Bogotá
¿Metro en riesgo? Estados Unidos anuncia que se “opondrá” a proyectos realizados por empresas chinas en Colombia y que tengan financiación americana
El ingreso de Colombia a la Ruta de la Seda tuvo un efecto desestabilizador en las relaciones de Colombia con Estados Unidos. En la mira está el metro de Bogotá, que podría recibir el impacto de las consecuencias.


Se vuelven a abrir las grietas en la financiación del Metro de Bogotá luego de que la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de EE. UU. aseguró que los proyectos realizados por China ponen en riesgo la estabilidad de la región y que se opondría “fuertemente” a cualquier proyecto realizado por ese país en Colombia luego de la firma del memorando de entendimiento que ingresa a Colombia en la iniciativa de la Ruta de la Seda.
The U.S. will strongly oppose recent projects and upcoming disbursements by the @the_IDB and other IFIs for Chinese state-owned and controlled companies in Colombia (and other BRI countries in the region). These projects endanger the region's safety and security. American tax…
— Bureau of Western Hemisphere Affairs (@WHAAsstSecty) May 15, 2025
Como SEMANA ya lo había anunciado desde inicio del año, Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Estados Unidos para América Latina, los proyectos financiados por el BID y que fueran construidos por empresas chinas estarían en la mira.
El metro de Bogotá no es solo el proyecto de infraestructura más importante del país, sino uno que está contratado al 100 % con un consorcio chino, tanto para su construcción como para su operación.
El mensaje de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de EE. UU. fue contundente: “Estados Unidos se opondrá firmemente a los proyectos recientes y a los próximos desembolsos por el BID y otras instituciones financieras internacionales para empresas estatales chinas en Colombia (y otros países de la Franja y la Ruta de la Seda) y controladas por China. Estos proyectos ponen en peligro la seguridad de la región. El dinero de los contribuyentes estadounidenses NO DEBE ser utilizado de ninguna manera por organizaciones internacionales para subsidiar a empresas chinas en nuestro hemisferio”.
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Según lo argumentado por Claver-Carone en un primer momento, al Gobierno Trump no le hace mucha lógica apoyar con recursos de sus contribuyentes una entidad que financia proyectos que no están alineados con su política de Estado. Es más, dentro de su explicación mencionó particularmente la financiación de la segunda línea del metro de Bogotá que, tanto para Claver-Carone como para Trump, es problemática, pues tiene manos chinas en su construcción.
Claver-Carone fue enfático: “Tienen en Colombia un programa de diversidad, equidad e inclusión de aproximadamente 450 millones de dólares y luego 500 millones para que los chinos construyan el metro en Bogotá. ¿En serio? ¿Es ahí donde debería ir su dinero? ¿Y luego quieren que les demos más dinero?”.
SEMANA consultó a expertos en la materia, quienes analizaron los riesgos que enfrenta la financiación de la segunda línea del metro. Darío Hidalgo, profesor de la Universidad Javeriana y experto en movilidad, aseveró que la financiación para ese proyecto ya está asegurada con el BID, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Mundial, y que se espera que arranque el proceso licitatorio para saber quién finalmente construirá la megaobra.

Para Hidalgo, el panorama no es complicado: “En general, los países no tienen la capacidad de vetar proyectos relacionados con la financiación del BID, especialmente cuando se trata de iniciativas ya aprobadas, a las cuales cualquier país miembro puede acceder, incluso si cuentan con financiamiento del Banco de Desarrollo”.
José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, también tiene una visión positiva sobre el futuro de la plata que se necesita para la obra de movilidad. No obstante, es más reservado y manifiesta que el Distrito debería empezar a buscar fuentes alternas de financiación en caso de una eventualidad.

Para Rojas, en esta ecuación no solo importan los movimientos de Trump, sino los del presidente Petro, y cómo las acciones de lado y lado puedan minar la relación de cooperación y generar ataques más severos de Estados Unidos a los proyectos del país.
Aunque para los expertos consultados por SEMANA la desfinanciación de Trump al BID no tendría por qué alertar a Bogotá, lo cierto es que Estados Unidos es el mayor poseedor de acciones dentro del grupo de países no prestatarios del BID (los que proporcionan los recursos), con el 30 %o del total de los votos en la Asamblea de Gobernadores y el Directorio Ejecutivo.