Nación
La insólita historia de un fiscal que tuvo que poner tutela para renunciar a la Fiscalía
El funcionario fue el encargado de procesos de impacto nacional en temas de corrupción y la Fiscalía no lo quería dejar renunciar.
Un fiscal que se encargó de investigar los hechos de corrupción más descarados en la capital del país y de otras entidades como la Unidad Especial de Servicios Penitenciarios (Uspec), experto, como ningún otro, en temas de contratación estatal y que llevó a la cárcel a funcionarios corruptos. Sin embargo, con la nueva administración en Fiscalía, terminó reducido a un despacho para investigar homicidio en el sur de la capital del país.
El fiscal Carlos Arturo Orozco se destacó por casi dos décadas en investigaciones relacionadas con delitos contra la administración pública en la seccional de Bogotá, fue trasladado a un despacho para investigar homicidios, algo que no era de su experiencia y con esta decisión, dos fiscalías sin norte, ni resultados.

Por un lado, un fiscal experto en corrupción, sin experiencia en homicidios, y, por el otro, un fiscal que no sabe de contratación estatal, investigando a corruptos. Ninguno en su salsa. La situación se convirtió en un caos que aterrizó en la atención a los ciudadanos y el efectivo uso de talento humano en la Fiscalía.
Pues el fiscal Orozco, experto en temas de corrupción y contratación estatal, prefirió renunciar, ser coherente con su experiencia. El problema fue salir de la Fiscalía, le resultó más difícil de lo esperado. Tuvo que recurrir a una acción de tutela cuando le advirtieron en la entidad que no podía dejar su cargo hasta que llegara su reemplazo, supuestamente, del concurso de mérito que adelantó la Fiscalía en 2022.
“Dijo que, transcurridos más de 30 días y ante el silencio de la Fiscal, presentó otro ‘escrito de renuncia’ el 15 de octubre de 2024 y el 1 de noviembre de 2024 la subdirectora de talento humano de la Fiscalía General de la Nación le devolvió la primera renuncia bajo el argumento que el cargo se encontraba ofertado en el concurso de méritos”, señala la tutela que llegó al Tribunal Superior de Bogotá.
El argumento para impedir que el fiscal Orozco saliera de la entidad, únicamente con su renuncia, que en otro escenario sería suficiente, resultó ser una falacia que el mismo funcionario logró establecer tras advertir que no estaban los cargos que supuestamente lo reemplazarían en el despacho que le fue asignado.
En su carta de renuncia, el fiscal aseguró dejó la fecha de su último día de trabajo, sin embargo, la solicitud terminó enredada en trámites de la dirección ejecutiva de la Fiscalía, hasta que, a través de la acción de tutela, terminaron dándole la razón, pero acortando el tiempo que el funcionario tenía previsto para salir de la entidad. Es decir, mientras avanzaba la tutela, lo sacaron de la Fiscalía.
“El derecho a la libertad de renunciar al cargo del servidor… pues de manera libre y espontánea puede ser presentada la renuncia en cualquier tiempo… lo que sucede es que, tal y como se ha expuesto, la fecha de efectividad de la renuncia supera el tiempo establecido, pues deberá comprender señor Juez que, no puede la entidad esperar esa fecha, para que pueda surtirse el nombramiento de la persona que obtuvo un lugar de mérito para ser nombrado en el empleo en periodo de prueba”, señaló el fiscal en su tutela.

Finalmente, el fiscal logró renunciar, pero queda la novela en que se convirtió su salida de la entidad, la misma que tomó la decisión de marginarlo y perder la experiencia de un fiscal e investigador en temas que para algunos funcionarios resulta una “papa caliente” de manejar, pero que en su caso, era un reto diario.