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Epa Colombia habla con SEMANA y hace una impactante confesión tras sus charlas con la mamá de Sara Sofía: “Que la habían quemado”

Daneidy Barrera Rojas, más conocida como Epa Colombia, habló desde la cárcel El Buen Pastor. Contó que quiere tener otro hijo y que pronto empezará a estudiar. De igual manera, habló de historias sorprendentes que ha conocido en prisión.

11 de marzo de 2025, 11:02 a. m.
Epa Colombia, Carolina Galván Cuesta Sara Sofía
Epa Colombia, Carolina Galván Cuesta Sara Sofía | Foto: SEMANA

SEMANA: Bienvenidos a SEMANA, los saludamos desde la cárcel El Buen Pastor en Bogotá. Estamos con Daneidy Barrera Rojas, más conocida como Epa Colombia, una mujer que fue condenada a cinco años y dos meses de prisión por los delitos de perturbación al servicio de transporte público, instigación a delinquir con fines terroristas y daño en bien ajeno por unos destrozos que causó en una estación de TransMilenio en el año 2019, en medio del llamado estallido social. Bienvenida a SEMANA. Bueno, ¿cómo está?

Epa Colombia (E. C.): Muchísimas gracias por la entrevista. Amiga, sáqueme de aquí.

SEMANA: Bueno, Epa, va a cumplir dos meses, ¿cómo ha sido para usted este tiempo en la cárcel?

E. C.: Muy difícil. No creo que nadie merezca estar aquí. Es muy, muy difícil. He sufrido muchísimo aquí por la comida. También pues que el agua refrescante, entonces me tiene como la piel muy brotada. He sufrido bastante. Pero he sido muy fuerte, he sido muy muy resiliente. Creo que esa es la palabra que siempre me ha definido, como una mujer fuerte, valiente, como esas mujeres que se levantan a trabajar todos los días a luchar por sus hijos. Yo soy de esas mujeres.

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SEMANA: ¿Y cómo es su día a día? Supimos que tiene ganas de estudiar.

E. C.: A las 7:30, me baño, me organizo y pues nada, me quedo todo el día ya encerrada, ¿qué más? Porque todavía no puedo hacer nada, soy muy nueva, entonces hace poco empecé con mi tratamiento carcelario, que es la inducción de tratamiento, lo que uno siempre debe hacer al principio cuando llega para que luego lo coloquen en alta y uno empieza a descontar.

Descontar es para que la pena se rebaje con horas, así sea haciendo aseo en el rancho, haciendo algo; entonces pues estoy en ello para empezar ya a descontar y que esos cinco años se vuelvan menos porque acá es el dos en uno. Entonces tú trabajas dos días y te remuneran diez horas.

SEMANA: Si usted quiere descontar la pena cumpliendo con lo que ordena el Inpec (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario) para ello, ¿cómo ha pensado descontar la pena?, ¿qué tipo de actividades piensa realizar en la cárcel?

E. C.: Pues quiero la que más da descuento que es mantenimiento y hacer aseo. Entonces pues toca lavar los baños, toca limpiar el pasillo y todo eso. Yo iba a hacerlo en la peluquería, pero me negaron ese proyecto. Yo tenía un proyecto aquí, que duré cuatro meses. Había 1.700 chicas, de esas 1.700, capacité a 300; de 300 tengo cinco trabajando en mi peluquería y cuando llegué aquí como una PPL, porque me dijeron que era una Persona Privada de la Libertad, me dijeron: “No, ya no puedes estar en el proyecto porque tú ya estás adentro, era cuando tú estabas afuera, ya tú estás adentro”. Entonces no me han brindado como esa oportunidad de capacitar a las chicas. Pues dije, voy a empezar con el mantenimiento, empezar a hacer aseo y todo, para que me vaya descontando.

SEMANA: Esa relación con las demás mujeres que están hoy aquí en El Buen Pastor, pagando por múltiples delitos, ¿cómo ha sido Epa?

E. C.: No, acá hay muchas historias que me tienen impresionada. De verdad que acá hay muchas personas que llevan 10, 14, 15 años y pues es muy difícil, pero Dios les ha dado la fortaleza para aguantar y ya muchas este año se van.

SEMANA: ¿Y cómo ha sido el trato de todas maneras?

E. C.: No, pues ya de puertas para dentro, no soy Epa Colombia, ya ni soy la empresaria, ya no soy la influencer ni nada, ya me tratan como una persona normal. ¿Me entiende? Yo tengo personas que me quieren y que no me quieren. Y pues allá adentro pasa de todo, se pelean, de todo, pasan infinidad de cosas a cada instante.

SEMANA: ¿Y las que no la quieren por qué es?

E. C.: No, de pronto no me quieren por mi personaje de Epa Colombia o porque no sé, pues no a todo el mundo le voy a caer bien. Entonces pues hay unas que no y hay unas que me quieren, allá pasa de todo. Eso allá todos los días hay pelea, todos los días hay chismes, todos los días hay problemas y yo trato de evitar todo eso porque, Dios mío, yo quiero que mi conducta, como la tengo hasta el momento, que la tengo en buena, quiero llegar a excelente.

