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¿Qué opina María Isabel? Petro “tambalea”, según ‘The Economist’

La prestigiosa publicación inglesa hizo una cruda radiografía de la caída de la popularidad del presidente Petro y de su enorme desprestigio. Entre las principales críticas al mandatario está que llega tarde a todo, su radicalismo y el errático manejo de las relaciones internacionales.

Redacción Semana
27 de octubre de 2023
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¿Qué opina María Isabel? Petro “tambalea”, según The Economist | Foto: SEMANA

¿Qué estará opinando María Isabel hoy viernes 27 de octubre en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al violento y muy realista artículo que la prestigiosa revista inglesa The Economist escribe sobre la situación política del actual presidente Gustavo Petro.

El titular, para comenzar, es que el presidente colombiano está tambaleando a un año y pico de su término presidencial, que se ha vuelto profundamente impopular, que constantemente llega tarde a todo, que lo hizo hasta para optar por sí mismo porque había dejado la cédula en su casa.

Petro se encuentra de visita oficial en China
El mandatario en su visita a China propuso una conexión que permita solventar los problemas actuales del Canal de Panamá. Foto X: @infopresidencia | Foto: Foto X: @infopresidencia

A China llegó ocho meses más tarde de anunciar su inminente viaje, y salió de ese país con una docena de acuerdos y en grupos de trabajo “para incrementar el comercio entre los dos países”, en lugar de haber participado y firmado algún compromiso en la iniciativa china llamada Ruta de la Seda.

Reunión del presidente Gustavo Petro
con la Empresa China Harbour Engineering Corporation (CHEC), compañía del consorcio encargado de la construcción del Metro de Bogotá.
Reunión del presidente Gustavo Petro con la empresa china Harbour Engineering Corporation (CHEC), compañía del consorcio encargado de la construcción del Metro de Bogotá. | Foto: Presidencia.

Dice The Economist que su popularidad se desplomó a la mitad de la que tenía, del 60 %, en agosto de 2022. Lo cual, dice la publicación, no es inusual en los presidentes colombianos que registran usualmente mucho menos del 50 % durante la mayoría de sus períodos.

Lo que llama la atención aquí es la rapidez y la profundidad de la caída de su popularidad, y que cuando en abril sus ministros de centro se opusieron a su radical reforma de la salud, que había trasladado el control de su atención del sector privado al Estado, resolvió disolver la coalición política que había logrado armar exitosamente en el Congreso y despidió a un tercio de su gabinete.

Luego regresó a su dogmatismo y llenó su gabinete de izquierdistas, y ahora intenta gobernar a través de decretos de emergencia que le ha regresado la Corte Constitucional. Como consecuencia, la agenda legislativa del Gobierno, dice The Economist, está moribunda, con una docena ambiciosa de reformas estancadas allí, lo cual tiene enfurecido al señor Petro y que lo ha llevado a organizar rallies populares y a denunciar que en su contra se prepara un golpe blando.

El presidente Gustavo Petro dijo ante los dirigentes comunales del país, que “un buen gobierno, se hace es con el pueblo, se hace es en las calles, se hace en los campos, se hace embarrándose los zapatos, no importa las marcas que se tengan”.
El presidente Gustavo Petro dijo ante los dirigentes comunales del país que “un buen gobierno, se hace es con el pueblo, se hace es en las calles, se hace en los campos, se hace embarrándose los zapatos, no importa las marcas que se tengan”. | Foto: Presidencia de la República

Luego enumera los escándalos de la china Sarabia con la niñera del exembajador Benedetti y de su hijo Nicolás, quien admitió que recibió dinero del narcotráfico para la campaña de su padre, aunque él no lo supo, y que para rematar el desalentado acercamiento del señor Petro a la política internacional no ayuda, como haber ido a China a discutir un tema local, como es el diseño del Metro de Bogotá.

O sus comentarios sobre Israel y Palestina, calificando al Gobierno israelí de nacista y comparando el territorio de Palestina con el campo de concentración de Auschwitz, que fue bajo presión de Estados Unidos que Petro se reunió con los embajadores de estos dos países y se fotografió, claro.

Ahora, probablemente, tendrá que enfrentarse a una paliza electoral este domingo, lo cual será, para él, una humillación que lo llevará a utilizar el látigo que, de hecho, ya está utilizando al demorar los recursos a algunas ciudades y al revocar licencias para sus proyectos.

Concluye The Economist su análisis diciendo que si Petro estuviera dispuesto a moderarse, una inmensa cantidad de fuerzas políticas estarían dispuestas a cooperar con él, pero que hoy eso parece improbable.