Huila

Revelan detalles de la masacre en Huila: víctimas iban en cuatrimoto y hay un menor de edad

Las otras víctimas son dos mujeres. Hay preocupación en la zona.

23 de julio de 2025, 10:49 p. m.
Los tres cuerpos fueron hallados sin signos vitales sobre un costado de la vía, al descubrir que tenían varios impactos hechos con arma de fuego.
Masacre en Huila. | Foto: Tomada de redes sociales

Una nueva masacre sacudió al sur del país la noche del domingo, 20 de julio. Tres personas fueron asesinadas a sangre fría mientras se desplazaban en una cuatrimoto en el sector conocido como Palmito, zona rural del municipio de Timaná, Huila. El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) confirmó que este crimen constituye la masacre número 39 registrada en Colombia en lo que va corrido del 2025.

Según las primeras versiones, hombres fuertemente armados interceptaron a las víctimas, quienes viajaban en cuatrimoto, y les dispararon en múltiples ocasiones, provocando su muerte inmediata en el lugar de los hechos. Las personas asesinadas fueron identificadas como Blanca Cecilia Correa, Karol Jimena Torres Guzmán y Antonio Duque, un menor de 16 años, todos residentes de la vereda Cabaña Venecia, una zona rural históricamente golpeada por el conflicto armado y el abandono estatal.

Las autoridades locales llegaron al lugar horas después, tras ser alertadas por la comunidad. La inspección técnica de los cuerpos y el levantamiento de los mismos estuvo a cargo del CTI de la Fiscalía, mientras que el Ejército desplegó patrullajes en la zona, aunque hasta el momento no se han reportado capturas ni la identificación plena de los autores materiales del crimen.

Este hecho violento ocurre en un contexto de creciente tensión en el sur del Huila, donde, según Indepaz y organismos humanitarios, persisten fuertes disputas entre las disidencias de las Farc, particularmente los frentes Dagoberto Ramos e Ismael Ruiz del autodenominado Estado Mayor Central (EMC), así como el tránsito ocasional de estructuras de la Segunda Marquetalia.

La zona, bajo jurisdicción de la Segunda División del Ejército Nacional, ha sido objeto de múltiples advertencias por parte de la Defensoría del Pueblo, que en varias Alertas Tempranas ha señalado los riesgos para la población civil derivados del fortalecimiento de actores armados ilegales, el avance del microtráfico, las amenazas a líderes sociales, el reclutamiento de menores y las extorsiones a comerciantes y transportadores.

El sector de Palmito, donde ocurrió la masacre, es un corredor estratégico utilizado históricamente por grupos armados ilegales para movilizarse entre los departamentos de Huila y Caquetá. Según fuentes de inteligencia, en los últimos meses se habría intensificado la presencia de estructuras armadas ilegales que buscan controlar economías ilícitas, lo que ha incrementado la vulnerabilidad de las comunidades rurales.

Hasta el momento, ninguna organización criminal ha asumido la autoría del ataque, y los móviles aún no son claros. Sin embargo, líderes sociales y defensores de derechos humanos en la región han exigido una respuesta urgente del Estado y mayores garantías de seguridad.

“Estas muertes no pueden ser una estadística más. Es una tragedia para tres familias y una alerta para todo el país. Lo advertimos hace meses: la situación en el sur del Huila se está deteriorando rápidamente y la presencia del Estado sigue siendo insuficiente”, dijo un defensor de derechos humanos de la región, que pidió no revelar su nombre por razones de seguridad.

Mientras avanza la investigación, el país suma con esta tragedia la masacre número 39 del año, una cifra alarmante que refleja el deterioro de la situación de seguridad en múltiples regiones rurales del país, a pesar de los esfuerzos por avanzar en procesos de paz con grupos armados.

El llamado de la comunidad de Timaná es claro: se necesitan acciones contundentes para frenar la violencia y evitar que más familias caigan en medio de una guerra que, para muchos, nunca terminó.

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