Nación
La historia de la falsa anestesióloga del Ejército que se ganó millonarios contratos usando una constancia de extravío del diploma
La implicada, una mayor (r), atendió a más de 300 pacientes sin ser médica anestesióloga. Con una denuncia de extravío de su diploma y acta de grado cometió el engaño.

SEMANA conoció la historia oculta del caso de la mayor del Ejército, Daysi Carolina Sosa Hernández, quien se ganó contratos por más de 300 millones de pesos en el dispensario del Ejército en Bucaramanga.
La oficial, quien es médica de profesión, habría violado la ley al ser contratada como anestesióloga, cuando no contaba con dicha especialidad.
SEMANA conoció que la oficial, médico de profesión, mintió —según la Fiscalía— en los documentos que entregó al propio Ejército para quedarse con seis contratos de prestación de servicios como médica anestesióloga.

La historia radica en 2017, cuando Sosa Hernández se presentó como médico anestesióloga de la Universidad Militar Nueva Granada, donde inició la especialización de anestesiología, pero no la terminó.
Lo más leído
Sin embargo, la doctora Sosa Hernández, para recibir los contratos en esta especialidad, creó la historia —de acuerdo con la Fiscalía y el área Anticorrupción de la Dirección de Investigación Criminal (Dijín)— que los diplomas y actas de grado como anestesióloga los había extraviado, presentando una denuncia en la Policía.
“En julio de 2017, en la ciudad de Bucaramanga, Santander, Daysi Carolina Sosa, en su propio consentimiento, aportó un documento que descargó de la página de la Policía Nacional, una pérdida de un documento”, señaló la investigación.
El documento que aportó la oficial en 2017 fue la constancia de pérdida de documentos que entregaba la Policía en esa época. En dicho reporte que interpuso la doctora Sosa Hernández, señaló el extravío del acta de grado como anestesióloga de la Universidad Militar Nueva Granada.

“Fue de igual manera que aportó este documento de constancia de pérdida de documentos de la página de la Policía para los años 2018, 2019, 2021 y 2022, que Sosa Hernández usó para la etapa contractual”, explicó la Fiscalía durante la imputación de cargos contra la oficial.
De acuerdo con la anterior información, la denuncia sobre el extravío del acta de grado fue la puerta de entrada de la mayor para que el dispensario del Ejército le adjudicara seis contratos, entre 2017 y 2022, por un valor superior a los 345 millones de pesos como médico anestesióloga sin serlo.
En medio del camino de la investigación, la Policía y la Fiscalía encontraron otra acción que les llamó la atención: Sosa Hernández era comadre de la coronel Jenny Paola Figueroa Pedreros, directora del dispensario médico de Bucaramanga, hecho que agravaría la situación jurídica de las dos.

De acuerdo con la Fiscalía, Figueroa Hernández sabía que su comadre no había culminado los estudios de anestesiología y aún así optó por renovarle la contratación por prestación de servicios en 2019.
“Es así que el uso de este documento de pérdida de documentos fue supremamente esencial para ser contratada por el dispensario de Bucaramanga”, relató la Fiscalía.
Añadió el ente acusador: “Entre ellas dos tenían una amistad de varios años, ya que fueron primeros cursos y —segundo— eran comadres”.
De acuerdo con la Policía y la Fiscalía, Sosa Hernández recetó medicamentos como anestesióloga sin serlo a cerca de 339 pacientes.
Por este caso fueron imputados por la Fiscalía 14 militares activos y en retiro.