Epa Colombia, Cárcel de Mujeres El Buen Pastor
Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia, en la entrevista con SEMANA en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Bogotá. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

SEMANA: Epa, una de los temas más duros con los que usted debe lidiar en el día a día es su bebé, ¿cómo ha sido esa situación estando aquí en prisión?

E. C.: Ha sido muy difícil porque la veo cada 20 días y no quisiera tenerla en el patio dos aunque haya 16 mujeres, porque aquí la comida no es la adecuada para mi hija. Ni es la adecuada para mí. Yo he bajado siete kilos, he sufrido demasiado con la comida. Aquí la comida es dañada, es picha, es terrible la comida. La comida no es para mí. Entonces, ¿cómo yo voy a traer a mi hija a que también esté acá sufriendo como yo lo estoy haciendo? ¿Me entiende? Yo tenía el derecho a la lactancia, pero es hasta los seis meses, mi hija ya tiene diez meses, entonces no se puede. Y traerla todos los días una hora tampoco se puede. Entonces, pues esperando que Dios haga un milagro en mi vida para que esté con mi hija nuevamente.

SEMANA: ¿Cómo está con su compañera?, que es la que está cuidando la niña.

E. C.: Ha sido muy difícil porque mi pareja, Karol Samanta Barbosa, trabaja para mí. Ella trabaja para mí, ella tiene un hijo, ella también responde por su hijo, entonces pues ver que ahorita acá ya no estoy en mi empresa, pues todo ha bajado. Las ventas han bajado, porque yo soy la que les hago publicidad a todas las personas que me compran, nacional e internacionalmente. Sí me han afectado muchísimo, como al trabajo. No sé si me trajeron aquí a resocializarme. Yo ya estaba resocializada. Yo duré seis años cambiando, pagué, ¿me entiende? Yo pagué una suma de dinero para que hoy las consecuencias sean estar aquí. Yo creo que no merezco estar aquí.

SEMANA: En todo caso, Epa, la Corte Suprema de Justicia ratificó la condena en su contra. ¿Qué recuerda usted de lo que fue ese día de 2019?, ¿se arrepiente lo que hizo ese día?, ¿de haber causado esos destrozos en esa estación de TransMilenio?

E. C.: Sé que cometí un error, pero yo recuerdo que antes de aceptar los cargos, a mí me llevó el fiscal con el abogado a Calima 14, ahorita es Multiplaza, me llevaron allá y me dijeron que hiciéramos un preacuerdo. Que si yo aceptaba los cargos, me quitaban instigación a delinquir con fines terroristas, que es lo que me tiene aquí. Este es el delito que realmente me tiene aquí privada de mi libertad. Cuando yo acepté los cargos, a mí nunca me quitaron ese delito.

Entonces, a mí me dieron una cuenta de tres años y ocho meses, por la cual no podía salir de Bogotá, no podía utilizar las redes sociales y todos los 13 de cada mes me tenía que presentar en Paloquemao. Aún así, TransMilenio no estuvo de acuerdo y lo que hicieron fue apelar y mandar a la Corte Suprema, que la Corte Suprema ratificó que eran cinco años, dos meses y 15 días, o sea que yo fui una víctima más de haber aceptado cargos y que me hayan engañado el abogado y el fiscal.

Yo en ese momento era pobre. Si yo hubiera tenido dinero, como hoy en día que salí adelante, emprendí y me superé, pues yo habría tenido un buen abogado como el que hoy en día tengo, que es Bernate, que me está representando. Entonces pues esto fue lo que realmente pasó. Fui engañada porque hicimos un preacuerdo.

Epa Colombia, Cárcel de Mujeres El Buen Pastor
Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia, en la entrevista con SEMANA en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Bogotá. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

SEMANA: Devolvamos el tiempo. ¿Qué estaba haciendo usted ese día, eso fue premeditado, con qué amigos estaba, por qué TransMilenio, por qué el martillo? Porque uno la ve a usted y se está riendo todo el tiempo, tomándolo como en broma, pero fue una broma que terminó delicada porque la justicia le está relacionando con terrorismo, porque en esos días el país estaba viviendo un estallido social que dejó muchos muertos y era muy delicada la situación.

E. C.: Pues que me esté burlando es que yo tengo un personaje como Epa Colombia y, de verdad, siempre me estoy burlando de todo y de todo lo que pasa en el medio de la farándula. Yo estaba con cinco amiguitos y mis amiguitos me dijeron: “Amiga, tenemos que salir a marchar, tenemos que protestar, todo Colombia está marchando, tenemos que ir hacer un video y que ese video, mejor dicho, nos va a quedar genial”. Como yo no tenía empresa ni nada, yo no tuve un buen estudio ni nada, no sabía que dañar las cosas en las que hoy en día mi empresa está pagando. ¿Me entiendes? Yo no sabía.

