Bogotá

Así era la ruta criminal que usaba poderoso grupo para traer toneladas de droga del Huila a Bogotá

La estructura delictiva movía más de 1.300 millones de pesos mensuales y tenía cooptado el mercado en el cinturón sur de la capital del país.

15 de abril de 2025, 9:33 p. m.
Una pareja de novios eran los encargados de llevar las riendas del negocio multimillonario.
Una pareja de novios era la encargada de llevar las riendas del negocio multimillonario. | Foto: Policía Metropolitana de Bogotá

El debilitamiento de las rutas de la droga que, históricamente, han sido las financiadoras de la delincuencia en Bogotá y en todo el país se ha convertido en la obsesión de las autoridades de la capital.

En medio de un meticuloso operativo realizado en coordinación entre la Policía Metropolitana de Bogotá y la Fiscalía Seccional Bogotá, se logró el desmantelamiento de una organización de traficantes que se dedicaba a mover toneladas de droga desde diferentes departamentos hasta llegar a Bogotá.

El grupo de 11 delincuentes pasaban la droga desde el Cauda, por el Huila y hasta Bogotá.
El grupo de 11 delincuentes pasaba la droga desde el Cauca, por el Huila, hasta Bogotá. | Foto: Policía Metropolitana de Bogotá

Las pesquisas duraron cerca de un año y fueron varios los cabos sueltos que los traficantes dejaron en el camino. Relaciones sentimentales que quedaron al descubierto, teléfonos celulares interceptados, seguimientos, vigilancia, infiltrados e inteligencia fueron el talón de Aquiles de los Troya.

Según la información entregada por las autoridades, este grupo delictivo había logrado expandir sus tentáculos en las localidades de San Cristóbal, Kennedy y Ciudad Bolívar, y en Madrid, Cundinamarca.

Aunque las principales plazas para la venta de droga estaban en estas zonas de la ciudad y el departamento, se sigue investigando qué relación podrían tener con otros grupos criminales que han controlado ese mercado del narcotráfico durante varios años, como el Tren de Aragua, los Paisas y los Costeños. No se descarta la posibilidad de que los Troya estén trabajando bajo subcontratación para grupos más poderosos.

Esta droga era transportada desde el departamento del Cauca, pasaba por el departamento del Huila y posteriormente entraba a Bogotá para ser distribuida al mejor postor que realizaba previamente el encargo.

En el análisis del modus operandi, se estableció que los delincuentes escoltaban el vehículo que llevaba la sustancia estupefaciente y alertaban al conductor de posibles puestos de control en las vías, con el fin de tomar desvíos o realizar paradas en estaciones de servicio, municipios o parqueaderos hasta tener la seguridad de que no existiera riesgo de ser capturados.

Durante la judicialización se logró demostrar que traficaban 1,5 toneladas de marihuana hacia la capital del país desde el año 2022. Así mismo, las transacciones bancarias de hasta 1.300 millones de pesos y giros entre los miembros de la organización de 50 millones de pesos.

“La estructura utilizaba rutas terrestres secundarias para evitar el control de las autoridades; si por alguna razón eran detenidos, dejaban los carros abandonados y emprendían la huida, asegurando: ‘Es más caro sacar a alguien de la cárcel que perder el cargamento’. La investigación así lo evidenció con la incautación de siete vehículos, dos de ellos abandonados, los cuales fueron utilizados para el transporte de la droga”.

El resultado operativo fue presentado por el secretario de Seguridad, César Restrepo, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y el comandante de la Metropolitana de Bogotá, el general Giovanni Cristancho.
El resultado operativo fue presentado por el secretario de Seguridad, César Restrepo; el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y el comandante de la Metropolitana de Bogotá, el general Giovanni Cristancho. | Foto: Policía Metropolitana de Bogotá

Las rutas invisibles

La captura de los Troya, bajo la óptica de los analistas en seguridad, es la reafirmación de lo que significa Bogotá para el negocio del narcotráfico y cómo los grupos criminales se han transformado a tal punto de generar alianzas con sus principales rivales para conquistar más terreno y poder competir efectivamente dentro del mercado criminal de la droga.

