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“La prensa entera está amenazada”: Ramiro Bejarano sobre fallo contra Vicky Dávila y RCN
El abogado de la periodista habló sobre las profundas implicaciones que tendría esta decisión judicial para la libertad de prensa. Asegura que se estaría impidiendo el derecho que tienen los periodistas a opinar sobre los temas que cubren. “No se habría podido hablar ni de Pablo Escobar”, sostiene.
El fallo contra Vicky Dávila y RCN ha generado múltiples reacciones en organizaciones de medios y de defensa de la libertad de expresión en Colombia y en el mundo. La decisión condena patrimonialmente a la periodista, hoy directora de SEMANA, y a esa cadena radial por cuenta de una publicación alrededor de un proceso disciplinario en la Policía en el año 2014. Asomedios, la FLIP y el CPJ han advertido los nefastos efectos que tendría la decisión en los medios en Colombia y el atentado que representa poner limitaciones al ejercicio del periodismo para la democracia.
El abogado Ramiro Bejarano, quien representa a la periodista en este pleito, habló con Radio Guatapurí. Aseguró que se trata de una decisión que abre una puerta peligrosa para que tanto los periodistas como los medios se autocensuren. Y que con esas reglas, nadie podría haber hecho periodismo de investigación, ni siquiera contra Pablo Escobar. Esta es la entrevista del jurista.
Radio Guatapurí (R.G.): ¿Qué implicaciones tiene el fallo en términos de libertad de prensa?
Ramiro Bejarano (R.B.): Lo primero que hay que anotar es que es una decisión dividida. No fue por unanimidad, como sí lo fue la decisión de la sala civil. Esta es una decisión que adoptaron cinco magistrados contra dos que salvaron el voto. Ese salvamento de voto es sumamente duro y muy claro. Me parece que la decisión de la sala laboral se inclinó más por proteger la decisión del Tribunal Superior de Bogotá, que por proteger los derechos de la libertad de expresión. Pareciera como si pudiera venirse una consecuencia en virtud de haber emitido ese fallo y para evitar eso se hubiera dado esta determinación. He leído el fallo con detenimiento y con mucho respeto, y debo decir que me quedé asombrado.
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Si esa decisión llega a abrirse camino, la prensa entera está amenazada. El fallo dice que no se puede en una entrevista, por parte de un periodista, hacer preguntas insinuantes o capciosas. Es decir, se le impediría a un periodista su derecho a opinar. Según la sala laboral, todas esas expresiones deben ser hechas por los jueces. Lo cual, por supuesto, deja a los periodistas sin la posibilidad de jamás publicar una entrevista sobre nadie. Con ese criterio, ni siquiera se habría podido hablar de Pablo Escobar. Porque el mayor criminal del país murió dándose el lujo de no haber recibido ni una condena. Entonces, si Pablo Escobar viviera hoy, nadie podría salir a sindicarlo de narcotráfico sin generar una responsabilidad civil extracontractual.
Hay un elemento adicional y es que la responsabilidad civil extracontractual implica una mala fe. Como si el periodista que fuera incisivo actuara de mala fe, y eso no puede ser. Por eso nosotros estamos esperanzados en que las puertas de la Corte Constitucional se abran y revisen esto. No puede ser que un fallo adoptado por unanimidad por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia sea revocado por la mayoría de la Sala Laboral que no es especialista en el tema de la responsabilidad civil y más con los argumentos que se expusieron.
R.G.: El tema de que no sea una decisión unánime abre una luz de esperanza para la defensa de la periodista. ¿Cómo seguirá el proceso?
R.B.: Lo que sigue ahora es buscar que la Corte Constitucional seleccione la tutela, mostrándole la relevancia constitucional de este asunto. Y se defina con carácter de una sentencia de unificación cuál es el papel de los periodistas cuando hacen denuncias, porque donde este fallo quede vigente, los periodistas no podrán hacer preguntas incisivas, salvo que quieran exponerse a responsabilidad civil en una demanda judicial. No se podrán presentar los cargos o las indicaciones sobre una persona. Eso no le puede suceder a una democracia porque cuando los medios se van silenciando, la arbitrariedad y la tiranía hacen de las suyas.
R.G.: Más allá del periodista, ¿cómo quedan los medios con esta decisión?
R.B.: Es otra arista muy complicada. Lo que la sentencia está diciendo es: “Señores propietarios de los medios: controlen y vigilen lo que dicen sus empleados periodistas”. Es lo mismo que una invitación a que se ejerza la censura. Es algo muy peligroso. Mañana pueden demandar a cualquier cadena de televisión porque según esa sentencia, el medio de comunicación no tuvo la suficiente vigilancia de lo que iba a decir un periodista. Eso es doblemente preocupante.
R:G.. Hay un tema de especial preocupación y es por qué los laboralistas son los que tumban el fallo de la sala civil, que es la que sabe de ese tema. ¿Aquí quedaría la impresión de que el tema de la tutela no quedó bien regulado?
R.B.: Es que eso obedece a que la Constitución habilitó a todos los jueces de todas las disciplinas para ser jueces constitucionales. Pero uno espera que una jurisdicción especializada que impone unos parámetros, estos no puedan ser desconocidos de manera tan abrupta como ocurre en este fallo.
R.G.: Usted dice que solo queda la revisión, pero esa es una facultad discrecional de la Corte Constitucional...
R.B.: No nos vamos a reducir solamente a pedir la revisión de la sentencia. Estamos pensando en pedir un recurso extraordinario de revisión de la decisión del tribunal, porque es evidente la manipulación del coronel. También vamos a acudir a instancias internacionales. Nosotros creemos que hay los elementos para que la Corte Constitucional la seleccione. Es un fallo sobre la libertad de expresión, la libertad de la prensa, la solidaridad civil de los medios. Yo creo que la Corte haría bien ocupándose de este asunto y no dejándolo reducido a una azarosa sentencia de la Sala Laboral. Hay muchos elementos para que la Corte la seleccione. A esta pelea le hacen falta muchas horas.
R.G.: Muchos se alegran por esta decisión...
R.B.: Es una mezquindad que retrata el egoísmo nacional. Obviamente, termina siendo un disparo en el pie. Quienes desde los medios celebran lo que le está pasando a Vicky Dávila, no han advertido que lo mismo les puede pasar a ellos posteriormente. Este no es un tema contra la periodista Vicky Dávila, sino con los medios de comunicación en general. No veo el motivo de alegría. Y a quien le alegre debería tener el pudor de no salir a expresar su felicidad por una persona que ha sido condenada, por la sencilla razón de que en otra oportunidad le podría pasar lo mismo.