ENTREVISTA

¿Las deudas de las EPS pueden quebrar a los hospitales? Juan Carlos Giraldo, líder del gremio, habla en SEMANA y revela datos preocupantes

Juan Carlos Giraldo, director general de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, habla de los billones que les deben estas entidades y de cómo las intervenciones no han mejorado la situación.

Cristina Castro

Cristina Castro

Editora General

12 de julio de 2025, 8:31 a. m.
ED 2244
"Por cuenta del problema del no flujo adecuado de recursos, el sector ha tenido que tomar una serie de medidas de adaptación", dice Giraldo. | Foto: SEMANA

SEMANA: El informe de la Contraloría que reveló SEMANA hizo pública una cifra escandalosa en deudas de las EPS con sus prestadores: 32 billones de pesos. ¿Tenían ustedes clara la magnitud de esa deuda?

Juan Carlos Giraldo: La Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, desde hace 26 años, tiene un observatorio de cartera que hace una publicación semestral en la cual se puede determinar quién debe, cuánto debe y desde hace cuánto tiempo le deben al sector prestador de servicios, como hospitales y clínicas. En el último estudio de cartera, con corte a diciembre de 2024, que coincide con el estudio de la Contraloría, encontramos que la cifra de cartera asciende a los 20,3 billones de pesos con un 55,3 por ciento de morosidad en un grupo de 225 IPS reportantes de ese estudio. Es una cifra muy representativa. La Contraloría, por supuesto, tiene acceso a la totalidad de la información y por eso pudo detectar un monto mayor.

SEMANA: ¿Hay alguna variación con esa cifra?

J.G.: Esa cifra creció en más de un billón de pesos respecto a la del estudio precedente, de junio del año 2024, y también creció la morosidad. Desde esta asociación hemos venido observando el fenómeno crónico de la cartera y podemos determinar, al igual que la Contraloría, que es un asunto que viene creciendo. Específicamente, en los últimos cortes demuestra una agudización de las dificultades en el flujo de recursos.

SEMANA: ¿Qué significa que les deban esa suma?

J.G.: El sector prestador de servicios tiene un ciclo de gasto de corto plazo. Nosotros necesitamos los recursos, la liquidez, el movimiento adecuado del dinero hacia el interior del sector prestador para pagar dos grandes grupos de gastos.

SEMANA: ¿Cuáles son esos gastos?

J.G.: El primero de ellos tiene que ver con la remuneración del talento humano. Y el segundo tiene que ver con el pago de los dispositivos, los insumos, los medicamentos y la tecnología que va a ser utilizada en cada una de las atenciones. El primer componente, aproximadamente, se lleva el 65 por ciento de la necesidad de recursos. Cualquier alteración en la liquidez tiene un impacto serio en la capacidad de responder por esas obligaciones y de conceder o efectuar la prestación de los servicios. Nosotros, desde el gremio, insistimos en que la liquidez tiene que garantizarse.

Juan Carlos Giraldo, director general de la Asociación Colombiana de Clínicas y Hospitales
"Cualquier alteración en la liquidez tiene un impacto serio en la capacidad de responder por esas obligaciones y de conceder o efectuar la prestación de los servicios", afirma Juan Carlos Giraldo. | Foto: Juan Carlos Giraldo, director general de la Asociación Colombiana de Clínicas y Hospitales

SEMANA: ¿Existen hospitales que estén en una situación crítica por cuenta de estas deudas?

J.G.: Por cuenta del problema del no flujo adecuado de recursos, el sector ha tenido que tomar una serie de medidas de adaptación. La primera ha sido acudir al crédito para responder con las obligaciones en el inmediato plazo. Pero también han tenido que aplazar algunas inversiones, por ejemplo, en infraestructura. Todas esas maniobras adaptativas han evitado al máximo tener que afectar al recurso humano.

SEMANA: Pero lo claro es que ya muchos hospitales anunciaron cierres de servicios o medidas más drásticas.

J.G.: Si no hay liquidez y no se remunera adecuadamente la prestación de los servicios de salud, las instituciones tienen problemas para cumplir con su misión. Desde hace algún tiempo se vienen presentando algunas contracciones de servicios, algunas disminuciones en los turnos disponibles e inclusive ya se pueden observar cierres o peticiones de cierres de otros servicios. Si se generaliza el no flujo de recursos, se va a generalizar la inviabilidad de las entidades. Hemos pedido un plan extraordinario de liquidez que sirva como plan de choque para garantizar la prestación adecuada de los servicios de salud. Sin embargo, no es el único motivo para que haya algunas contracciones.

