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Lo que hay detrás de las megarrumbas en Barranquilla: guerra entre Los Costeños y planes macabros

SEMANA revela cómo la peligrosa banda los Costeños realiza megaeventos en Barranquilla para vender grandes cantidades de droga. Hay una guerra sin cuartel por las ganancias.

7 de junio de 2025, 7:49 a. m.
NAC-RUMBA COSTEÑOS
La peligrosa banda Los Costeños realiza megaeventos en Barrnquilla. | Foto: SEMANA

Lo que hay detrás de algunas megarrumbas en cabañas a las afueras de Barranquilla es aterrador. El reciente ataque armado en Puerto Colombia, que dejó a tres personas asesinadas, entre ellas una reconocida DJ, y a nueve más heridas, destapó un negocio macabro que amenaza con darle rienda suelta a una guerra sin cuartel entre integrantes de la temida banda criminal los Costeños.

SEMANA pudo establecer que ahora el negocio ilegal ha encontrado en estos grandes eventos, que se promocionan con la participación de distintos DJ e influencers, un nicho para vender grandes cantidades de droga sintética a precios elevados.

El negocio opera así: la rumba es gratis, pero el consumo de alucinógenos es obligatorio. Otro de los datos que queda al descubierto es que facciones de los Costeños montan fiestas por separado y, al tener esas diferencias en la afluencia de público, se declaran la guerra entre ellos por la renta criminal de la venta de droga. Es decir, la disputa se encuentra en la organización de estas megarrumbas.

La droga estrella vendida en estas fiestas es el tusi y se comercializa por grandes cantidades. Los principales compradores son jóvenes, incluso menores de edad.
La droga estrella vendida en estas fiestas es el tusi y se comercializa por grandes cantidades. Los principales compradores son jóvenes, incluso menores de edad. | Foto: ESTEBAN VEGA LA-ROTTA / SEMANA

Detrás de la organización de los eventos hay una maquinaria criminal milimétricamente planeada para que las utilidades sean millonarias y los asistentes consuman drogas sintéticas sin control. La temida y sanguinaria banda de los Costeños es la dueña de estas fiestas, donde logran permear muchas veces a las autoridades locales para evitar control alguno.

“La fiesta tiene apariencia de legalidad y normalidad, pero la realidad es otra muy distinta”, indica una fuente judicial consultada por SEMANA que ha seguido de cerca estas fiestas donde hay abundante droga.

En efecto, no se trata de simples rumbas, sino de centros de distribución de sustancias como el tusi, LSD y otros compuestos sintéticos que circulan entre la élite joven de Barranquilla como si fueran parte de un menú.

SEMANA pudo establecer que estas convocatorias no son abiertas, aunque los afiches se publican en redes sociales. El acceso es restringido y quien quiera ir debe hacerlo con alguien conocido por los organizadores.

“Las personas que asisten a este tipo de convocatorias son conocidas entre sí. Es difícil que una persona nueva llegue a estas fiestas, porque enseguida sospechan que pueden ser las autoridades que les están siguiendo el rastro”, agrega la fuente.

Estas son las tres personas asesinadas en la megarrumba de Puerto Colombia. Una de las promotoras, la DJ Maciel, también fue atacada con arma de fuego. Además, el hecho dejó a nueve personas heridas.
Estas son las tres personas asesinadas en la megarrumba de Puerto Colombia. Una de las promotoras, la DJ Maciel, también fue atacada con arma de fuego. Además, el hecho dejó a nueve personas heridas. | Foto: SUMINISTRADO A SEMANA

Además, no solo utilizan cabañas, sino apartamentos lujosos situados en condominios cerrados a las afueras de Barranquilla, puntualmente en Puerto Colombia.

Los ingresos tienen estrictos filtros. Requisan a los asistentes, pero van más allá: determinan quién es cada persona, a quién conocen y de dónde vienen. La seguridad es estricta, y no todos están ahí para cuidar el orden: algunos pertenecen al entramado criminal de la peligrosa red.

Adentro, el ambiente es sofisticado: luces led, bebidas prémium, decoración minimalista o temática. Hay una barra visible y otra que opera en la sombra. En baños, sofás o zonas reservadas se hace la transacción real. “El gramo normal en medio de estas fiestas tiene un valor de 70.000 pesos; y hasta 150.000 el gramo en discoteca o en estos espacios que son propiciados”, detalla la fuente judicial.

El tusi, conocido como la cocaína rosa, es la estrella de la noche y el amanecer de estas rumbas. Pero hay más: papelitos impregnados con drogas líquidas, pastillas y nuevas fórmulas que cambian cada mes para que las autoridades no los detecten.

De acuerdo con información reservada a la que tuvo acceso SEMANA, los organizadores del evento no actúan solos. En la estructura criminal hay algunos DJ y hasta promotores de fiestas que tienen nexos directos con la banda.

