidente.

En el comunicado emitido por la Subred se dejó en claro que lo que se está haciendo es avanzar con un análisis estratégico sobre los indicadores de servicio en Fontibón, Kennedy, Bosa y Puente Aranda “con el firme propósito de fortalecer la seguridad y calidad en la atención de las gestantes del Distrito”.

En su comunicado oficial la Subred hizo dos precisiones al respecto: el servicio de ginecobstetricia en el Hospital Fontibón continuará operando con normalidad, mientras se avanza en la reorganización integral de la atención materna en nuestra red hospitalaria.

Además, señalaron que “como compromiso con una atención más oportuna y especializada, la Subred proyecta fortalecer la oferta de servicios en el Hospital Fontibón, incorporando nuevas especialidades médicas que respondan a las necesidades de la comunidad”.

¿Qué fue lo que dijo Cuesta?

Y es que estas declaraciones fueron publicadas luego de que el concejal Cuesta asegurara que, el supuesto cierre del Hospital de Fontibón, obligaría a las mujeres gestantes de Fontibón a desplazarse a los hospitales de Kennedy o Bosa y que eso “pone en riesgo la vida de madres y recién nacidos y vulnerando gravemente el acceso oportuno y seguro a la atención”.

“Su clausura no solo representa una pérdida en términos de capacidad clínica e infraestructura, sino también la aniquilación simbólica de un centro de vida que durante décadas atendió con humanidad, conocimiento y dignidad a miles de mujeres. Cerrar una sala de partos no es un ajuste técnico: es una sentencia contra la vida”, dijo Cuesta.

Para el concejal Cuesta, esta “tragedia” no es un hecho aislado: es la expresión de una política sanitaria que responde a una lógica de mercado impuesta por la Ley 100. En su opinión, el sistema público de salud opera bajo la lógica de la rentabilidad, donde la mano invisible del mercado define el valor de una vida según su costo, y no según su dignidad.

“El resultado es claro: el colapso operativo y financiero de la red pública”, afirmó el concejal.

A esto se suma, según el cabildante, el desmantelamiento de la Atención Primaria en Salud (APS), con el despido de más de 3.000 trabajadores en la alcaldía de Carlos Galán, en contraste con los más de 1.000 equipos de territorios saludables que logró conformar la Bogotá Humana para garantizar APS en el 100 por ciento de los estratos 1 y 2.