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Entonces fui, hicimos el videíto, me grabaron y todo ello y aquí la única que está soy yo. Porque ¿quién sabe dónde estarán? Estarán viajando, quién sabe qué estarán haciendo, porque dicen: “Bueno, ella cometió el error”. ¿Pero y quién la estaba grabando? Porque también por estar grabando tú eres cómplice. No, solamente estoy yo aquí pagando el error de ellos. Lo que pasa es que yo siempre he sido como una mujer muy confiada. Como que yo me confío y las personas han sido mi gran error. De pronto pues estoy acá aprendiendo a no cometer errores y a no confiar; no volvieron a hablar conmigo.

SEMANA: Epa, ¿usted le pide hoy perdón al país por lo que ocurrió?

E. C.: Sí. Yo le pido perdón al país, al pueblo colombiano, al expresidente Iván Duque, porque yo también hice un grafiti. Ya hice el perdón, que me perdonen por haber cometido ese error, pero yo de verdad no quiero estar acá, es muy duro. De verdad, es muy fuerte, es muy duro. O sea, la vida adentro es muy, muy difícil.

SEMANA: ¿Qué es lo más duro que ha tenido que vivir en estos casi dos meses aquí, en El Buen Pastor?

E. C.: La comida. La carne a veces está picha, la ensalada con vinagre, yo trato de comer, pero de verdad que no me pasa. He bajado mucho de peso.

SEMANA: ¿Cómo son las noches?

E. C.: Es como un pavimento, en mi planchón, y la colchoneta que me dieron está mojada porque como acá ha habido lluvias, entonces cuando yo llegué estaba lloviendo, esas colchonetas estaban mojadas, entonces la mía estaba mojada. Se puso superdurísima. Ahorita me conseguí como unas cobijas para envolverla porque se me duermen como los músculos, como los huesos. Entonces, muy difícil.

SEMANA: ¿Y no les permiten entrar comida, televisor, lectura, algo con qué distraerse?

E. C.: Yo me distraigo leyendo la Biblia y acá a todas las chicas les digo que busquemos de Dios, que Dios en cualquier momento nos puede sacar, que Dios es el que puede hacer milagros; el hombre nos condenó, mas Dios daba muchas oportunidades en la vida, entonces pues, de Dios, en cualquier momento vamos a salir. Desde pequeña mi mamá me inculcó lo de Dios, desde muy pequeña me llevó a la iglesia. Entonces, siempre he buscado de Dios; no que porque ahora estoy acá. Siempre, en todo momento, bueno y malo, siempre he buscado a Dios.

SEMANA: ¿Cómo han sido las visitas familiares?

E. C.: Son cada 20 días y puedo ver a mi hija y puedo ver a mi mamá, a mi papá y pues a mi pareja. Y pues nada, la visita acá es muy corta, es como de una hora, hora y media, entonces como que el tiempo pasa volando.

SEMANA: ¿Y qué le dicen ellos?

E. C.: Que sea muy fuerte, que de aquí voy a salir. Que sea muy berraca, muy persistente.

SEMANA: Su pareja trata de ser fuerte, pero también está sufriendo...

E. C.: Ella es la que más sufre porque es la que ahorita está en mi empresa trabajando, tiene que estarme ayudando porque yo tengo cien empleados directos e indirectos tengo doscientos; entonces, imagínate la responsabilidad tan grande. Sí, de verdad que mi pareja me ha apoyado muchísimo, ha estado ahí siempre para mí.

Epa Colombia, Cárcel de Mujeres El Buen Pastor
Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia, en la entrevista con SEMANA en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Bogotá. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

SEMANA: Mucha gente en Colombia dice, ‘Epa Colombia cometió un delito, está en la cárcel, ha sido condenada’, y comparan su caso con muchos otros. Por ejemplo, lo comparan con lo que está pasando con los jefes de la Farc, que no han pagado un día de cárcel y que están en el Congreso, algunos de ellos. Cuando le hablan a usted de ese tipo de casos, hacen ese tipo de comparaciones, ¿usted qué piensa?

E. C.: Pues lo que dijo el presidente que, por cierto, me ha apoyado demasiado, pero tiene que venirme a visitar. Bueno, presidente, tienes que venirme a visitar porque de verdad que aquí estoy aguantando hambre. La justicia es para los pobres. Él dijo que yo era una mujer rebelde, arrastrada, me dijo de todo, pero sí, realmente a las personas que somos pobres, que hemos salido adelante... Aquí para nosotros sí existe la ley, pero para las personas que sí están haciendo daño realmente están afuera y donde tienen que estar es acá adentro. Yo tengo que estar afuera, seguir generando empleo, ayudándoles a las personas que lo necesitan y seguir creciendo.

SEMANA: ¿Y qué piensa de Gustavo Petro?

E. C.: Que ahora lo necesito más que nunca. Que hable con la ministra o con mi juez de ejecución de penas, que es del circuito tres especializada, para que por favor me den madre cabeza de hogar o me den la ley de utilidad pública, porque sí cumplo; porque en ese momento yo era pobre y cumplo con la marginalidad de que, pues, era pobre y no tenía nada, estaba en medio del desconocimiento. Entonces, necesito que, por favor, dé esa orden para que nos saquen de aquí. No, ya no quiero estar más aquí, de verdad que es muy difícil, acá no se puede hacer absolutamente nada.