Para darle apariencia de legalidad, en varios eventos contratan artistas reconocidos. | Foto: Adobe stock

“En Barranquilla hay varios DJ que están al servicio de estas organizaciones para el tráfico de drogas sintéticas. Ellos deben ayudar a mover la droga, buscar compradores y proteger su comercialización”, dice la fuente.

Para darle apariencia de legalidad, en varios eventos contratan artistas reconocidos sin relación alguna con el tráfico de drogas en Barranquilla y el Atlántico, pero que cuentan con una gran trayectoria.

“Contratan artistas que nada tienen que ver con el negocio ilegal, pero sirven de anzuelo para atraer a más personas. La mezcla de la fama y la exclusividad es el escenario justo para las drogas sintéticas”, explica la fuente.

Las personas que van a estas rumbas, en su mayoría, son jóvenes de estratos altos de Barranquilla (4, 5 y 6), quienes consumen este tipo de drogas porque son la tendencia. Dice la fuente que hay universitarios, otros influenciadores de redes sociales e hijos de familias muy prestantes de la ciudad.

“La mayoría de los asistentes a estas fiestas son jóvenes que están consumiendo este tipo de drogas sintéticas como el tusi, pero también hay unas drogas que están en unos papeles muy pequeños”.

Las fiestas en estos exclusivos lugares no son el único sitio de distribución. Los investigadores judiciales de la Policía Metropolitana de Barranquilla han podido establecer que varios bares y discotecas del norte de la ciudad funcionan como centros de expendio permanente.

Es tan normal la compra y venta de drogas sintéticas durante las rumbas nocturnas que no causa alarma entre las personas. | Foto: getty images

“En medio de las pesquisas que hemos podido adelantar, establecimos que varios establecimientos de vida nocturna en Barranquilla son usados para la comercialización de estas drogas”, confirma la fuente judicial.

Es tan normal la compra y venta de drogas sintéticas durante las rumbas nocturnas que no causa alarma entre las personas. Sin embargo, bajo esa supuesta calma hay un enano que va creciendo, pues la estructura de los Costeños es horizontal y eso los hace vulnerables a disputas internas.

“No tienen una línea de mando jerárquica de arriba hacia abajo, sino que es más horizontal. Por eso se desatan disputas por las rentas ilegales, como la extorsión, homicidios selectivos y, en este caso, por la comercialización del estupefaciente”, explica otra fuente.

Una masacre

Una de esas fuertes disputas internas de la banda criminal los Costeños terminó en un ataque a bala que parecía de película. Ocurrió dentro de una cabaña en la que se realizaba una fiesta electrónica en Puerto Colombia. Allí fueron asesinadas tres personas identificadas como Massiel Karina Gómez Gómez, de 25 años; Luis Alfredo Vergara Juliao, alias Víctor, de 25 años, y Ronaldo José Alarcón Castillejo, de 25 años, quien tiene una anotación judicial por el delito de hurto.

Según la Policía de Barranquilla, este hecho ocurrió porque un sujeto conocido con el alias del Choco, quien terminó herido en la balacera, tuvo una diferencia con otro presunto integrante de los Costeños por las utilidades del tusi que vendieron esa noche del domingo primero de junio y durante todo el lunes festivo 2 de junio.

Estas rumbas se han convertido en escenarios de crimen. | Foto: getty images

“Alias Turco habría enviado a cuatro sicarios a perpetrar el ataque. Cuando comenzamos a revisar la cabaña, encontramos los residuos de abundante consumo de tusi. Eso quedó confiscado como material probatorio de esta matanza, que fue impresionante”, relata la fuente.

En ese mismo hecho, nueve personas más terminaron heridas y fueron trasladadas hasta la Clínica Portoazul Auna, donde se recuperan de las lesiones.

En medio de esta situación registrada en el área metropolitana, SEMANA consultó al brigadier general Edwin Urrego, comandante de la Policía Metropolitana, quien aseguró que no han bajado la guardia con las operaciones en contra de estas estructuras que expenden y comercializan drogas sintéticas.

“En diez allanamientos que realizamos hace algunos meses en los barrios Ciudadela, Carrizal, Silencio, San Felipe, Las Terrazas y San Salvador de Barranquilla, así como en Villa Campestre (Puerto Colombia), se incautaron 18 gramos de tusi (2CB), 7 pastillas de éxtasis, 60 gramos de marihuana, 3 grameras, 1 hookah, 5 celulares, 2 armas de fuego traumáticas y 4 proveedores. Todo esto estaba en poder de estas bandas, que afectan nuestra convivencia y seguridad ciudadana”, explicó el oficial.

Urrego aseguró que continúan con las investigaciones y que es necesaria la ayuda de la comunidad para seguir desmantelando estas organizaciones delincuenciales.

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