SEMANA: ¿Qué otros elementos han impactado, entonces, esos servicios?

J.G.: En temas como pediatría y obstetricia, se encuentran asuntos como la disponibilidad del talento humano y también los cambios demográficos. Esos factores, sumados a esta coyuntura, a esta agudización del problema crónico de flujo de recursos, pueden llevar a los desenlaces que hemos visto. Pero aprovecho esta oportunidad para decir que hay servicios como salud mental, pediatría, ginecología y obstetricia que son altamente sensibles para la población e, independientemente de la coyuntura, necesitan ser fomentados y protegidos.

SEMANA: ¿Cómo protegerlos?

J.G.: Hemos pedido un tratamiento diferencial que permita que, por encima del momento, estos servicios se puedan garantizar a perpetuidad. En segundo lugar, está el tema de urgencias; nosotros interpretamos lo que está pasando y los eventuales ajustes que se presenten como una gran señal adicional de alerta sobre la disfunción que está teniendo el modelo actualmente y, por supuesto, generado por el flujo de recursos, por el agravamiento de la situación. Pero hay que reconocer que existe un problema crónico en el que el circuito de urgencias se ha sobrecalentado, y muchas de las atenciones que podrían haber sido prestadas en los canales selectivos o ambulatorios, o de otra naturaleza, están hallando como única solución u opción la entrada por el servicio de urgencias. Esta es una nueva luz roja que se enciende.

Juan Carlos Giraldo Valencia, Director general de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas.
"Nosotros interpretamos lo que está pasando y los eventuales ajustes que se presenten como una gran señal adicional de alerta sobre la disfunción que está teniendo el modelo actualmente y, por supuesto, generado por el flujo de recursos, por el agravamiento de la situación", comentó Giraldo. | Foto: Semana

SEMANA: El informe de la Contraloría concluye que todas las EPS intervenidas están peor que antes. ¿Ustedes cómo sienten esa realidad?

J.G.: A una intervención se llega porque la situación precedente no es buena, porque se están incumpliendo los principales indicadores. Tenemos una queja estructural sobre todos los procesos de intervención y es que no se puede esperar un resultado positivo en ninguno de los tiempos, en el inmediato plazo, en un año o en diez años, si acá no se le da a la entidad intervenida una serie de herramientas o instrumentos para manejar esa crisis y permitir que salga de ella. Específicamente, estamos diciendo que tiene que haber un fondo o unos mecanismos que permitan, por una parte, la capitalización y, por otra parte, la concesión de recursos nuevos transitorios para pagar las deudas y sacar a flote la operación.

SEMANA: ¿Y eso está sucediendo?

J.G.: No, eso no está sucediendo en ninguna de las intervenciones. Por lo tanto, nosotros vemos y coincidimos con la Contraloría en que los indicadores, en el mejor de los casos, se logran mantener, pero en la mayoría de las situaciones estamos viendo que las cifras van empeorando. Nuestro estudio de cartera lo corrobora. En el último año, cuando verificamos a las entidades intervenidas, encontramos que, por supuesto, aportan la mayor parte de la deuda, pero observamos cómo se incrementa la morosidad.

SEMANA: Sanitas y la Nueva EPS, las dos más grandes intervenidas, están en números muy rojos.

J.G.: Específicamente, la Nueva EPS aumenta casi 6 puntos porcentuales en la cartera morosa. En la EPS Sanitas se mantiene alrededor de los 39 puntos porcentuales. Otras EPS, como Famisanar, presentan un comportamiento de mejoría de cerca de 4 puntos en la cartera morosa. Es decir, no se puede hablar en la generalidad y la globalidad de las intervenidas, sino que se tiene que mirar caso por caso para determinar cuál es más grave y cuál tiene un comportamiento menos malo. Sin embargo, el contexto general de las intervenciones corresponde a la causa de estas. Si vienen funcionando mal, no es fácil sacarlas adelante si no se tienen herramientas nuevas.

Esto es un punto que le tenemos que pedir al Gobierno, a la superintendencia, que reestructuren los procesos de intervención concediendo herramientas o exigiendo capitalizaciones a los dueños originales de las EPS, incluido el propio Gobierno, para que pueda haber la expectativa de un pronóstico mejor.