TOMA DE CALI
Las grabaciones de alias Jacobo que prueban la participación de disidencias de las Farc en la toma de Cali
SEMANA tuvo acceso a las conversaciones en las que se escucha al comandante de las milicias de la columna Dagoberto Ramos, de las disidencias de las FARC, organizando el transporte de material explosivo, armas y hombres a los lugares más afectados por el vandalismo y los ataques contra la fuerza pública en Cali.
Mientras en Cali empezaba la jornada de protesta pacífica que convocó a todo el país, las disidencias de las Farc y las milicias urbanas del ELN orquestaban la violenta toma de la capital del Valle del Cauca.
SEMANA tuvo acceso a algunos de los centenares de horas de interceptaciones telefónicas, de las cuales 60 son críticas y arrojan pistas de lo ocurrido. Varias de estas conversaciones fueron trianguladas en La Luna, uno de los escenarios de confrontación más convulsionados de Cali: tres de esas líneas de comunicación pertenecen a Anderson Johan Maldonado Cáceres, alias Jacobo, la cara más visible de las disidencias de las Farc.
“Estoy necesitando unas cositas”, dice alias Jacobo en una conversación telefónica interceptada en la noche del 30 de abril. Al otro lado de la línea, según las autoridades, le responde una voz desde las montañas del norte del Cauca: “Ya le mandé la que está sin explosivos y la que tiene explosivos”.
Este hombre, señalado de comandar las milicias de la columna Dagoberto Ramos, tenía todo el peso para asegurarse, desde las calles, que la capital del Valle del Cauca quedara sitiada.
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“Haga eso y queme la sim card, y queme todo, cambie todo. Porque esto está horrible”, ordenó él, en una de sus últimas conversaciones antes de ser capturado por la Fiscalía y la Policía en el barrio La Unión, en el oriente de Cali.
La instrucción iba dirigida a los integrantes de su columna Dagoberto Ramos, quienes estaban infiltrados en la protesta social para atacar a miembros de la Policía, destruir los CAI y toda la infraestructura de la ciudad.
Los pedidos de refuerzos a sus superiores en en Cauca eran constantes: “Acá necesitando apoyo en la madrugada y en la noche. Anoche se armó. Nos encendieron”, se le escucha a alias Jacobo en una grabación.
Uno de sus cómplices le responde: “¿Sí?, y ¿no tiraron eso que les dejamos?”.
“¿Qué dejaron ustedes?, porque las tres papas bomba, eso se perdieron”, pregunta Jacobo.
“No, ahí se le dejaron unas cosas”, le responden.
“Aquí no aparece nada, bueno, bueno. Hoy por la noche llego, es que tuve por allá un tropelito (…) déjeme que ya en la noche llegamos por allá”, concluye Jacobo en la conversación.
Su base de operaciones estaba ubicada principalmente en los barrios Ciudad 2000, Alfonso López, El Vallado y en La Unión, donde finalmente fue capturado Jacobo, ya que las autoridades lo responsabilizan de los hechos más violentos, como el ataque contra el CAI de la Policía en Puerto Rellena, que ardió en llamas. También, la destrucción de las estaciones del MIO en el barrio Calipso, y las balaceras en la comuna 20, la mayoría en Siloé.
Pero eso no es todo. También se le atribuyen los robos bancarios y el traslado de milicianos de las disidencias de las Farc a La Luna, en donde queda el hotel que fue saqueado y atacado con explosivos, porque allí se alojaron los policías que llegaron a Cali como refuerzo. En ese atentado también participaron encapuchados e infiltrados de la Dagoberto Ramos.
Los milicianos de las disidencias de las Farc se citaron en la bomba Gazel de La Luna. “A mí no me dejaron entrar por el arma, por el fierro no me dejaron entrar”, se escucha en uno de los audios en poder de la Fiscalía.
Eso demostraría que esa noche iban armados, y que los manifestantes de las protestas, que rechazaban los actos violentos, les prohibieron el ingreso.
Ante la imposibilidad de entrar Jacobo cambió los planes sobre la marcha: les pidió llegar hasta cierto punto en taxi, y ordenó que alguien pagara el servicio de transporte para que arribaran hasta La Luna. Los investigadores comprobaron que en las conversaciones, cuando se habla de “cosas” o “cositas”, se refieren, la mayoría de las veces, a material explosivo.
Ante estas pruebas las autoridades no tienen duda de que el plan de la toma de Cali ha estado a cargo de la columna Dagoberto Ramos, que opera en Corinto, Caloto y Miranda, en Cauca, a escasos 30 minutos de la capital del Valle.