La despiadada confesión sobre Miguel Uribe Turbay: “Acordamos 10 millones de pesos cuando muriera, y si no se moría, me pagaba 600 mil”

El testimonio de Katerine Andrea Martínez, alias Gabriela, ha sorprendido a las autoridades. La joven de 19 años habló sin pudor y con la frialdad que a veces caracteriza a quienes llevan años en el mundo del crimen. No le avergüenza en lo más mínimo lo que hizo, ni teme por la suerte judicial que se le avecina. De hecho, cuando la juez le explicó que podría estar décadas en la cárcel, la joven soltó una carcajada.

Katerine entregó detalles de su participación en el crimen contra Miguel Uribe Turbay. Ella era la encargada de llevar al lugar de los hechos el arma con la que pretendían asesinar al senador. Habló de cómo Elder, conocido como alias el Costeño, le dio instrucciones:

“Elder empezó a hablar del arma. Que esta arma venía del extranjero y que era una Glock, que había costado como 15 o 20 millones de pesos, que era un juguetote. Además, Elder le dice: ‘Todos a la cabeza’. El muchacho (menor de edad) le dice: ‘Le voy a dar uno o dos en la cabeza y me voy’”, aseguró alias Gabriela en su declaración.

La orden del Costeño al joven sicario siempre fue clara: debía descargar todas las balas en la cabeza del senador. “Elder le dice que eran mínimo tres o cuatro y que si lo tenía que descargar todo, que para eso tenía munición”, aseguró.

“Elder le dice al muchacho que no fuera a oprimir nada, porque ya se le había programado (el arma) para que disparara seguido, no tiro a tiro, sino seguido, como en ráfaga. Ahí le pasa el arma al muchacho, le dijo que se la guardara en el pantalón y que no oprimiera nada. Elder le dijo que solo la tocara cuando la fuera a utilizar en el parque”, agregó ella.

La joven también dijo que cuando vio al senador parado sobre una tarima improvisada, hecha con canastas de mercado, recordó inmediatamente a Luis Carlos Galán, el inmolado candidato presidencial, cuyo asesinato generó la Marcha del Silencio de 1989, y el posterior proceso constituyente.

El director de la Policía, general Carlos Triana, en entrevista exclusiva con SEMANA, narró cómo operó esa red criminal. De la joven de 19 años, dijo: “Una vez se comete el atentado, le ordenan en el argot criminal que cambie su apariencia física. Ella lo hace, y le dan una instrucción: que se vaya de Bogotá y se desplace hacia el Caquetá. Solamente esa instrucción llama muchísimo la atención".

También habló de las otras personas que participaron con ella en el atentado. “Está alias el Hermano, una persona que fue capturada este jueves, también estuvo en la cárcel y allí se conoció con alias Chipi o Costeño; llevan 20 años de carrera criminal, de atentar contra los bienes de las personas, de cometer diferentes delitos. El Hermano es un coordinador logístico, conduce un carro, da instrucciones, da órdenes criminales y se convierte en una persona importante desde el punto de vista delincuencial, es decir, tiene un peso importante en ese escenario criminal. El Hermano se conoce con Chipi porque estuvieron en la cárcel, son 20 años de actividad criminal, son expertos criminales que bajo esa experiencia cometen estos hechos de los que estamos hablando hoy”, expuso.