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JEP ordena expedir certificado de defunción de un hombre sin hallar su cadáver. Esta es la historia
El alto tribunal le pidió a la Registraduría emitir el documento para que su familia acceda a varios beneficios.

Por primera vez, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) le solicitó a la Registraduría emitir un certificado de defunción de una víctima del conflicto armado sin que el cuerpo haya sido encontrado. El tribunal se basó en el reconocimiento del crimen por parte de los excombatientes de las Farc – EP.
Durante 17 años, Carmen Mirke estuvo buscando a su esposo, Orlando Alberto Toledo, y el último comandante del extinto grupo armado ilegal, Rodrigo Londoño, le confesó que él había sido asesinado y desaparecido. Con base en esto, los magistrados le dieron el visto bueno a la expedición del documento para que ella pudiera reclamar su pensión y seguro de vida.
“Él era un ingeniero forestal que trabajaba como contratista para Ecopetrol. En 2005, fue secuestrado, asesinado y desaparecido por las extintas Farc – EP, mientras supervisaba obras de mantenimiento en el oleoducto Caño Limón – Coveñas”, detalló la JEP en un comunicado de prensa este 25 de agosto.
Para la Jurisdicción, este certificado no solo es fundamental para trámites administrativos y económicos, sino que representa un paso fundamental hacia la verdad, el cierre del duelo y la reparación de las víctimas.

La mujer habló de este paso: “Con esto, voy a poder avanzar, porque con la desaparición forzada la vida se detiene”. Ella describió que cuando quedó sola, a cargo de sus tres hijos, no pudo vender un automotor y un apartamento que estaban a nombre de los dos porque no se había declarado su fallecimiento.
“Yo he tenido que privarme de muchas cosas. Vivo del arriendo de un apartamento y de una habitación, acá en la casa, pero eso es muy poco. Ahora podré vivir tranquila”, comentó la mujer ante la Jurisdicción Especial para la Paz.
Ella recordó que el 21 de septiembre de 2005, el grupo ilegal envió un comunicado a una emisora contando que lo habían secuestrado porque la empresa para la que trabajaba se negó a dialogar con la guerrilla sobre sus actividades en Ocaña y Catatumbo: “Afirmaron que Orlando se escapó el 5 de septiembre cuando se desplazaban por el campamento por la presión del Ejército, y que ya no estaba en su poder”.
No obstante, la investigación de la JEP encontró que ese relato era falso: “La magistrada Julieta Lemaitre preguntó por el hecho en medio de las audiencias de versiones colectivas del bloque Magdalena Medio de las extintas Farc. Durante la diligencia, Rodrigo Londoño, Timochenko, y Erasmo Traslavia, Jimmy Guerrero, reconocieron que Toledo fue asesinado por la guardia cuando se intentó escapar, tan solo dos o tres días después del secuestro”.