Conmemoración
Los milagros de Omayra: SEMANA revela la historia detrás de la solicitud para santificar al símbolo de la tragedia de Armero
SEMANA revela la historia detrás de la petición de beatificación para Omayra Sánchez, la menor que agonizó durante tres días tras la tragedia de Armero. Impulsores le adjudican varios milagros.
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Omayra Sánchez es el rostro visible de la tragedia de Armero. Durante tres días agonizó bajo la mirada impotente de los socorristas que no pudieron hacer nada para salvarla tras quedar atrapada en el lodo que se generó tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz. Su imagen simboliza el dolor que padeció el país aquel 13 de noviembre de 1985, cuando fallecieron 25.000 personas, y hoy se hacen gestiones ante el papa León XIV para que sea santificada.
La iniciativa es impulsada por la abogada colombiana Natalia Bernal Cano, radicada en Francia. Las primeras misiones las adelantó con un grupo de religiosos que delegó el papa Francisco para que escucharan su idea: “Beatificar a Omayra porque ofrendó su vida en aquella emergencia para salvar a otros y por los milagros que hace en la tierra, los cuales he podido documentar en los últimos años y que fueron contados al Vaticano”, dijo Bernal.

Ella le describió a la Iglesia que la pequeña de 13 años fue encontrada atrapada en un pozo de lodo con agua hasta el cuello, con todo el peso de los escombros de su casa que aprisionaron sus piernas dobladas, y que fue imposible rescatarla: “En ese martirio, Omayra le pidió a Dios que la ayudara a salir triunfante de ese lugar. Durante esa agonía, la niña le pidió a los rescatistas que fueran a descansar e incluso les pidió que salvaran a otras personas primero que a ella”.
Bernal contó en Roma que los socorristas pudieron salvar varias vidas por ese ofrecimiento de la niña, por su sacrificio y sufrimiento: “Aseguran que cantaba canciones a la Virgen, cantaba alabanzas a Dios y que siempre rezó hasta el final de su vida”. Y agregó que después de su fallecimiento se empezaron a materializar milagros, corroborados por ella en las placas que adornan su tumba en Armero: “Pude observar demasiadas placas en agradecimiento a Dios por milagros de curaciones que ocurrieron por el martirio de la niña Omayra”.

La respuesta que le dio el Vaticano a la abogada es que las gestiones deberían iniciarse en Colombia, de la mano de la Conferencia Episcopal, pero le anticiparon que, por orden del papa Francisco, ya eran dignos de consideración y honor “aquellos cristianos que, siguiendo más de cerca los pasos y las enseñanzas del señor Jesús, han ofrecido voluntaria y libremente su vida por los demás y perseverando hasta la muerte en este propósito”. Para ella, Omayra cumpliría con este requisito.
Ella aportó el testimonio de Gustavo Lastro, integrante de la Defensa Civil, que compartió con la menor en sus últimas horas de vida: “Cuando ya bajó el nivel del agua y del lodo, ella nos dijo que por qué no íbamos a rescatar a otras personas. Yo le dije: ‘Corazón, en estos momentos estamos aquí, contigo, ya hay muchos más socorristas, ya hay mucha más gente trabajando, entonces ahorita yo estoy contigo, no te voy a abandonar’. Seguíamos hablando, repasando tablas de multiplicar, dividir, sumas, restas”.
Natalia Bernal Cano también socializó con los religiosos en Europa los principales hallazgos de la investigación que realizó en Colombia sobre Omayra y sus milagros, y se acercó a las autoridades eclesiales del país para que estudien los testimonios y analicen la historia, recibiendo respuestas afirmativas por parte de sacerdotes sin que, hasta la fecha, se haya tomado una decisión de fondo sobre el proceso de beatificación.

Milagros de Omayra
Entre 2020 y 2025, la abogada se ha dado a la tarea de recopilar las voces de las personas que aseguran que Omayra les concedió un milagro. Su hipótesis es que las oraciones hacia la pequeña, con devoción, se verían reflejadas en la salud de los menores de edad: “El milagro de ella se ve en la recuperación de la salud de los niños, en niños con cáncer, en embarazos de alto riesgo, en niños prematuros”. Por lo menos, tiene en su lista a más de cien familias que han depositado su fe en la niña fallecida y tendrían resultados en sus peticiones religiosas.
A su juicio, son cientos las personas que acudirían al sacrificio de Omayra, y encontró esas voces en un recorrido que hizo por Colombia cuando luchaba contra el aborto: “Hay madres que se encomiendan a Dios por la vida de sus hijos y recuerdan el sacrificio de ella para salvar más vidas. Ella se preocupó más por el bienestar de los demás que por el bienestar de ella misma, y eso es motivo de santidad”.
Los milagros que ella le ha narrado a la Iglesia católica trascienden fronteras. Una chilena, identificada como Francisca Pérez, contó que la fe que depositó en Omayra le permitió ser sometida a una cirugía que era imposible de realizar: “Necesitaba hacerme esa operación y no podía hacerlo. Yo vengo de una familia muy católica y creyente. Yo me encomendé a la niña Omayra, a la cual le pedí con mucha fe y humildad, que fueron las dos palabras que me encaminaron para hacer esa petición, porque ella fue el camino, ella fue el caminito que me llevó a Dios, y pedirle que ojalá yo me pudiera operar dentro de un tiempo prudente. Fui escuchada, fue algo maravilloso, inexplicable. Cuando le pido a la niña este favor, que fue algo tan lindo, fue concedido de forma inmediata”.

La abogada no es la única que ha puesto el tema sobre la mesa. En la visita que el papa Francisco realizó a Colombia, en septiembre de 2017, una delegación del Tolima le sugirió la posibilidad de que Omayra fuera convertida en una santa, y se indicó en su momento que se harían los trámites para evaluar el proceso.
Si bien no hay respuestas todavía, Bernal Cano está empeñada en que la Iglesia católica le dé el visto bueno a la beatificación, pues fue una de las promesas que realizó: “Yo tengo mucha fe en que la niña será santa. Lo siento en mi corazón y Dios me concedió la bendición de coordinar la causa de su beatificación. Me concedió la gracia de compilar los testimonios de los milagros. Yo le pedí a Dios dar testimonio de su inmensa gloria y de su inmensa misericordia ante una gran multitud”, le manifestó al Vaticano.

Desde Francia, donde la abogada le hace seguimiento al proceso de beatificación, mostró malestar por el trámite que se le está dando al asunto en Colombia, pues considera que los líderes de la Iglesia no estarían comprometidos con el proceso, contrario a lo que le habrían manifestado otros jerarcas en encuentros que sostuvo en Roma: “No están tan de acuerdo, incluso dicen que no sigamos con esto. Lo que yo digo es que no podemos perder la fe, que hay que seguir luchando por este propósito y yo estoy dispuesta a hacerlo. Su sacrificio fue para salvar vidas, eso no lo hace nadie, todo el mundo lo primero que hace en una situación de esas es que lo ayuden”.
A cuarenta años de la tragedia de Armero, la imagen de Omayra Sánchez sigue atrayendo a cientos de feligreses a lo que quedó del municipio tras la avalancha de lodo que sepultó toda la zona, declarada por el papa Juan Pablo II como camposanto en su visita al país en 1986. Las personas llevan placas conmemorativas agradeciendo por ella, los milagros que les habría concedido y por entregar su vida para salvar a otros, según el proceso que fue presentado ante el Vaticano.