Uno trata de ayudar y no puede. El Día de la Mujer quise traer unos Bon Yurt, no se puede. Les dije que si les podía traer unos kits a las chicas, dijeron que no se podía traer nada, que yo era una PPL más. Entonces acá uno trata de ayudar y no se puede; es muy difícil, aún queriendo ayudar. Muchas personas afuera quisieran ayudar, pero no, acá es muy difícil. No sé qué pasa, esto debería cambiar, este sistema.

No sé por qué el presidente no me ayuda con decir: “Saquen a esa mujer”. Y yo me pongo a lavar transmilenios. Yo me pondría a lavar los transmilenios, los vidrios, organizar eso bien chévere, que acá todo el día sin hacer nada. Todo el día ahí aplastada en un planchón sin hacer absolutamente nada. Cuando afuera yo puedo demostrar que uno puede lavar los transmilenios, limpiar los vidrios y todo ello. Es mejor hacerlo ahí afuera porque acá siempre están ensuciando. Son cosas sociales que yo puedo hacer para reducir mi pena. Sí quiero pagar mi pena, pero no aquí, sino afuera, que me den esa oportunidad de pagarla allá afuera en lo que sea.

Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia
Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia, en la entrevista con SEMANA en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Bogotá. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

SEMANA: ¿Usted quiere tener la detención domiciliaria?

E. C.: Sí, yo quiero tener la detención domiciliaria con el derecho del trabajo y con el derecho de que me dejen hacer esas obras sociales.

SEMANA: Las redes, que usted conoce, han sido fuertes con usted y están diciendo: “Ahora le está pidiendo ayuda al presidente Petro, pero usted nunca ha sido petrista y a usted no le gustaba tampoco el presidente”.

E. C.: Pues yo también quiero mucho a Uribe. Él es mi amigo, mi compañero, pero en este momento quien tiene la Presidencia es Petro, entonces él me puede ayudar.

SEMANA: ¿Hay un pedido, Epa, que usted le ha hecho al presidente Gustavo Petro para que sea nombrada gestora de paz?

E. C.: Pasamos un pedido como gestora de paz o vocera de paz. Yo no sabía qué era vocera de paz. Ellas fueron las que me explicaron, las chicas con las que estamos acá privadas de la libertad. Que tengo que ser de un grupo armado o algo así; yo no me encuentro con nada de eso y de pronto que no me vinculen, ahí sí me dañan mi negocio. No, entonces no, esa no es la salida.

La salida es que me dejen salir para que yo pueda pagar mi pena, pero afuera, ayudándole a una fundación o arreglando los bienes públicos. Así como los dañé, ahora arreglarlos y que vean que el trabajo sí lo he pagado y que lo seguiré pagando.

SEMANA: ¿Y qué garantiza que usted no va a volver a cometer esos actos?

E. C.: No, jamás, que nunca vuelva a cometer ello y que a través de la red social yo puedo impulsar a que nadie dañe los bienes públicos, porque mire las consecuencias tan grandes de uno estar aquí privado de su libertad y que no tenga uno derecho absolutamente a nada; que no haga esto el que lo vaya a hacer. Que si uno sale a marchar, que salgamos a marchar en paz, que no salgamos a dañar los bienes públicos, que no quiero que les pase lo que le pasó a la Epa Colombia.

Este delito, que ha pasado por romper tres vidrios, me ha costado muchísimo dinero, me ha costado lágrimas, me ha costado estar privada de la libertad, me ha costado muchísimas cosas. Entonces, que no les pase lo que me ha pasado porque de verdad que es muy duro.

SEMANA: A propósito del Día de la Mujer y este llamado que usted está haciendo a no vandalizar, en el Día de la Mujer hubo vandalismo. Muchas mujeres, por ejemplo, causaron destrozos en el Concejo de Bogotá, incendiaron la estatua de Luis Carlos Galán. ¿Qué llamado les hace usted a estas mujeres?

E. C.: Que no lo hagan, porque si no acá adentro vamos a estar compartiendo celda, mi linda. Que no, que no hay que hacer ese tipo de cosas, que uno puede marchar diferente, haciendo las cosas totalmente diferentes.

SEMANA: ¿Qué piensa de la primera línea?

E. C.: Es que yo no sé qué es la primera línea. Me dicen que la primera línea es la persona que también estaban marchando y todo ello, pero pues yo lo que hice fue hacer un video y subirlo. Yo no entiendo nada de que estuvieran dañando ni nada de eso. Arrepentida totalmente. Y entonces que, por favor, me saquen de aquí porque es que ya llevo muchos días y de verdad ya extraño muchísimo a mi hija, mi empresa, mi equipo de trabajo, todo.

SEMANA: También es bueno hablar de un plan que tiene usted para estudiar.

E. C.: Me inscribí a la Uniminuto para el próximo mes estudiar administración de empresas. Clases virtuales, aquí hay computadores, o presenciales y ellos vienen hasta acá. Quiero, la verdad, hacer algo mientras estoy aquí. Quiero como no rendirme, sino como hacer algo, ¿me entiende? Yo no tengo el cartón de administración de empresas, pero yo administro una empresa, administro tres empresas. Entonces, pues hacer algo mientras tanto, mientras me pasa acá el tiempo. Yo me entristezco, lloro, me deprimo y todo. Pero tengo que sacar fuerzas de donde no las tengo porque tengo una hija, porque tengo una empresa, porque tengo una familia que me está esperando, entonces no me puedo dejar derrumbar.

Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia
Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia, en la entrevista con SEMANA en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Bogotá. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

SEMANA: Hay otra comparación que se hace con el caso de un narcotraficante que se llama alias Araña. Es un narcotraficante acusado de enviar droga a Estados Unidos. A él no lo esposaron en el búnker de la Fiscalía, a usted sí la esposaron. Usted no es una delincuente de alta peligrosidad. Esa persona, sí. ¿Cómo siente ese trato diferenciado en su caso frente al de otras personas acusadas de cometer delitos como narcotráfico, terrorismo, entre otros?

E. C.: A mí nunca me habían puesto unas esposas. Me dijeron como que, por favor, necesitamos colocarle unas esposas para que estén en el fallo. Pues yo dije que bueno. Igual no soy un peligro para la sociedad, antes soy un ejemplo para la sociedad, de superación, de que cometí un delito, que cometí un error, pero de ello renací como el ave fénix, cambié, transformé y todo ello, y hoy en día soy una persona diferente. Ya no soy la persona de antes, ahora soy una persona muchísimo mejor.

SEMANA: Pero ¿qué piensa de eso? Que a un criminal de esta categoría no le pongan esposas, lo traten de una manera exclusiva, está pedido en extradición y le dan un tratamiento VIP, y usted, que cometió —efectivamente— un delito, pues sí la tratan con todo el peso de la ley.

E. C.: Qué fuerte. Muy duro, la verdad, es muy duro porque casi me han hecho sentir como si yo hubiera matado a alguien y no maté a nadie. Yo rompí unos vidrios y ya lo pagué.

SEMANA: Pero mire que usted dice que no ha matado a nadie, pero de matar gente, por ejemplo, miremos los jefes de las Farc, ellos sí que asesinaron mucha gente en el país. Ellos sí que secuestraron, extorsionaron y están allá en el Congreso, están haciendo leyes para los colombianos, y por lo menos el secretariado no ha pagado un solo día de cárcel. Usted sí, usted está en la cárcel. ¿Qué piensa?

E. C.: Que es muy duro. Que la ley es para los pobres o para el que se ha superado o ha salido adelante, o para, no sé, el inteligente, el avispado, no sé... Pero acá me dicen las dragoneantes que yo soy muy bruta. “Usted no debería estar acá, usted es muy animal, usted es una güeva, a mí eso me dicen de todo”. Tuve una mala defensa porque en ese momento yo no tenía para pagar un buen abogado. Tuve una mala defensa, lo acepto y pues esa me trabaja acá.

SEMANA: De esas historias que ha conocido adentro, compartiendo, ¿qué le ha impactado de las mujeres que están aquí en la cárcel El Buen Pastor?

E. C.: Estoy viviendo al lado de la del caso de Sara Sofía. Con Carolina. Y al lado estoy viviendo con otra que hace poquito llegó, le echaron orines, de todo, la escupieron porque mató a su hijo a golpes, de dos años. Ay, Dios santo. Entonces yo estoy como en la mitad y ay, Dios mío, yo no soy quién para juzgarlas. Pero escuchar eso me duele demasiado porque tengo una niña de nueve meses, diez meses, y digo, no, ¿cómo esto puede estar pasando, Dios? Yo no tengo que estar aquí. No, eso me perturba demasiado.

SEMANA: ¿Habla con la mamá de Sara Sofía, con Carolina Galván?

E. C.: Sí, yo hablo con ella muchísimo. Yo le digo que la única que la puede juzgar es Dios, no yo ni las personas que están alrededor, y es que busque mucho de Dios porque Dios es el único que la puede perdonar. Le dieron 42 años de cárcel.

SEMANA: ¿Y ella qué le cuenta? Es un caso que impactó mucho a Colombia y que no sabemos en dónde está Sara Sofía.

E. C.: Ay, no, pues que Sara no está acá. Pues ella en medio de sus locuras, de sus sustancias y todo eso, con la persona con la que estaba, le hizo cometer un grande error.

SEMANA: ¿Mataron a la niña?

E. C.: Pues sí, ella ella dice que sí. Aunque ella les da muchas versiones a muchas personas, pero ella allá adentro dice que sí. Que la habían quemado.

SEMANA: ¿Eso fue lo que Carolina Galván, la mamá de Sara Sofía, le confesó a usted allí en la cárcel, en El Buen Pastor?

E. C.: Sí, entonces yo lloro mucho porque yo tengo una hija y su hija también era muy bonita, era de ojos verdes, mona; la mía es ojiazul, mona. Entonces, me causa como, mejor dicho, como mucha tristeza y mucho dolor.

SEMANA: ¿Y usted siente a Carolina, cuando le cuenta estos detalles, arrepentida?

E. C.: No, las veo normales, como si no hubieran hecho nada; o sea, yo las veo a todas como normal. Yo las veo normal a ellas como que no sé si no se arrepienten, no sé qué pasa con ellas, pero Dios mío, si yo me arrepiento por un video, ¡mejor dicho! No.

Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia
Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia, en la entrevista con SEMANA en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Bogotá. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

SEMANA: ¿Y la mamá de Sofía dice que está arrepentida, que la quemó y qué hizo la niña? Perdóneme que le insista en eso, pero sabe que en el país hubo una gran preocupación porque nunca apareció esa niña. La buscaron y nunca apareció.

E. C.: Es que ella cuenta muchas versiones, pero allá nos cuenta otra, entonces es muy duro escuchar lo que ella le hizo a su hija con la persona con la que vivía. Es muy duro porque tengo una hija muy pequeña y yo las veo tan normal y yo todo lo que sufro, lloro...

SEMANA: ¿Ha tenido algún problema en el patio con las demás mujeres?

E. C.: Me dicen que estoy en la casa de los famosos. Me dicen: “Amiga, ¿tú querías estar en La casa de los famosos? Pues esta sí es la casa de los famosos. Y entonces, estás nominada acá adentro". Al principio me robaron el papel, las cosas, y ya me tocó, mejor dicho, ponerme seria y decir, “Bueno, no me roben”.

SEMANA: ¿Ha peleado con alguna?

E. C.: Sí, me ha tocado pararme con muchísimas. Digamos, aquí es... La que se robó el pollo. ¿Tú sabes quién fue la que se robó el pollo? Una señora que se llama Sandra, que es la de derechos humanos, aquí adentro. No, ya me la tenía montada desde el principio. Con todo me tenían la guardia encima y me la tenían montada, la guardia iba y me regañaba, me insultaba y de todo por ella y le dije: “Tú no me representas como mujer, tú me tienes que dejar quieta aquí”. Mejor dicho, me tocó así porque móntemela y móntemela y móntemela. No, me la montaba demasiado.

SEMANA: También habrá otras personas que se le han acercado, le han dado su amistad, ¿qué le dicen?

E. C.: Sí: “Amiga, tranquila que tú vas a salir de aquí, no te preocupes, amiga. Tú tienes que estar afuera, acá no tienes que estar, tienes que estar afuera. Y cuando estés afuera, me ayudas con un mercado para mi familia”. A alguna yo le pagué una fianza. A una chica le falta un millón de pesos para que la sacaran y le di un millón de pesos y ya se fue en libertad.

Otra necesitaba para un mercado, se lo di. Otra, su hijo acabó de nacer, no tenía ni pañales ni cobijas, entonces también le di. Y quiero ayudar a muchas de acá. Me voy a llevar el contacto de muchas para ayudarles.

SEMANA: ¿Y usted a ella les echa sus cuentos, las hace reír?

E. C.: Es que yo estaba muy triste y no me dan ganas de hacerlas reír.

SEMANA: Hay un tema que es obligado tratarlo también acá y es que aparte de este proceso, usted también tiene otra investigación pendiente por lavado de activos relacionado con su empresa, unos presuntos dineros ilícitos que habría manejado.

E. C.: Yo no tengo lavado de activos ni nada de eso. Me investigaron porque una amiga, que se llamaba la Barbie colombiana, dijo: “Ella lava dinero”. Ella ni siquiera sabía qué era lavada de dinero. Sin embargo, el video se volvió viral y vinieron todas las entidades a mi empresa y archivaron el caso de 2021 porque se dieron cuenta de que todo es legal y hasta el día de hoy todo es legal. Todo se le paga a la Dian; al César, lo que es del César. Yo con mis impuestos estoy al día. Todo el mundo puede venir a revisar todo lo mío y se dan cuenta de que yo soy una mujer transparente que luchó, salió adelante, consiguió sus cosas y se superó.

SEMANA: ¿Usted tiene la tranquilidad de que dineros ilícitos, y todo eso que le han querido mencionar, para nada usted tiene que ver con eso?

E. C.: Investigaron todas las entidades del Estado y se dieron cuenta de que todo lo mío es transparente y que he estado al día con los impuestos, y que desde el día número cero se le ha dado al César lo que es del César. Lo que pasa es que mi queratina ha dejado un buen margen de ganancia; yo la cobro muy bien y es muy buena y tengo el voz a voz, que las chicas siempre están viniendo constantemente.

SEMANA: Dicen que usted es una mujer millonaria...

E. C.: No, yo no soy millonaria. Yo no soy millonaria, yo tengo lo necesario. Yo vivo muy bien porque mi negocio me ha dado ahí para salir adelante, porque si no fuera mi negocio pues nada, estaría pues...

Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia
Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia, en la entrevista con SEMANA en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Bogotá. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

SEMANA: Pero mucha gente se pregunta en qué momento se convirtió en esta empresaria con tanto dinero...

E. C.: Lo que pasa es que antes las queratinas valían 500.000, 400.000 pesos y hoy en día una queratina vale 185.000 pesos, que te dura seis meses. Entonces, imagínate. ¿Cómo no van a ir a buscarme? Si yo dañé a muchas personas que cobraban mucho y yo cobrar bien económico, y tener todo Colombia a mí que me compre. Entonces, dicen, venga, ¿qué está pasando? Entonces, hay que hacer las cosas bien. Es una buena estrategia, me pueden seguir investigando hasta lo último y se pueden dar cuenta de que yo soy una mujer muy transparente, que soy una mujer muy berraca, que salió adelante y se superó.

