Barranquilla
La historia detrás del traslado de la sede del Concejo de Barranquilla a una zona patrimonial
El edificio donde funciona actualmente se encuentra en un alto estado de deterioro. El concejal Juan José Vergara ha estado detrás de este controversial tema.
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Luego de años de sesionar en un edificio en mal estado, el Concejo de Barranquilla está a punto de ser trasladado a una nueva sede que está ubicada en la zona patrimonial de la capital del Atlántico.
Durante las últimas décadas, los concejales realizaron sus funciones en la antigua sede de la Alcaldía, un edificio ubicado en la zona céntrica de la ciudad y que hoy tiene todo tipo de fallas estructurales.
Hace unas semanas, se conoció un informe de patología elaborado por la firma Norte Consultores Constructores, quienes determinaron que la edificación se encuentra en un avanzado estado de deterioro estructural, funcional y normativo, “lo que constituye un riesgo directo para la vida y la salud de sus ocupantes y visitantes”.
En ese sentido, el documento reafirma que las filtraciones han afectado la cimentación, el acero de refuerzo muestra corrosión avanzada y las instalaciones eléctricas no cumplen las normas de seguridad.
Por ejemplo, en el sótano, donde se ubican cajuelas del sistema eléctrico, utilizan una motobomba para evacuar el agua acumulada tras las lluvias.
“Este conjunto de técnicas corresponde a métodos estandarizados de diagnóstico estructural reconocidos internacionalmente y enmarcados en la Norma Colombiana de Diseño y Construcción Sismo Resistente NSR-10, de cumplimiento obligatorio en el país”, se lee en el mencionado informe.
Además, precisaron que persiste el crecimiento de vegetación en varias zonas del edificio, un fenómeno que “denota ausencia de mantenimiento preventivo sistemático y constituye una amenaza para la durabilidad y seguridad de la edificación”.
Para el concejal Juan José Vergara, quien desde hace años ha venido denunciando la situación, el informe fue la confirmación de un panorama evidente.
“Este recinto necesita una sede digna, a la altura de la ciudad. No se trata de una remodelación más, sino de una reubicación urgente”, indicó el cabildante.

Vergara recordó que “cada presidente del Concejo ha intentado hacer mejoras, pero lo cierto es que el problema es estructural. Aquí hay paredes que respiran humedad y sótanos que necesitan motobombas para sacar el agua cada vez que llueve”.
También rememoró que la Fiscalía General de la Nación no vio viable un ofrecimiento de comodato para usar el edificio, al considerar que la inversión necesaria para adecuarlo era muy alta. Cabe anotar que dicho convenio había sido suscrito entre el Distrito y la entidad en 2015, finalizándose en 2019.
El consenso entre los concejales de Barranquilla es que el edificio de la antigua Alcaldía no cumple las condiciones mínimas para funcionar. En algunos despachos no hay ventilación adecuada, los ascensores están fuera de servicio desde hace meses y las áreas comunes presentan riesgo de desprendimiento.
Desde la Alcaldía distrital se dio a conocer recientemente el traslado del Concejo a una casona patrimonial en el barrio El Prado, tras el aval recibido por parte del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes para intervenir el inmueble con obras de reforzamiento estructural y restauración.
De tal manera que van a adaptar la casona —ubicada en la calle 70 con carrera 60— para albergar el recinto de sesiones y las oficinas administrativas del Concejo. La idea, según explicó el secretario de Cultura de Barranquilla, Juan Ospino Acuña, de esta manera buscan “garantizar un espacio funcional y seguro sin alterar el valor histórico del bien”.
El anuncio fue recibido con optimismo, pero también con cautela. El concejal Vergara celebró el avance, aunque pidió claridad sobre el cronograma y los recursos.
“Queremos conocer los planos, la maqueta y los montos asignados. No podemos hablar de una nueva sede si no sabemos cuándo empezará la obra ni cuánto costará”, advirtió.

Por su parte, el presidente del Concejo, Andrés Ortiz, reconoció que el proceso “no ha sido fácil” y que la corporación lleva varios años solicitando una solución definitiva.
“Esperamos que antes de terminar esta administración podamos tener una sede digna. Hay voluntad política, pero también dependemos del presupuesto”, señaló.
En medio de estas buenas noticias, hay abierto un debate sobre qué pasará con el edificio actual. Aunque algunos sectores han planteado su demolición, las normas patrimoniales limitan esa opción. Asimismo, otros sectores proponen su restauración para usos culturales o administrativos, pero los costos serían elevados.

