Nación
Prestigioso colegio campestre deberá responder por caso de acoso escolar a joven que terminó estudiando de manera virtual
La corte amparó los derechos a la educación y al desarrollo integral de la adolescente.

En el año 2023, Valeria estudiaba en el Colegio Gimnasio Campestre Los Cerezos, en Cajicá (Cundinamarca). Para esa época, la joven, de tan solo 13 años, ya había sufrido casos de maltrato y acoso escolar, que le terminaron ocasionando depresión, ansiedad, trastornos alimenticios y fue diagnosticada con TDAH.
Según los padres, en ese año, la joven sufrió de gastroenteritis y la psicóloga de la institución educativa, les informó que venía sufriendo acoso escolar relacionado con su peso, por parte de uno de sus compañeros. Así se detalla en el fallo que dio la Corte Constitucional sobre este caso.
A finales de agosto de ese año, los padres informaron al colegio que Valeria se autolesionó en el brazo y la pierna por los escenarios de acoso de los que habría sido víctima. De hecho, el padre de la estudiante hasta cuestionó a la psicóloga del colegio, después de que la llevó a un encuentro con los presuntos responsables del acoso escolar. La familia de la menor consideró que sufrió revictimización.
En el mes de septiembre, uno de los presuntos acosadores de Valeria habría filtrado entre sus compañeros de clase una carta que ella le escribió. Al parecer, producto de esa exposición, la menor buscó un cuchillo en el comedor del centro educativo para autolesionarse y hasta intentó saltar de un muro.
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
Después de ese episodio, la joven de 13 años terminó estudiando en casa, con diagnóstico de depresión y recibiendo terapia siquiátrica. Con el paso del tiempo, su evolución en el tratamiento volvió a traer la idea de regresar a clases de manera presencial.
Sin embargo, el Colegio Gimnasio Campestre Los Cerezos le propuso unas cláusulas a los papás de Valeria para que regresara al centro educativo, pero los padres consideraron que esos requisitos eran “abusivos” y “discriminatorios”, pues la obligaban a asistir a terapias no por recomendación médica, sino por el “capricho” del colegio.
El caso llegó hasta la Secretaría de Educación de Cundinamarca que tiempo después señaló: “Era claro que se habían presentado situaciones de convivencia escolar entre Valeria y sus compañeros, pero no se encontraron soportes de la debida activación por parte del colegio de la ruta establecida en la ley por medio del Comité Escolar de Convivencia”.
Finalmente, el papá de Valeria se enteró por otro padre de familia que el colegio no autorizaría su retorno presencial, porque no estaban preparados para atender casos individuales y, para reconsiderar esa decisión, pidieron certificados médicos sobre la “medición de impulsividad” de la menor.
La tutela contra el colegio
A finales de enero de 2024, el padre de Valeria presentó una tutela contra el Colegio Gimnasio Campestre Los Cerezos, al considerar que a su hija le vulneraron su derecho a la educación inclusiva porque de manera “discriminatoria” no le permitieron regresar a la modalidad presencial.
El papá de la menor también alegó que el colegio debió implementar un mecanismo que permitiera superar las dificultades que sufrió su hija en materia de salud mental, por el presunto acoso escolar del que habría sido víctima al interior de las instalaciones.
Por eso, la Corte Constitucional decidió “tutelar los derechos fundamentales a la educación y al desarrollo integral de la adolescente, a partir de su dimensión objetiva”.

Así mismo, le ordenó al colegio que para reparar la dignidad y la integridad de la adolescente, en el término de dos meses a partir de la notificación de la sentencia, deberá contactar a los padres para acordar una reparación simbólica o disculpas a la menor.
“En un término de diez días hábiles, contados a partir de la notificación de esta sentencia, iniciar un proceso disciplinario respecto de los estudiantes que estuvieron involucrados en los actos de acoso escolar contra Valeria y que fueron descritos en esta providencia, en el marco del procedimiento previsto para tal efecto en el manual de convivencia de la institución educativa”, fue otra decisión contra la institución. También deberá crear actos públicos de cero tolerancia al acoso escolar y una cátedra especializada en ese tema.
El llamado de atención de la Corte Constitucional a Los Cerezos se basó en la relevancia de visibilizar episodios de acoso escolar, implementar ajustes razonables en escenarios que afecten la salud mental y la necesidad de que prevalezca la educación presencial en el proceso educativo de un menor.