Nación
Revelan audios que envió Viviana Andrea a su hija antes de morir en un hotel de San Andrés junto a su familia: “El cuarto está terrible”
Dos de los hijos de Viviana Andrea revelaron audios enviados por ella antes de morir, en los que expresa su angustia por las condiciones del lugar donde se hospedaba con su familia.


La muerte de Viviana Andrea Canro Zuluaga, Tito Nelson Martínez Hernández y su hijo de cuatro años, Kevin Matías Martínez Canro, en una habitación del Hotel Portobelo Convention en la isla de San Andrés, el pasado viernes, 11 de julio, continúa generando conmoción y muchas preguntas.
Mientras las autoridades adelantan las investigaciones para esclarecer lo ocurrido, dos de los hijos de Viviana Andrea revelaron en las últimas horas audios enviados por ella antes de morir, en los que expresa su angustia por las condiciones del lugar donde se hospedaba con su familia.
Mayerli Andrea y Brayan Hurtado Canro, hijos mayores de la mujer fallecida, compartieron estos mensajes con Noticias Caracol En Vivo. En los audios, enviados por Viviana poco después de llegar al hotel, se evidencia el estado de inconformidad y malestar de ella y su familia en la habitación asignada.

En uno de los audios se escucha claramente su desesperación: “Llegamos al (hotel) Tone. Acabamos de llegar, sí. Ese hotel está re re re mohoso. Pero tú vieras lo mohoso que está, huele hartísimo, hartísimo. No tienen papel higiénico, no tienen aseo, no tienen toallas. Uy, no, me dio pena. Me sentí mal. Me sentí mal con mis papás. No, no sé qué hacer”, relata Viviana Andrea en un mensaje de voz que le envió a su hija Mayerli Andrea.
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La mujer también narró que trató de buscar una solución solicitando el cambio de habitación, pero, según contó, no recibió atención adecuada por parte del personal del hotel: “Sí, yo le dije a la muchacha: ‘¿Me puedes cambiar el cuarto?’. Pero entonces me contestó todo feo: ‘Pero hoy no, de pronto mañana’”, se escucha en otro fragmento del audio.
En la parte final de la grabación, Viviana Andrea expresa su frustración y le pide ayuda a la encargada en ese momento: “Mira qué puedes hacer, a ver si de pronto lo puedes cambiar ahorita de una vez”, le dice.
Luego agrega: “Entonces bajé a portería y le dije... Es que es más, ni siquiera nos llevaron al cuarto. Me dijeron: ‘Tome la llave, y el cuarto suyo es por allá en el 400 y el de ellos es por allá en el noveno. Vaya y búsquenlos’. Ni siquiera nos llevaron al cuarto como hacen los hoteles. Bueno, eso no importa. Pero cuando bajé y les dije, otro señor estaba peleando que llevaba desde antier pidiendo toallas, papel higiénico y no sé qué más, y tampoco les habían dado. Pues ahí estamos esperando a ver. Pero ahorita el cuarto está terrible, de verdad”.
