Nación
Rodrigo Londoño se refiere a revelación de SEMANA sobre posibles autores intelectuales del atentado contra Uribe Turbay y apunta a disidencias de las Farc en el Caquetá
El líder del Partido Comunes citó el testimonio que entregó Katerine Andrea Martínez, revelado en exclusiva por SEMANA, en el que ofreció detalles de un atentado contra un firmante de paz de las Farc.

Después de 15 días del atentado en contra del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, cometido en el occidente de Bogotá, son varias las versiones que empiezan a tomar fuerza en medio de la investigación que adelantan las autoridades.
El caso ya ha dejado cuatro personas capturadas, entre ellas el joven sicario de 14 años que activó el arma contra el líder político del Centro Democrático, cuando se encontraba en un acto de proselitismo en el parque El Golfito, en el barrio Modelia, de la localidad de Fontibón.
Entre los capturados está Carlos Eduardo Mora González, conductor del Chevrolet Spark; William Fernando González Cruz, alias el Hermano, encargado de la búsqueda y selección del menor de edad, y Katerine Andrea Martínez, alias Gabriela, quien le entregó el arma al sicario en el carro.
Precisamente, el testimonio de esta última a las autoridades, revelado en exclusiva por SEMANA, ha dado varias pistas de cómo se planeó el ataque contra el senador y de dónde vendrían las órdenes de cometer el crimen, que apuntan directamente a las disidencias de las Farc en Caquetá.
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SEMANA reveló que una de las hipótesis que manejan las autoridades es esa y que la orden de asesinar a Miguel Uribe Turbay, presuntamente, vendría de las disidencias de las Farc de la Segunda Marquetalia, tras cotejar los diferentes testimonios que se han recaudado.

Sobre el tema también se pronunció recientemente el exjefe guerrillero Rodrigo Londoño, conocido con el alias de Timochenko, quien validó lo revelado por SEMANA y lo declarado por Katerine Andrea Martínez, quien en su testimonio se refirió a otro atentado contra un firmante de paz.
“La mujer capturada por atentar contra Miguel Uribe Turbay aseguró que los autores intelectuales son los mismos que atentaron contra el firmante de paz Gabriel Ángel”, señaló Londoño en un mensaje en X.
El exjefe guerrillero explicó que el 19 de julio de 2024, Gabriel Ángel, un firmante de paz, fue víctima de un atentado con una bomba de “altísimo poder destructivo”, pero que afortunadamente salió ileso.
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— Rodrigo Londoño (@TimoComunes) June 23, 2025
La mujer capturada por atentar contra Miguel Uribe aseguró que los autores intelectuales son los mismo que atentaron contra el firmante de paz, Gabriel Angel.
Le propongo al país cerrar filas en una causa común: erradicar la violencia de la politica.
Abro hilo.
“La mujer capturada con el seudónimo de Gabriela afirmó que el sicario que la contactó para atentar contra Miguel Uribe Turbay también lo hizo para atentar contra Gabriel Ángel. La orden vendría de una disidencia en el Caquetá”, indicó el líder del Partido Comunes.
Alias Gabriela, en medio de su testimonio ante las autoridades, narró que durante un encuentro con el sicario días antes, este le pidió que transportara una bomba para hacerle un atentado a un exguerrillero de las Farc, del que estaban detrás hace más de tres años.
“Me dijo que transportara una bomba, que la llevara y la tuviera en mi casa y que cuando él me avisara, entonces que alguien la recogía. Yo le dije que no, que yo ya me quería salir de eso, porque me quería ir a vivir con mi pareja”, relató Katerine Andrea Martínez a las autoridades.
Aseguró que le insistieron que transportara el explosivo, pero que se negó. “Me dijo que solo era transportar la bomba, que era en una maleta, que tenía que llevarla al Conjunto Tabacú, en las Américas, y que el trabajo era contra un exrefugiado de las Farc, que llevaban tres años y que nunca habían podido hacerlo, porque la persona a la que iba dirigido cambiaba mucho de ruta, tenía escoltas. Pero yo le dije que no”.
Además de los testimonios, todo cuadra con esta zona del país, donde precisamente Katerine Andrea Martínez fue capturada por las autoridades, luego de escapar de Bogotá tras el atentado contra Miguel Uribe Turbay.
El Costeño, su cómplice, la había enviado a esa región con la promesa de que la “guerrilla” la iba a resguardar, pero era muy posible que al final la mataran o la desaparecieran.

“Él (en referencia al Costeño) no me volvió a contactar hasta el viernes 13, a eso de las ocho o nueve de la mañana. Me llamó al número de celular que él me había dado, me dijo que si había visto los videos de las noticias, de cómo estaba la situación. Yo le dije que sí, que tenían videos de nosotros, pero que no tenían mi cara. Me dijo que no esperara a que buscaran mi cara, sino que me fuera para Florencia, porque allá no me iba a encontrar nadie, que allá me iban a dar todo”, narró alias Gabriela.
La intención era llevarla hasta donde la “guerrilla”, donde había dos caminos: que la protegieran o que terminara en la misma boca del lobo. Así les dijo Katerine a los investigadores, luego de ser capturada y sabiendo que el objetivo era que el sicario fuera asesinado. Al final, lo mismo podría ocurrir con ella.
“[El Costeño] insistió en que me fuera para Florencia, que allá podía estudiar lo que yo quisiera. Le dije que qué se estudiaba o que qué podía estudiar. Me dijo que un curso de drones o un curso de francotirador, que estos cursos iban a ser allá con la guerrilla, pero no me mencionó qué grupo de guerrilla, si eran de las Farc o cuál era”, agregó Katerine Andrea Martínez.
El Costeño, según contó la mujer, le describió cómo viviría los próximos meses en la selva, donde tenía que quedarse escondida. “Dijo que él tenía contacto con la guerrilla, que no me iba a faltar nada, que esto era un campo en el monte, que así como había guerrilleros había mujeres, que no me asustara, que ya me había recomendado”.
Alias Gabriela no quería esconderse en la selva y así se lo manifestó: “Le dije que no me quería ir para allá y que no quería hacer esos cursos. Dijo que cada curso duraba seis meses. No me quería comprometer porque yo quería durar máximo dos meses [...]. Me dijo que empacara una maleta con mis cosas, que no fuera a llevar mucho, que si me faltaba algo que allá compraba. Me dijo que nos viéramos para que me pasara un celular nuevo y que cogiera un bus para Florencia, que no me metiera a la terminal, sino que lo cogiera afuera, que cuando llegara a Florencia y me hospedara en un hotel cualquiera, que en unas ocho o diez horas me contactaba”.