Nación
Las pistas de los lingotes de oro de Pipe Montoya que fueron cambiados por latas. Expolicías y funcionarios de la SAE estarían involucrados
El cambiazo de los lingotes de oro en la Sociedad de Activos Especiales involucraría a personas al interior de la entidad.

El escándalo por el insólito cambiazo que se había realizado a la fortuna que le fue incautada al narco Carlos Felipe Toro, más conocido como Pipe Montoya, en que mágicamente desaparecieron lingotes de oro, relojes avaluados en 1.200 millones de pesos y dinero en efectivo, está escribiendo un nuevo capítulo con la irregular extinción de dominio que en principio fue valorada en 1,2 billones de pesos.
Hasta ahora, la Fiscalía y la justicia han llegado hasta un hombre llamado Juan Carlos Vargas, quien era depositario de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) y quien habría favorecido con la administración de algunos de los bienes. Es el primer señalado por la desaparición de los diez lingotes de oro y la colección de costosos relojes de marca de alias Pipe Montoya.
En este caso, la justicia abrió nuevas líneas de investigación en las que se indaga la posible participación en este novelón, en el que cambiaron artículos costosos por simple chatarra y no se ha establecido quiénes son los responsables. La Fiscalía va tras la pista de expolicías, funcionarios de la SAE y particulares que habrían participado del robo.
En un duro informe de la Fiscalía se concluye lo siguiente: “Respecto a los lingotes, que según la policía judicial que los incautó eran al parecer oro, sin embargo, más de un año después, le hicieron por fin un peritaje, y ya resultaron ser de un metal distinto al oro y después se perdieron”.
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Incluso, se conoce que en el caso de estos metales de un material ferroso incautados, terminaron en latas pintadas de amarillo, que no eran más que fantasía. Algo muy diferente a los lingotes originales que estaban grabados con varios dibujos en alto relieve con las letras “Reserve of Zimbabwe” y “One hundred trillion dollars”.
La Fiscalía ya está llamando a quienes participaron en esta operación, entre ellos, el capitán de policía Giovanni Pineda, quien encabezó el operativo en el que fueron incautados los bienes de Pipe Montoya.
El oficial le ha insistido a la justicia que un intendente de apellido Sánchez era el responsable de la custodia de esos elementos; así, señalando a Sánchez, el capitán Pineda ha tratado de evitar que le vinculen con la investigación.
Lo cierto es que entre esas versiones cruzadas, declaraciones y recaudo de pruebas, no se ha llegado a los responsables. Otro hecho que llama la atención es que estos elementos no fueron registrados cumpliendo los trámites y protocolos establecidos para el recaudo de los bienes que son incautados a narcos, por lo que desde un principio no se estableció con claridad su autenticidad, su peso ni su valor comercial.
En medio de la investigación se han dado amenazas y la Fiscalía ha identificado un pacto de silencio para que el proceso no avance. Pipe Montoya, por su parte, intentó que le devolvieran todos sus bienes a través de un proceso judicial, pero el Tribunal Superior de Bogotá lo frenó en seco, rechazó la petición.
Toda esta historia comenzó con la captura de Pipe Montoya y su pareja María Fernanda Ángel, el 9 de julio de 2019, en una lujosa casa ubicada entre la localidad de Suba y el municipio de Cota. En la millonaria ocupación, la Fiscalía incautó con fines de extinción de dominio la joya de corona del capo: un criadero de caballos de paso fino, llamado Nuevo Amanecer, considerado el segundo mejor criadero del país, en donde hay animales que podría haber animales de hasta dos millones de dólares.

Aunque ya hay nuevos vinculados y se avanza en la identificación de los responsables del insólito cambiazo, lo cierto es que difícilmente se recuperará “la guaca” de Pipe Montoya que hoy no es más que baratijas.