SEMANA: Hubo un episodio en el que usted repartió plata en un helicóptero, que lanzó plata, billetes...

E. C.: Había concursos, entonces uno decía: “Amiga, si tú me compras un cupo, digamos, de cinco millones de pesos, yo te doy 20.000 seguidores”. Lo que hacían Yeferson Cossio, La Liendra, entonces me compraron un cupo y dije, voy a sacar de ahí 20 y voy a tirar por el cielo.

SEMANA: ¿Cuánta plata botó ese día?

E. C.: 20 millones de pesos.

SEMANA: ¿En qué parte sobrevoló?

E. C.: Todas las personas cogieron cuando cayó, no recuerdo ni cómo se llama, pero dije que tampoco lo volvía a hacer.

SEMANA: Sí, usted dijo que se arrepintió y que si lo volvería a hacer le gustaría hacerlo en el helicóptero, pero con la vicepresidenta Francia Márquez...

E. C.: Sí, porque ella dice: “El helicóptero, me voy en helicóptero, llego en helicóptero”.

SEMANA: ¿Qué piensa de los políticos en Colombia?

E. C.: No sé. Es que yo no conozco casi nadie de política.

SEMANA: ¿Qué piensa de Gustavo Petro?

E. C.: Pues yo siento que lo está haciendo bien. Yo siento que la verdad lo está haciendo bien.

SEMANA: ¿Por qué?

E. C.: Porque yo he visto aquí, que hay televisor, todo lo que está haciendo y pues se ve que todo lo que está hablando se está haciendo, entonces pues bien.

SEMANA: Y está hablando de que su proyecto político quiere buscar la reelección, como lo contó SEMANA este fin de semana, para 2026...

E. C.: ¿Será que puede seguir en el poder?

SEMANA: Él no, pero alguna persona de su equipo político sí. ¿A usted le gustaría que el petrismo, que el Pacto Histórico, siguiera en el poder?

E. C.: El que Dios pusiera.

SEMANA: Bueno, le estoy preguntando por los dos protagonistas políticos como de primer orden en Colombia, Gustavo Petro y ahora Álvaro Uribe. ¿Qué piensa de Álvaro Uribe?

E. C.: No, pues hasta ahora es que estoy viendo el caso de todo lo que está pasando, pero va a salir bien.

SEMANA: Sí, ¿usted cree que va a salir bien? ¿Qué piensa de Álvaro Uribe en términos generales?

E. C.: Que es el papá de los pollitos. Él me ayuda demasiado. Cuando yo me reuní con él, a mí me dejó de molestar Invima, todas las entidades del Estado y pues bien.

SEMANA: Epa, si en dado caso este tema de la detención domiciliaria, por una razón u otra, no se llega a dar y no se le otorga ese beneficio de la casa por cárcel, ¿qué va a pasar con usted aquí en prisión?

E. C.: Pues me toca hacer los cinco años y dos meses. Pero si uno va descontando, le van rebajando, le van dando días de redención. Entonces, pues, esos días de redención ya dependen del empleo, de las cosas que uno puede hacer.

SEMANA: ¿Y usted se siente preparada para pasar el tiempo que deba pasar acá en prisión, si la detención domiciliaria no surte efecto?

E. C.: Pues no sé, es muy duro decirlo. Porque yo puedo decir, sí, yo aguanto, pero es muy duro estar sin mi hija. Es que eso es lo que más duro me da, estar sin mi hija. Está muy pequeña, es que son sus nueve meses. Yo me estaba estrenando como mamá y ese era mi sueño más grande.

SEMANA: ¿Cómo ha sido, estando aquí en prisión, cada 20 días que la puede ver?

E. C.: Ha sido muy duro porque acá no se puede hacer absolutamente nada. Entonces, eso es por lo que más se sufre. Imagínate tú 20 días sin ver a tu hijo, saber cómo está y todo ello.

SEMANA: Pero cuando nació ella y cuando usted se pudo estrenar como mamá, ¿cómo fue para usted esa etapa?

E. C.: Muy lindo. Ser mamá es lo mejor que a una mujer le puede pasar. Es una bendición muy grande ser mamá. Y pues nada, voy a mirar si más adelante tengo otro hijo. Quiero casarme con mi pareja y tener otro hijo.

SEMANA: Si llega a recibir ese beneficio de la detención domiciliaria, ¿cuál es su objetivo?

E. C.: Si me dejan en la casa, pues estar con mi hija todo el día, con mi pareja. Tengo proyectos de casarme, quiero casarme. Tengo una congeladita y pues, sino, me embarazo aquí adentro.

SEMANA: Epa, haga de cuenta que aquí hay un espejo. Mire, no tiene sus pintas chic, como usted dice, que es tan chic, está con un uniforme. ¿Qué piensa esa Epa Colombia que está ahí sentada?