En ese mismo sentido, investigadores del caso aseguraron que Bogotá se ha convertido en el punto de acopio de los estupefacientes. Si bien la hoja de coca o los cargamentos de marihuana pueden salir del Cauca, Putumayo, Nariño, Catatumbo o de Norte de Santander, es aquí en Bogotá “donde las grandes estructuras las acopian para distribuirlas hacia otras regiones o, incluso, sacarlas del país”.

No se puede dejar de lado que Bogotá, desde hace décadas, es uno de los puntos en el país más importantes dentro del mapa del narcotráfico. La posición geográfica de la ciudad se convierte en un punto estratégico para los diferentes clanes por la posibilidad de conectar con la Orinoquia, los Llanos y la selva.

Así mismo, la ciudad está incrustada en la región andina, desde donde tienen la opción de salir y entrar desde el Magdalena Medio.

La banda delictiva se dedicaba a mover cargamentos de drogas por las carreteras del país.
La banda delictiva se dedicaba a mover cargamentos de drogas por las carreteras del país. | Foto: Policía Metropolitana de Bogotá

Pero ¿cuál es el ‘modus operandi’ de organizaciones como los Troya? Documentos donde se consigna información de las investigaciones contra el narcotráfico en Bogotá dan cuenta de que los cargamentos de droga ingresan a la ciudad por medio de camiones de comida refrigerada o mediante el aval de empresas fachada que se encargan de ingresar los estupefacientes y luego desviarlos.

En ese sentido, las autoridades tienen identificados dos corredores importantes para el tráfico de estas sustancias en la ciudad: la entrada por la autopista Sur, donde llega todo lo que proviene de la costa Pacífica del país, y la entrada que viene del Llano, justo por el corredor de Sumapaz

Esa localidad es el corredor histórico de las Farc y de la delincuencia común, que usa la vía para entrar y sacar artefactos ilegales y droga entre los departamentos que se conectan”, aseguró un investigador.

Analistas y exsecretarios de Seguridad de Bogotá señalaron que, con la nueva estructura de los grupos criminales que están operando en la ciudad, no es fácil determinar quiénes son los dueños de los cargamentos de droga.

Se están produciendo dos grandes cambios en el narcotráfico en la ciudad: primero, se están dando consorcios (como en la vieja época) en los que varios narcotraficantes se unen para mover la droga, entonces no se puede saber quién es el dueño; segundo, que con los golpes de las autoridades, el narcotráfico ya no tiene una cara visible y entre los mismos criminales ya no saben qué es de quién”.

César Restrepo, secretario de Seguridad de Bogotá.
César Restrepo, secretario de Seguridad de Bogotá. | Foto: Alcaldía de Bogotá

Por otro lado, advierten que el Clan del Golfo aún es el actor principal del narcotráfico en Bogotá y que ha logrado expandir sus redes criminales, consolidando las rutas de la droga en la capital gracias a la figura de outsourcing criminal, en la que delega la administración del negocio a bandas locales.

En el caso particular de los Troya, la Policía Metropolitana de Bogotá logró identificar el papel preponderante que cumplía alias Mono, el cabecilla de la estructura y quien tendría a cargo las coordinaciones del transporte del estupefaciente desde el Cauca, utilizando a dos personas de confianza: alias Milton, con antecedentes por homicidio y quien era el encargado de recepcionar y almacenar la droga para luego distribuirla a algunos expendios de Bogotá.

Por otro lado, alias Ómar, al que le figuran antecedentes por tráfico de estupefacientes, se encargaba de surtir otras ollas en Madrid (Cundinamarca). De esta estructura también hacía parte Fabián, quien presenta antecedentes por lesiones personales y tenía el rol de transportar los estupefacientes. Sirley alertaba de la presencia policial (campanera) y María Camila manejaba las finanzas de la organización. Por último, Cristian y Camilo realizaban las entregas a los expendios.

Las pruebas recopiladas fueron suficientes para lograr que un juez de la República les diera a los 11 capturados medida de aseguramiento por los delitos de falsedad marcaria, concierto para delinquir y porte, fabricación y tráfico de estupefacientes.