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¿Qué opina María Isabel? Petro y la Barbie
Un extraño video promocional del Gobierno sobre la celebración del 20 de julio en San Andrés, despierta una pregunta: ¿a quién irá a dejar metido el presidente el 20 de julio? ¿A San Andrés? ¿Al Congreso? ¿O a la Barbie?
¿Qué estará opinando María Isabel hoy lunes 17 de julio en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a una pregunta: ¿a quién dejará metido el presidente Gustavo Petro el próximo 20 de julio cuando regrese de su viaje a Bruselas, si es que no se pierde el último día y le da por extender el viaje?
La pregunta la hago por el estrambótico video que circuló por TikTok promocionando el viaje a San Andrés para celebrar el 20 de julio, ¿por qué lo calificó de estrambótico? Pues por una estrambótica razón, de llegar a ser auténtico el video, presidencia escogió la película de la Barbie para promocionar dicha visita a San Andrés.
Se los describo imagen por imagen, por si el publicista que se inventó la genialidad resolvió retirarla ante semejante metida de pata. Lo primero que vemos es a la Barbie bajándose de unos zapatos rosados, claro, con altísimo tacón y hasta con peluche, e inmediatamente después se sobrepone la imagen del presidente Petro con unas botas de cuero metido entre un charco.
Es decir, saltamos de los tacones de la Barbie a las botas presidenciales, e inmediatamente a continuación dice: “este 20 de julio”, que queda en suspenso porque la frase empata con el carro de la Barbie, manejando ella su auto rosa con su novio Ken, cómodamente sentado en la silla de atrás.
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Empata otra vez para completar la primera frase “este 20 de julio” con una imagen de San Andrés anunciando que allá llegará el gobierno del cambio, seguido por la frase: “Celebramos nuestra soberanía”, y luego las imágenes intercaladas de Petro con camisa rosada y de Francia con un bello vestido rojo, que nos conducen de nuevo a la película de la Barbie, esta vez a una imagen de ella y de Ken bailando animadamente en lo que parece ser una discoteca.
El video termina con un logotipo amarillo, azul y rojo, que dice “20 de julio” y firma presidencia de Colombia. ¿Podrá ser auténtico semejante esperpento?, ¿semejante falta de respeto con San Andrés? En el que se promociona con la muñeca de la Barbie, uno de los juguetes con la filosofía más materialista del mundo, la convocación a una marcha por la soberanía.
Por eso, se me ocurre la pregunta de a quién irá a dejar metido el presidente en esa fecha del 20 de julio, si a San Andrés, otra vez como sucedió el día del anuncio del fallo de La Haya, o al Congreso.
Porque se supone que luego de la celebración en San Andrés del 20 de julio y las marchas, y todo eso, regresará a Bogotá para instalar una nueva legislatura en el Congreso, una de las más difíciles del Gobierno por la dispersión de las fuerzas políticas que difícilmente apoyarán las reformas del Gobierno. O si, más bien, el presidente Petro dejará metida a la Barbie, luego de haber utilizado abusiva y absurdamente, algún asesor suyo, las imágenes de su publicitada película.
Escuche la segunda opinión de María Isabel Rueda de hoy lunes 17 de julio:
¿Qué opina María Isabel? ¿Logrará el Gobierno rearmar sus mayorías?
Es la pregunta del semestre. Porque no pinta fácil que las reformas del Gobierno alcancen las mayorías necesarias en la próxima legislatura, así sigan comprando congresistas al menudeo.
A las 6:10 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy lunes 17 de julio en SEMANA? Pues la opinión gira en torno de la duda de cómo le irá al gobierno Petro en la nueva legislatura del Congreso que arranca este 20 de julio. Pues le espera un gran reto a propósito al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, porque ni de lejos cuenta ya el Gobierno con los votos de los 77 senadores y 124 representantes, que eran fijos porque se los ponía la coalición política que logró armar este Gobierno a sus inicios.
Pero por culpa de la terquedad del mismo, que empezó con la antagónica ministra Carolina Corcho y culminó con la arrogancia del propio presidente, que ante las exigencias de la coalición de cambiar el contenido de los proyectos de la reforma como salud, trabajo y pensiones, pues terminó en que el presidente decidió mandarla para el diablo, declarando que esta coalición había dejado de existir.
A partir de ahí, el Gobierno optó por despreciar a los jefes de los partidos y dedicarse a jugar al menudeo con cada congresista por aparte, lo cual tradicionalmente ha sido el amuleto de la mayor corrupción política bajo distintos gobiernos.
¿Qué tan fácil le quedará al ministro Velasco limpiar estas prácticas y rearmar las mayorías? Se le atravesaría, sin embargo, la intención de los partidos tradicionales de armar su propia coalición, cuyos líderes, entre otras, han optado por llevar al Congreso sus propias reformas para impulsarlas en competencia con las del gobierno. Ejemplo, el proyecto de reforma de la salud que ya tiene listo el expresidente César Gaviria y que tiene como principal característica que no destruye el sistema como pretendía Corcho, sino que lo mejora.
Pero si, además, cometen equivocaciones como divide en el Congreso a uno de sus partidos aliados, pues van a estar muy complicados este semestre. Los verdes les corresponde la presidencia del Congreso, pero no quiere el Gobierno que quede en manos de la senadora Angélica Lozano, a la que no consideran suficientemente de bolsillo, aunque ella tiene la mayoría de votos de su bancada.
Sino que prefieren opciones como la de los senadores Inti Asprilla o Iván Name, que al Gobierno le da más confianza. Pero, ¿quién sabe si fomentar esta división, no respetando la decisión de bancada, sino llevando la disputa a la plenaria, el Gobierno no está rompiendo a su vez con el apoyo solidario de los verdes?
Y para rematar, por la impopularidad del presidente no son claros los horizontes de las fuerzas del Gobierno en las elecciones de octubre, no parecen tener candidatos muy definidos, ni despertar el mismo entusiasmo del pasado cuando la palabra “cambio” le comían cuento. Así las cosas, al presidente le espera un semestre difícil para no hablar de los demás problemas, que tiene ya por fuera del recinto parlamentario.
Como el alza necesaria, eso sí, en la gasolina ya puesta en práctica y la aplazada alza del diésel, por cuenta de lo cual la inflación sube. Y la inseguridad, que es el otro gran problema, no solo ocasionada por los interlocutores del Gobierno en su paz total, como el tal Iván Mordisco, que se le pasa repartiendo plata y bala. Y la seguridad urbana que, por lo menos en Bogotá, nos tiene locos.