E. C.: A mí me parece que este uniforme es bonito, chévere, solo que me gustaba mucho andar en blazer y andar en mi carro, pero pues bueno, la vida cambia de un momento a otro, un día podemos estar acá, mañana no sabemos. Entonces es mejor no hacer planes, sino a todo decirle: si Dios lo permite. Porque mira, un día yo estaba en mi carro manejando, un día me cogieron y al otro día ya estaba aquí.

SEMANA: ¿Y es verdad que tenía o tiene muchos lujos, una casa de muchos millones, apartamentos, carros lujosos, viajes y todo eso?, ¿qué hay de cierto en todo eso?

E. C.: Eso es vanidad, eso se acaba. Lo más importante es tener salud, tranquilidad, paz y mucha felicidad. Estés donde estés.

SEMANA: ¿Estos días en prisión la han hecho cambiar?

E. C.: Sí, a tener paciencia, porque yo era muy hiperactiva, como una persona muy repelente. Yo era para un lado, para el otro; aquí, a tener paciencia, tranquilidad.

SEMANA: Estando aquí las mañanas, las tardes, las noches, pasan muy lentamente...

E. C.: Se ponen lentísimas. El calendario lo quité porque estaba marcando: voy un día, voy tres días, voy cuatro días... Y me tocó quitarlo porque eso me estaba..., ¡mejor dicho! Me levanto a las 7 de la mañana, estoy en la contada a las 7:30, me baño y todo el día en el planchón. Trato como de leer, pero a veces se me cansan los ojos. Entonces, doy vueltas por los pasillos, camino y ahí me quedo todo el día.

SEMANA: ¿Ve algo de televisión?

E. C.: Sí, a veces veo las noticias de lo que está pasando y así se va todo el día. A las 8 ya me estoy acostando, me acuesto temprano porque qué más se hace. La última contada es a las 6:30 y a las 8 uno está durmiendo.

SEMANA: ¿Decía usted que observa todos los días toda clase de episodios dentro del patio y peleas de mujeres?

E. C.: Sí, digamos, ayer una chica se fue a libertad y la que le estaba ayudando a sacar las cosas le robó un bolso. Y fue y cogió ese bolso y lo metió en la caneca sucia, y vino la draga toda molesta. ¿Dónde está el bolso? ¿Dónde está el bolso? Y yo le dije, “Draga, la verdad lo metieron allá en la caneca”. Me tocó decir la verdad y ella me dijo que en la mala conmigo.

La dragoneante dijo: “O si no, revuelco toda esa celda”. Y yo dije, no, para revolcar y poner a organizar... Le dije, ahí atrás está el bolso. Entonces, imagina, ni siquiera acá cambian.

SEMANA: ¿Y qué objetos personales puede tener usted en su celda?

E. C.: Pues tengo la Biblia y y otro libro por ahí que me prestan para leer.

SEMANA: Epa, y su mamá y su papá, ¿cómo están?

E. C.: Muy tristes. Es que mi mamá y mi papá dependen de mí, dependen de mi empresa. Entonces, pues yo soy el sustento de ellos. Mi papá llora.

SEMANA: Para ir finalizando este este diálogo con SEMANA, ¿qué reflexión hace de estos dos meses?

E. C.: Siento que valoro las pequeñas cosas. Uno afuera no valora las pequeñas cosas. Como el simple hecho de estar aquí y respirar, uno no lo valora. El ser humano no lo valora. Las pequeñas cosas de tener la barriga llena, uno ahí dice: no, yo como y tengo la comida botada. En las pequeñas cosas se encuentra la felicidad, no en las grandes, porque las cosas materiales se acaban; un día las puede tener y otro día no. Pero simplemente tú, con tener paz, felicidad, tranquilidad, yo creo que eso es lo primordial que uno debe tener. Yo soy una mujer muy sencilla, muy resiliente y si Dios me trabaja para tener paciencia, voy a seguir teniendo muchísima paciencia hasta que Dios se manifieste grandemente y haga un milagro, porque yo de verdad no debo estar acá.

Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia
Daneidy Barrera Rojas, Epa Colombia, en la entrevista con SEMANA en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Bogotá. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

Es muy difícil estar acá, la convivencia es muy difícil con tantas mujeres que están mal porque ya llevan muchos años, entonces tienen resentimiento con la vida, con las personas, y uno así trate de hablarles de Dios, ellas tienen mucha maldad en su corazón. Entonces, yo no debo estar acá porque soy una persona que me he superado, que he ayudado. Es muy duro estar lejos de mi hija, lejos de mi familia, lejos de mi equipo de trabajo, lejos de las personas que lo ayudan a uno. Es muy difícil.

SEMANA: Háblele a toda esa gente que está hablando de usted para bien o para mal, pero están hablando...

E. C.: Amiga, sácame de acá. Amiga, sígueme apoyando, sigue mandando mensajes al presidente, a la ministra, a mi juez, que es el circuito tres. Amiga, que por favor me saque acá, que yo no merezco estar acá. De verdad que es muy difícil. Y que antes de hacer las cosas, lo piensen muy bien porque estar acá un día es una eternidad. Entonces que tratemos siempre de hacer las cosas bien delante de Dios, que todo en la vida tiene recompensa.