POLÍTICA

“Timo mintió”: Victoria Sandino sobre la división del Partido Comunes

Las fracturas entre exjefes guerrilleros cada día son más hondas. El presidente del Partido Comunes, Rodrigo Londoño, se comprometió a considerar la división del movimiento en octubre, pero no cumplió.

7 de noviembre de 2021
Victoria Sandino y Rodrigo Londoño
Victoria Sandino y Rodrigo Londoño | Foto: SEMANA

La idea de dividir los partidos políticos parece que se volvió costumbre en Colombia. Después de la ruptura del senador Jorge Enrique Robledo con el Polo Democrático, el partido desde donde generó los mayores debates de control político contra la corrupción, varios movimientos quisieron copiar la figura jurídica y dividir a algunos de sus integrantes.

Recientemente, la senadora Angélica Lozano planteó escindir el Partido Verde y ella, junto con un grupo de congresistas, hacer tolda aparte, ante la insistencia de un grupo de sus compañeros de llevar el movimiento a las toldas de Gustavo Petro, el más duro contradictor de su esposa, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.

El Partido Comunes, anteriormente Farc, no escapó a la propuesta de escindirse. La senadora Victoria Sandino, visiblemente molesta con las directivas de Rodrigo Londoño, Carlos Antonio Lozada, entre otros, quiere armar rancho aparte. Y aunque desde comienzos de 2021 empezó a plantear la propuesta de dividir el partido, no ha corrido con suerte.

El primer paso, según la ley, es que todos estén de acuerdo en el movimiento. Sandino ha presentado la propuesta, ha sido insistente, pero no ha encontrado eco en el grupo que lidera Timochenko, hoy director de Comunes. No obstante, a mediados de agosto, por fin Londoño respondió a la iniciativa y dijo que convocarían a las directivas para decidir la escisión en octubre. Los días pasaron y aunque el grupo de Sandino se emocionó, hasta ahora, el principal líder de los ex Farc no ha cumplido.

“Cuando establecimos el 10 de agosto en un derecho de petición la escisión, el señor presidente del Partido, Timoleón, contestó meses después que en octubre realizarían un pleno para tomar la decisión. Pasó octubre y a estas alturas no hemos tenido ninguna respuesta, no nos han convocado (…) Y no tenemos conocimiento de que se haya hecho el pleno, es decir, el señor Timo mintió al sacar una carta pública donde dijo que en octubre se realizaría el pleno y se resolvería la solicitud que nosotros hicimos”, manifestó.

El problema para la escisión del partido Comunes es el tiempo. Si los directivos se ponen de acuerdo, envían la solicitud ante el Consejo Nacional Electoral, que deberá determinar si es viable o no la división. Lo inconveniente es que la decisión se tomará en tres meses aproximadamente y faltan escasos cinco para las elecciones de Congreso.

“Nosotros aspiramos, acudimos a la sensatez de todos los sectores políticos, incluidos los señores de Comunes, para que, en común acuerdo, se pueda dar ese proceso de escisión… Nosotros seguimos exigiendo tanto a la dirección de Comunes como al Consejo Nacional Electoral que decida y se defina cuanto antes la escisión por cuanto es un derecho constitucional a la reincorporación política que los firmantes tenemos”, dijo.

Las diferencias entre los exjefes de las Farc vienen desde meses después de firmados los acuerdos con el gobierno de Juan Manuel Santos y tras la creación del partido. Una de las primeras divisiones fue el nombre del movimiento. Inicialmente, insistieron en la chapa Farc, pero no resultó porque en las pasadas elecciones regionales la colectividad no obtuvo los escaños que esperaban.

Y después quedó evidenciado que algunos líderes, especialmente los excomandantes, pensaron que iban a manejar la colectividad como una guerrilla. Por esto, insisten en las jerarquías, mientras muchos dirigentes y las bases no se quedan calladas y reclaman sus derechos, cosa contraria a lo que ocurriría en el monte.

La idea de Victoria Sandino es que Comunes se divida. Que Rodrigo Londoño se quede con una fracción del partido y su grupo, que asocia a más de 5.000 excombatientes, con otra. Y que se repartan el presupuesto y otras prebendas que les otorga la ley. El problema es que si los demás directivos no deciden, el tema quedará en letra muerta y deberán seguir juntos, así no se resistan.