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Nicolás Ávila Venegas: la carta de Jaime Lombana en la que advierte de una “cadena de violencia” que llevó a un “desenlace fatal”

El prestigioso penalista asumió la defensa de la familia del exfuncionario encontrado sin vida en un hotel de Bogotá. Detalla el “conjunto de factores que precipitaron el deceso”.

24 de septiembre de 2025, 10:49 a. m.
Jaime Lombana diplomático Nicolás Ávila
Nicolás Ávila Venegas y Jaime Lombana | Foto: Guillermo Torres / Semana

La repentina muerte de Nicolás Ávila Venegas conmovió profundamente a quienes lo conocieron. El exfuncionario, de apenas 34 años, había estudiado en varias de las más prestigiosas universidades del mundo, había ejercido importantes cargos en el sector público y en el servicio diplomático, y había pasado un tiempo como comentarista en diferentes medios de comunicación.

Su deceso, en extrañas circunstancias, en el norte de Bogotá, generó una ola de mensajes de solidaridad de personalidades políticas y del mundo judicial, que exaltaban su jovialidad, su amistad y su compromiso con muchas de las causas en las que trabajó, una de ellas, el proceso de paz.

En un inicio, se conoció que el cuerpo de Ávila había aparecido sin vida cerca de un prestigioso hotel en el barrio La Cabrera, en la calle 84 con carrera 13.

Medicina Legal emitió el lunes, 22 de septiembre, el dictamen forense de lo que sucedió. Lo que refleja la autopsia dista de los hechos que fueron narrados inicialmente, cuando se presentó el caso por una posible muerte resultado del abuso del consumo de drogas. Por eso, la familia de Ávila acudió al abogado Jaime Lombana, quien hoy los representa ante la justicia. El prestigioso penalista solicitó “actos urgentes de investigación atendiendo a la gravedad de los hechos indagados”.

“Señora fiscal, lo que aquí ocurrió no fue la muerte inevitable de un hombre intoxicado, sino el resultado de una cadena de hechos donde la violencia, la reducción boca abajo prolongada y la omisión absoluta de auxilio se unieron para sellar un desenlace fatal”, pidió el jurista.

Lombana se remitió a la necropsia para resaltar hallazgos que, a su modo de ver, son muy graves. “Cerebro: encefalopatía hipóxico-isquémica”, asegura el escrito. Luego, en el análisis complementario, se precisa que “los signos son compatibles con hipoxia sin otros hallazgos relevantes”.

Según Lombana, “la hipoxia no es un dato accesorio: es la huella de una asfixia posicional que no se explica sino por la forma en que fue mantenido y sometido Nicolás Ávila Venegas. Tampoco pueden minimizarse las lesiones que el dictamen describe con detalle. Si bien se afirma que por sí solas no eran potencialmente letales, constituyen la evidencia material de la reducción violenta y del sometimiento físico al que fue expuesto: hematomas en rostro y cuello, abrasiones, excoriaciones y la lesión en patrón en la espalda son signos claros de la fuerza empleada, de la presión mantenida y del contexto en el que se desarrollaron los hechos".

El abogado aclaró que si bien todos estos hechos “no fueron la causa directa de la muerte”, sí integraron, junto con la intoxicación y la omisión de socorro, “el conjunto de factores que precipitaron el deceso. Un joven que consume drogas no es un enemigo a destruir: es un enfermo que debe ser auxiliado. Tirarlo al piso en esas condiciones, mantenerlo boca abajo y prolongar su sometimiento no es control legítimo: es un exceso que incrementa de manera desproporcionada el riesgo permitido”.